Jos¨¦ Manuel Montorio, 'Chaval', guerrillero antifranquista
El 27 de abril, mes republicano, nos abandon¨® el guerrillero Jos¨¦ Manuel Montorio. Su ¨²ltimo viaje fue desde Borja (Zaragoza), donde naci¨® el 23 de diciembre de 1921. El 14 de abril de 1931 presenci¨® la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica en Barcelona, donde su familia se instal¨® en 1930. Durante la Guerra Civil, siendo un ni?o camino de la adolescencia, trabaj¨® y ayudo a la familia con su escasa retribuci¨®n, en un despacho de aceites y lubrificantes, sin dejar de ir a la escuela municipal que la Generalitat hab¨ªa abierto en Barcelona. Sus hermanos M¨¢ximo y Miguel lucharon en el frente, mientras Jos¨¦ trabajaba en un taller de vulcanizaci¨®n requisado por la CNT, sindicato al que se afili¨® y en el que permaneci¨® hasta que su quinta fue movilizada el 24 de enero de 1939, apenas horas antes de que las tropas franquistas entrasen en Barcelona. Tuvo que tomar el camino del exilio junto a miles de mujeres, hombres y ni?os. Jos¨¦ se dedic¨® a ayudar a los heridos, a las madres que intentaban proteger a sus hijos del fuego de los cazas franquistas, a los ancianos casi sin fuerzas.
A primeros de febrero atraves¨® la frontera por Prats de Moll¨®. Su primera c¨¢rcel fue un campo de f¨²tbol, y luego fue conducido, con cerca de 15.000 republicanos m¨¢s, al campo de concentraci¨®n de Saint-Cyprien. All¨ª encontr¨® a su hermano Miguel, y fueron trasladados al campo de Barcar¨¨s. Sali¨® en 1940 y se enrol¨® en una compa?¨ªa de trabajadores extranjeros hasta que Hitler invadi¨® Francia. Junto a su hermano huy¨® a pie hasta Port Vendres, pero la polic¨ªa los detuvo y acabaron en el campo de Argel¨¨s-sur-Mer y desde all¨ª, de nuevo a Saint-Cyprien.
En 1941, en uno de los canjes organizados por el Gobierno de Vichy, fueron entregados al Gobierno de Hitler, al campo de Saint-M¨¦dard-en-Jalles. All¨ª estuvieron cerca de 10.000 trabajando como forzados o esclavos para la organizaci¨®n nazi TODT, pero, organizados como resistencia, realizaban sabotajes que ayudaron a los aliados en el desembarco de Normand¨ªa
Lugares estrat¨¦gicos
En los d¨ªas de la liberaci¨®n de Francia, con bajas y heridos, nuestros republicanos tomaron el control de la carretera de Bayona a Burdeos. Siempre estuvieron en lugares estrat¨¦gicos. Combat¨ªan el fascismo como si del franquismo se tratara, aunque los aliados no les devolvieron su apoyo para quitar a Franco del poder. Comenzaron a organizarse los grupos para entrar en Espa?a. A primeros de agosto, su grupo fue recibido en Toulouse por Juan Modesto, Enrique L¨ªster y Francisco Ant¨®n, secretario de Organizaci¨®n del PCE. Cruzaron el Ebro el 23 de diciembre de 1945, de noche, muy cerca de Zaragoza, y alcanzaron la fr¨ªa sierra de Javalambre en enero de 1946. Conocieron un grupo guerrillero de los Montes Universales, y as¨ª se pusieron en contacto con la Agrupaci¨®n Guerrillera de Levante y Arag¨®n (AGLA).
En agosto de 1946, los m¨ªticos guerrilleros, ya desaparecidos, entre ellos Flori¨¢n Garc¨ªa Velasco, Grande, fallecido recientemente, fundaron la AGLA. Jos¨¦ Montorio, Chaval; Flori¨¢n Garc¨ªa, Grande, y Adelino P¨¦rez, Teo, los tres fallecidos en abril, son fundamentales en la retirada hacia Francia a comienzos de 1952, cuando la guerrilla toc¨® a su fin.
Montorio permaneci¨® en Francia, sin documentaci¨®n, hasta 1955. El PCE le envi¨® a Praga, donde trabaj¨® de metal¨²rgico y vivi¨® hasta la muerte de Franco en 1975. All¨ª conoci¨® a una camarada espa?ola, Trinidad Sardina Merino, con quien convivi¨® 42 a?os, hasta que ella falleci¨® de c¨¢ncer de pulm¨®n. Vivieron la invasi¨®n de Checoslovaquia, condenada por los comunistas espa?oles que resid¨ªan en el pa¨ªs. Consigui¨® su primer pasaporte espa?ol en diciembre de 1977.
Su condici¨®n, perdurable hasta ahora, de estar sometidos a la ley franquista de 1947, de bandidaje y terrorismo, hizo que estos republicanos que hab¨ªan luchado contra el ej¨¦rcito golpista por la legalidad republicana, fueran considerados, y lo siguen siendo, como malhechores y terroristas. La democracia espa?ola les debe verdad, justicia y reparaci¨®n, y esa deuda se est¨¢ saldando con la ley natural, la de su muerte, sin ver cumplidas sus justas reivindicaciones. Los guerrilleros que a¨²n sobreviven te saludan en tu ¨²ltimo viaje: ?Salud, compa?ero!
Dolores Cabra, secretaria general de Archivo Guerra y Exilio (AGE).
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