Subasta de solteras
Una discoteca de Granada organiz¨® hace unos d¨ªas un evento especial: una subasta por un pu?ado de se?oritas. A ellas les toc¨® desfilar por una pasarela luciendo sus encantos al ritmo que les marcaba un pinchadiscos, que las presentaba y les propon¨ªa distintas pruebas para que el p¨²blico las conociera. A ellos les correspondi¨® entrar en la puja para obtener el trofeo. Al que hubiera ofrecido m¨¢s dinero se le premiaba, adem¨¢s, con una copa en el palco VIP del local acompa?ado por su flamante adquisici¨®n. Los due?os fueron escrupulosos: la copa no iba a tener ni una gota de alcohol, porque es una discoteca para menores y conviene cumplir las ordenanzas. Para dar ejemplo.
La entrada costaba ocho euros, y daba derecho a obtener dinero del Monopoly para participar en el juego. Los que llegaban antes obten¨ªan m¨¢s billetes. La discoteca anunci¨® el evento sin pudor: "?Se subastan solteras!". No ment¨ªan, ninguna de las jovencitas estaba casada. Es posible que al utilizar ese t¨¦rmino, el de solteras, la discoteca pretendiera publicitar el matrimonio. Para dar ejemplo, ahora que es una instituci¨®n que no levanta grandes pasiones.
El asunto ha obligado a pronunciarse a la ministra de Igualdad, Bibiana A¨ªdo, que ha calificado la fiesta de "situaci¨®n lamentable, intolerable y triste". La discoteca, sin embargo, no sirvi¨® ni una gota de alcohol, procur¨® que las chicas solteras encontraran pareja, premi¨® a los madrugadores d¨¢ndoles m¨¢s dinero, y coloc¨® al ganador (y a su dama) en el c¨ªrculo de los elegidos. Quiso dar ejemplo, abrazando ese valor al que la sociedad entera se rinde, y procur¨® que los j¨®venes entendieran que el dinero es la llave que abre todas las puertas. Incluida la del amor.
Conviene saber ahora si una discoteca es el lugar id¨®neo para impartir lecciones de... ?realismo? Nada dijeron las autoridades cuando se publicit¨® la subasta, nada dijeron los padres que dejaron a sus hijas e hijos que participaran en ese "lamentable, intolerable y triste" disparate. La discoteca predic¨® con el ejemplo, y se forr¨®. Ahora propone un concurso de minifaldas. Y habr¨¢ jovencitas, y sus padres que las dejan, que luchar¨¢n por jugar a un juego que muchas mujeres rechazaron hace tiempo. La fiscal¨ªa debe actuar.
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