Una calle para los 'gourmets'

A primera vista parece una calle m¨¢s de Par¨ªs. Una calle peque?a, sin tr¨¢fico, agradable, con un supermercado de barrio, una tienda cerrada llena de l¨¢mparas viejas, una librer¨ªa y una cerrajer¨ªa. Situada en el distrito 11 de Par¨ªs, al este de la ciudad, la calle de Paul Bert queda muy lejos de las rutas tur¨ªsticas y, lo dicho, no tiene nada de especial, salvo esa suerte de sorprendente aire parisiense que a veces uno encuentra de golpe en algunos rincones. Y sin embargo, la calle de Paul Bert es famosa entre determinados c¨ªrculos gastron¨®micos siempre a la caza de la ¨²ltima.

Si el visitante mira mejor comienza a darse cuenta de por qu¨¦. Para empezar, en la calle, de no m¨¢s de 300 metros, se amontonan varios restaurantes de estilos muy diferentes. Y si uno se fija bien, la librer¨ªa de antes no es una librer¨ªa normal, sino una librer¨ªa culinaria, especializada no s¨®lo en materias de cocina, sino en dise?o de delantales o de utensilios culinarios. Hay tambi¨¦n varias tiendas de vinos.

?C¨®mo empez¨® todo? La respuesta hay que buscarla en un bistrot delicioso situado en el n¨²mero 18 de la calle, llamado, para qu¨¦ dar m¨¢s vueltas, Bistrot Paul Bert. Especialidad: ninguna. O mejor: la comida francesa de toda la vida. Decoraci¨®n: pues tampoco ninguna. O mejor: el local es uno de esos t¨ªpicos restaurantes parisienses de mesas diminutas en las que es dif¨ªcil poner dos platos juntos y la cestita del pan sin causar un estropicio. Su simp¨¢tico propietario, Bertrand Auboyneau, abri¨® el local hace 12 a?os. "Aqu¨ª no hab¨ªa nada, y los precios eran baratos. Eso fue el principio. Por entonces se abri¨® otro restaurante: Le Temps au Temps. Nosotros hac¨ªamos comida cl¨¢sica; ellos, una cocina mucho m¨¢s moderna. La mezcla empez¨® a funcionar y la gente empez¨® a venir".

Dos a?os despu¨¦s, Auboyneau abri¨® un segundo restaurante, especializado en pescado y marisco, al lado del primero. La peque?a calle comenz¨® a atraer a m¨¢s propietarios de locales. En la esquina hay uno de La Reuni¨®n. Hace unos a?os abri¨® ?nico, un restaurante argentino. "Aqu¨ª nuestra cocina no es muy conocida", explica uno de los propietarios, Enrique Zanoni. Poco despu¨¦s abri¨® La Cocotte, la librer¨ªa especializada en gastronom¨ªa. Su due?a, Andrea Waimer, tambi¨¦n de origen argentino, explica que no pod¨ªa haber elegido mejor emplazamiento para su local. "Vine porque conoc¨ªa al propietario de ?nico y me gust¨® la calle", explica. La librer¨ªa es un para¨ªso para todo gastr¨®nomo: gu¨ªas, manuales, libros especializados... Waimer saca uno de una estanter¨ªa. Es del televisivo cocinero franc¨¦s Cyril Lignac, el ¨²ltimo vecino de la calle, que hace poco ha abierto La Maison Chardenoux.

"A las nueve de la noche est¨¢ todo lleno", explica Zanoni. "El otro d¨ªa estuvo aqu¨ª Sharon Stone", explica. "Y muchos pol¨ªticos franceses vienen a menudo. Con sus amantes", a?ade.