Deporte de andar por casa

Algunos dise?adores quieren acabar con la excusa habitual para saltarse la esforzada visita al gimnasio. A la socorrida falta de tiempo han decidido oponer la domesticaci¨®n del deporte: el gimnasio en casa. La tarea no es f¨¢cil. A la acostumbrada falta de espacio se une, en este caso, la convivencia con la dura est¨¦tica de la maquinaria para afianzar musculaturas. Pero dos dise?adores, el inagotable Philippe Starck y el sobrio Josep Llusc¨¤, han decidido atacar esos puntos d¨¦biles. El franc¨¦s lo ha hecho con osad¨ªa e imaginaci¨®n: convirtiendo las pesas en joyas. Llusc¨¤ ha echado mano del oficio: ha estilizado bicicletas y cintas el¨¦ctricas y las ha reducido a su m¨ªnima expresi¨®n.

El resultado invita a pensar en todos los territorios que al dise?o le quedan por explotar y, tal vez, por mejorar. Llusc¨¤ ha conseguido que las bicicletas est¨¢ticas de Halley Fitness, la E-bike, la U-bike o la B-bike, producidas por la empresa donostiarra Wingroup, dejen de ser piezas mastod¨®nticas aligerando su volumen y compactando sus l¨ªneas. El catal¨¢n ha reducido la presencia y ha ampliado sus prestaciones. En esa misma l¨ªnea, pero con otro objetivo, Starck ha tratado de llevar el doble uso a los aparatos de gimnasio. Pero no es una casualidad que el franc¨¦s haya querido lanzar su nueva colecci¨®n desde el escaparate, y el cat¨¢logo, de un fabricante de muebles y no de aparatos de gimnasio. En el gimnasio Starck no es nadie, pero en el dise?o tiene cargo vitalicio: en Francia todav¨ªa es el rey Sol.

As¨ª, la empresa Alias ha mezclado iron¨ªa, juego y funci¨®n para lanzar al mercado la colecci¨®n HGM (Home Gym Office), el gimnasio dom¨¦stico -o de oficina- que ha sabido combinar Starck. Las ideas del franc¨¦s son, con frecuencia, eso: una mezcla de mezclas, una combinaci¨®n improbable. En esa l¨ªnea, al perchero con astas de toro, que sirve como espaldera, la colecci¨®n une una escultura de aires brancusianos (recuerda la columna sin fin del artista rumano) que es, en realidad, un lugar para acumular verticalmente las pesas, y una serie de joyas para estar en forma, como la pulsera de medio kilo o el collar de kilo y medio. "Am¨¦monos por lo menos 15 minutos al d¨ªa", propuso Starck cuando present¨® su colecci¨®n. Amarse es ir al gimnasio. Fiel a su peculiar agilidad para conjugar nuevos productos con estilos de vida, Philippe Starck es capaz de sudar tinta para que no se le escape ni uno s¨®lo de los ¨¢mbitos creativos del dise?o: hoteles, sillas, indumentaria, bol¨ªgrafos, cepillos de dientes y, ahora, gimnasios. Los ¨²ltimos proyectos los firma con el catal¨¢n Eugeni Quitllet.