Torturar por diversi¨®n

Las relaciones de los Emiratos ?rabes con Estados Unidos (y con otros pa¨ªses, como Espa?a) no deber¨ªan ser las mismas tras conocerse el v¨ªdeo, grabado por s¨¢dica diversi¨®n, en el que el hermano del emir de Abu Dabi y presidente de la uni¨®n de emiratos, el jeque Issa Ben Zayed al Nahyan, aparece torturando a un detenido. La distinci¨®n entre reg¨ªmenes ¨¢rabes moderados y radicales en la que se han apoyado las pol¨ªticas occidentales hacia esa regi¨®n ha quedado de nuevo en entredicho. La condici¨®n de moderados que se asigna a Gobiernos como el de este emirato se refiere a la disposici¨®n para respetar los intereses de Estados Unidos y Europa, no a la manera de ejercer el poder interno.

Las principales potencias han venido cerrando los ojos durante d¨¦cadas a esta contradicci¨®n, olvid¨¢ndose de que es ah¨ª donde ha prosperado un tipo de oposici¨®n cada vez m¨¢s radicalizada y, al mismo tiempo, m¨¢s desconfiada hacia la idea misma de democracia. Cuanto los ciudadanos de no pocos pa¨ªses de la regi¨®n conocen de ella es que hablan en su nombre pa¨ªses que han condescendido con dictaduras, o que han servido de coartada para desencadenar ataques al margen de la legalidad internacional, que tambi¨¦n acaban por sentir como algo ajeno. Una tibia respuesta internacional a este esc¨¢ndalo s¨®lo contribuir¨ªa a confirmar esta percepci¨®n, restando eficacia al renovado compromiso contra esta lacra que ha supuesto la llegada de Obama a la Casa Blanca.

Las autoridades de Abu Dabi han abierto una investigaci¨®n judicial y ordenado el arresto domiciliario del presunto culpable. Son conscientes de las consecuencias internacionales que podr¨ªa tener este episodio; entre otras, la no ratificaci¨®n de un acuerdo de cooperaci¨®n nuclear para usos civiles por parte del Congreso de Estados Unidos. De momento es razonable conceder una oportunidad a este camino, siempre y cuando la comunidad internacional se mantenga inflexible en la exigencia de que llegue hasta el final y en la voluntad de adoptar medidas, en caso contrario.

Los congresistas norteamericanos que vieron las im¨¢genes estiman que podr¨ªan aparecer nuevas grabaciones. Mantener inalteradas las relaciones con los Emiratos ?rabes cuando existen evidencias de que en Abu Dabi se tortura, y cuando Washington ha decidido cerrar Guant¨¢namo y el resto de las c¨¢rceles secretas, ser¨ªa un grave error pol¨ªtico. Adem¨¢s de una inmoralidad que acabar¨ªa pasando factura.