?El Vietnam de Obama?
Una frontera agreste y poco poblada de 2.600 kil¨®metros, dibujada artificialmente en 1893 por un funcionario brit¨¢nico llamado Henry Mortimer Durand para separar la India colonial del indomable Afganist¨¢n, se ha convertido en la zona cero de la geoestrategia mundial y en la prioridad exterior del presidente Obama. La L¨ªnea Durand, que se?ala un borde imaginario, naci¨® para dividir a la naci¨®n de los pastunes con los que no pod¨ªa el imperio de la reina Victoria. M¨¢s de un siglo despu¨¦s, esta regi¨®n, donde se rozan Afganist¨¢n y Pakist¨¢n, es el tablero cr¨ªtico donde EE UU va a dar una batalla de incalculables consecuencias. Es la guerra de Obama en Afganist¨¢n, adonde el presidente est¨¢ a punto de enviar 20.000 nuevas tropas. Pero antes, debe librarse en Pakist¨¢n. En AfPak, el borde poroso entre los dos pa¨ªses que sirve de refugio a los talibanes y de incubadora a Al Qaeda, desde el que bombear yihadistas hacia Afganist¨¢n y preparar terroristas exportables al escenario occidental.
Kennedy comenz¨® con cientos de asesores y acab¨® con miles de tropas en los arrozales vietnamitas
El avance de los talibanes, sin oposici¨®n aparente, desde el valle de Swat hasta el distrito de Buner, a 100 kil¨®metros de Islamabad, la capital paquistan¨ª, imponiendo en su camino, con el acuerdo del Gobierno civil de Zardari, la sharia o ley isl¨¢mica, ha desatado la alarma en Washington. EE UU considera de inter¨¦s nacional atajar esta amenaza, que condiciona la guerra para detener la deriva de Afganist¨¢n hacia un Estado fallido. Y cree que le toca hacerlo al Ej¨¦rcito paquistan¨ª. Se trata de garantizar con urgencia la estabilidad de Pakist¨¢n para que su arsenal de 100 armas nucleares no caiga en manos de radicales. ?ste es el tel¨®n de fondo de la convocatoria en Washington esta semana de los dos aliados estadounidenses en la zona: el presidente paquistan¨ª, Al¨ª Zardari, y el afgano, Hamid Karzai. Dos socios poco fiables para EE UU, donde son considerados como poco m¨¢s que alcaldes de Islamabad y Kabul. Hay dudas de que Zardari sea capaz de controlar al Ej¨¦rcito, un Estado dentro del Estado. Mientras muchos pa¨ªses tienen un ej¨¦rcito, el Ej¨¦rcito de Pakist¨¢n tiene un pa¨ªs.
?Podr¨ªa convertirse AfPak en el Vietnam de Obama? La pregunta puede ser m¨¢s pertinente de lo que parece a simple vista. Ha declarado una guerra en Afganist¨¢n, en principio, con el objetivo limitado de contener a los restos de Al Qaeda. Renuncia a construir naciones y pretende un enfoque que vaya m¨¢s all¨¢ de lo militar con el uso del poder blando. Pero lo que est¨¢ ocurriendo en Afganist¨¢n y, en gran medida, en Pakist¨¢n, es una guerra civil. ?Va a implicarse EE UU? La Administraci¨®n Obama dice que no, pero algo similar le ocurri¨® a John Kennedy nada m¨¢s iniciar su presidencia, en 1961. Comenz¨® mandando asesores, unos cientos al principio, para entrenar al Ej¨¦rcito de Diem en Vietnam del Sur, y EE UU acab¨® con una escalada con cientos de miles de tropas combatiendo en los arrozales vietnamitas porque el Ej¨¦rcito local se mostr¨® incapaz de contener el domin¨® comunista.
Medio siglo despu¨¦s, la situaci¨®n tiene algunos puntos de contacto. Obama est¨¢ intentando que Zardari, su Diem, se enfrente al problema y lo resuelva sin necesidad de una intervenci¨®n directa estadounidense. Al m¨¢ximo, unos aviones no tripulados que disparan misiles sobre AfPak en b¨²squeda de militantes de Al Qaeda y que acaban siendo contraproducentes, al provocar cuantiosos da?os colaterales sobre civiles. EE UU exige que el Ej¨¦rcito paquistan¨ª resuelva la papeleta. Pakist¨¢n es un pa¨ªs musulm¨¢n y los militares no ven un enemigo en los talibanes ni en los yihadistas. India es su verdadero rival. Obama solicita m¨¢s dinero al Congreso y a los aliados para ayuda militar y civil a Pakist¨¢n, que hasta ahora se ha evaporado en la corrupci¨®n. Y, como hizo JFK en Vietnam, ha enviado a 70 militares estadounidenses para entrenar en la lucha contraterrorista al Ej¨¦rcito paquistan¨ª.
En un libro reci¨¦n publicado, War of Necessity, War of Choice (Simon & Schuster), Richard Haas, presidente del influyente Consejo de Pol¨ªtica Exterior y que particip¨® en las Administraciones de Bush padre y Bush hijo en la preparaci¨®n de las dos guerras contra Irak, distingue entre las guerras necesarias y las guerras de opci¨®n. Entre las primeras se incluir¨ªan la II Guerra Mundial, la primera guerra del Golfo y la primera guerra de Afganist¨¢n tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Las segundas, las que se eligen, estar¨ªan representadas por la ¨²ltima guerra contra Irak, en 2003, la de Vietnam, o incluso la guerra hispano-norteamericana sobre Cuba. Las primeras son inevitables. Mientras que las opcionales suelen implicar intereses menos vitales y no tienen en cuenta la existencia de alternativas pol¨ªticas viables para evitarlas. Estar¨ªan as¨ª menos legitimadas. Haas entiende que Obama est¨¢ ampliando la guerra inicial de Afganist¨¢n, en principio, necesaria, a una contienda de elecci¨®n y, por tanto, evitable.
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