En todas partes cuecen 'villaratos'
- "Ferguson quiere que nos tiremos en el ¨¢rea, como otros equipos europeos".
Stam, sobre el t¨¦cnico escoc¨¦s, que luego le ech¨® del Manchester.
Ya que el largo brazo del villarato, aquella nefasta conspiraci¨®n arbitral a favor del Barcelona, ha llegado hasta Londres, ser¨¢ divertido ver si se extiende a Roma para la final de la Champions. Divertido porque, en el caso de que el ¨¢rbitro le haga al Manchester United lo que le hizo al Chelsea, la reacci¨®n de Alex Ferguson ser¨¢ memorablemente explosiva.
Drogba y Ballack son, sin duda, dos de los jugadores m¨¢s odiosos de Europa, pero al lado del entrenador escoc¨¦s son unos finos se?oritos londinenses. Ok., cuando se portan mal, se portan muy mal. Se tiran a la piscina, dan temibles patadas y, si se convencen de que el ¨¢rbitro le ha hecho a ellos lo que ellos siempre intentan hacer a sus rivales -trampas, abusos, violaciones del juego limpio...- se enfurecen. Creyeron, o dijeron creer, que el ¨¢rbitro noruego favoreci¨® al Bar?a al no pitarle tres penaltis en contra y, al finalizar el partido, reaccionaron con salvaje indignaci¨®n. Si no hubiera estado la polic¨ªa, al ¨¢rbitro le habr¨ªan linchado.
Pero Drogba y Ballack suelen aparcar su vena guerrera cuando abandonan el calor y la furia del campo. Drogba, un aut¨¦ntico comanche cuando viste los colores, ha pedido perd¨®n por sus palabrotas. Ferguson, en cambio, nunca se ha arrepentido en p¨²blico de nada y nunca lo har¨¢. Ferguson es una persona repugnante dentro y fuera del campo, todas las horas del d¨ªa y todos los d¨ªas del a?o. Gana y gana, temporada tras temporada, pero siempre, infaliblemente, se queja de que todos est¨¢n en su contra. Los ¨¢rbitros, la federaci¨®n, los periodistas, las televisiones, los t¨¦cnicos...
Una cosa es que uno pierda y pierda, o est¨¦ condenado a ocupar un discreto segundo lugar, como ha sido el caso del Madrid ¨²ltimamente. En tales circunstancias es comprensible (sin dejar de ser triste, indigno y rid¨ªculo) querer entender el dominio liguero del Bar?a en t¨¦rminos de un sistema arbitral corruptamente empe?ado en favorecer al equipo de Messi, Xavi e Iniesta. A los seres humanos nos cuesta mucho aceptar que nuestras carencias o derrotas son culpa nuestra. Y cuanto mayor sea nuestra autoestima, cuanto m¨¢s grande sea nuestra percepci¨®n de nuestra propia grandeza, m¨¢s tendemos a atribuir nuestras desgracias a fuerzas malignas externas.
Lo maravilloso en el caso de Ferguson o, mejor dicho, lo espectacularmente enfermizo es que su Manchester est¨¢ a punto de ganar su segunda Premier seguida y quiz¨¢ tambi¨¦n una consecutiva Liga de Campeones, pero su paranoia, su b¨²squeda de chivos expiatorios, no da se?ales de menguar. No habr¨ªa espacio ni en la totalidad de este diario para enumerar las acusaciones que ha hecho contra los ¨¢rbitros en partidos que no ha ganado. Pero Ferguson tiene mucha m¨¢s imaginaci¨®n, es mucho m¨¢s original, a la hora de buscarse enemigos que Ballack o Drogba. Ha acusado a los que dirigen la Premier, al villarato ingl¨¦s, de manipular horas y fechas de los partidos para favorecer a los rivales. Ha montado una vendetta contra Rafa Ben¨ªtez, el entrenador del Liverpool, al que ataca y del que abusa sin tregua bas¨¢ndose en insultos que ¨¦l mismo se imagina. A veces, como fue el caso del ex seleccionador ingl¨¦s, el sueco Sven-Goran Eriksson, habla sobre los entrenadores rivales de manera despectiva y burlona. Falta a ruedas de prensa obligatorias y, cuando aparece, grita de la manera m¨¢s grosera a periodistas cuyas preguntas no le han gustado.
En cuanto a la BBC, la gran cadena de televisi¨®n brit¨¢nica, respetada en todo el mundo, Ferguson se ha negado a dirigirles la palabra desde 2003, a?o en el que emitieron un documental que le disgust¨®.
Sus 23 a?os en el Manchester le han convertido en un tirano, un hombre convencido de que tiene una especie de derecho divino a no equivocarse, a no ser criticado y a ganar siempre. Si el Barcelona gana la final de la Champions y si la gana por un margen reducido, no duden de que Ferguson se refugiar¨¢, furibundo, en alguna villaratesca decisi¨®n arbitral. Si gana el Bar?a, que gane por un c¨®modo margen; preferiblemente por un irrefutable 6-2. Si el Manchester pierde por la m¨ªnima, Roma arde.
LIGA INGLESA: 36? jornada: West Ham, 0; Liverpool, 3. West Bromwich, 3, Wigan, 1. Hull, 1; Stoke, 2. Fulham, 3; Aston Villa, 1. Everton, 0; Tottenham, 0. Bolton, 0; Sunderland, 0. Blackburn, 2; Portsmouth, 0. Hoy: Manchester United-Manchester City (14.30, Teledeporte) y Arsenal-Chelsea.
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