El Papa clama contra el antisemitismo
Benedicto XVI condena en Jerusal¨¦n "la horrible tragedia del Holocausto" - El Vaticano aboga por la soluci¨®n de los dos Estados que rechaza Israel
Aterriz¨® el Papa en Tel Aviv y comenz¨® su singladura por un sendero minado que exige prudencia extrema. Recibido al pie de la escalerilla por el presidente, Sim¨®n Peres; por el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, y casi todo su Gobierno -los dirigentes ultraortodoxos jud¨ªos no acudieron-, Benedicto XVI agrad¨® los o¨ªdos de sus anfitriones en el mismo aeropuerto: "Todo esfuerzo debe hacerse para combatir el antisemitismo dondequiera que se halle y para promover el respeto a los miembros de todo pueblo, tribu, lengua y naci¨®n en la Tierra... Tr¨¢gicamente, el pueblo jud¨ªo ha experimentado las terribles circunstancias de ideolog¨ªas que niegan la dignidad fundamental de cualquier ser humano (...) El antisemitismo contin¨²a asomando su repugnante rostro en muchas partes del mundo. Esto es totalmente inaceptable".
"Que el sufrimiento
Por la tarde, en la Sala del Recuerdo del Museo del Holocausto -Ratzinger no ingres¨® en el museo propiamente dicho para evitar la placa que acusa a P¨ªo XII de no hacer nada por salvar a los jud¨ªos del exterminio-, el Papa satisfizo a unos interlocutores que no han dejado de recordar su juventud hitleriana y la pol¨¦mica por el perd¨®n a los obispos lefebvrianos, uno de ellos negacionista del Holocausto. "He venido aqu¨ª", afirm¨® Ratzinger, "a este monumento erigido en memoria de los millones de jud¨ªos asesinados en la horrible tragedia del Holocausto. Perdieron sus vidas, pero nunca perder¨¢n sus nombres... Que su sufrimiento nunca sea negado, empeque?ecido u olvidado. Y que todos los pueblos de buena voluntad permanezcan vigilantes para desterrar del coraz¨®n de la humanidad todo lo que pueda conducir a tragedias como ¨¦sta".
No todos quedaron contentos. El rabino Meir Lau, presidente del museo, se mostr¨® desilusionado: "Ciertamente, no ha pedido perd¨®n". Pero el Gobierno israel¨ª se siente colmado. Su idea es que la visita cumpla dos objetivos fundamentales: lavar su imagen despu¨¦s de la guerra de Gaza y fomentar el turismo de la peregrinaci¨®n cristiana. "Odiamos reconocerlo, pero desde la operaci¨®n en Gaza nos hemos convertido en parias en muchos lugares del mundo", declar¨® al diario Haaretz un alto funcionario a cargo de la organizaci¨®n de la visita. La "peregrinaci¨®n" del Papa, que en su d¨ªa conden¨® la invasi¨®n de Gaza, ayudar¨¢ sin duda a resta?ar esos da?os. Ayer, Benedicto XVI hizo un llamamiento por la creaci¨®n de los dos Estados como soluci¨®n al conflicto. "Ruego a todos aquellos que deben exploren cada posible v¨ªa para solucionar el conflicto que lo hagan, de manera que ambas comunidades puedan vivir en paz en su propia tierra, amparados por fronteras seguras e internacionalmente reconocidas", dijo Ratzinger. El Papa no mencion¨® la palabra "Estado" propiamente, pero estaba claro a lo que se refer¨ªa. El Pont¨ªfice tambi¨¦n solicit¨® directamente a Israel que permita a todos los peregrinos, tanto cristianos como musulmanes, acceder a los lugares santos, cerrados hace m¨¢s de 40 a?os.
Israel intenta evitar que los palestinos capitalicen pol¨ªticamente la visita. No ha permitido que celebren en Bel¨¦n ma?ana un acto con el Papa en el lugar que deseaban porque se ver¨ªa el muro de cemento, una torreta militar y una puerta con una llave que simboliza el derecho al retorno de los refugiados. Pero el presidente Peres invit¨® ayer a la familia del soldado Gilad Shalit, cautivo en Gaza a manos de Ham¨¢s, y ha repartido folletos en los que se presenta a dos v¨ªctimas cristianas del terrorismo fallecidas en 2003. La realidad es tozuda. La indiferencia de los israel¨ªes es casi absoluta. Y el intento de eliminar aspectos conflictivos se da de bruces con los esfuerzos palestinos, torpes y frustrados, por denunciar a la vista de Benedicto XVI la ocupaci¨®n. En el otro extremo, los jud¨ªos ultraortodoxos y la asociaci¨®n de los colonos rechazan la estancia del Pont¨ªfice.
La agenda la impone el Gobierno israel¨ª. El control es f¨¦rreo. Ayer clausur¨® la sala de prensa que la OLP hab¨ªa montado en un hotel de Jerusal¨¦n Este. "La polic¨ªa tiene derecho a impedir cualquier evento palestino en Jerusal¨¦n", dijo un portavoz del Ministerio de Seguridad P¨²blica. Los agentes vigilaron la conferencia de prensa que ofrecieron el muft¨ª de Jerusal¨¦n y el jefe de Gabinete del presidente Mahmud Abbas. "Desafortunadamente, cuando se conoce la ideolog¨ªa israel¨ª, poco m¨¢s hay que preguntarse. Jerusal¨¦n Este no es Israel", aseguraba tajante Peter Madros, portavoz del Patriarcado Cat¨®lico. Pero, cauteloso, a?ad¨ªa: "El Vaticano no necesita condenar cada movimiento de Israel".
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