?Viva la casta brava!

?Viva la casta brava! ?Viva la emoci¨®n del toro que galopa codicioso tras los enga?os! ?Viva el toro e incansable en sus embestidas! ?Viva Org¨¢nico, de 555 kilos, que sali¨® en sexto lugar para encumbrar la fiesta y a su matador por los siglos de los siglos! Guapo de hechuras, acudi¨® con nobleza al capote, empuj¨® con fijeza en el caballo en el primer puyazo, y acudi¨® de largo en el segundo, aunque, al final, se repuch¨®. Persigui¨® en banderillas, y lleg¨® a la muleta retador, poderoso, mirando por encima del hombro a la plaza entera. El torero lo cit¨® desde el centro del anillo, y el toro galop¨® fijo en la muleta, a la que sigui¨® una y otra vez, arrolladoramente, y as¨ª hasta cuatro tandas por la derecha en una demostraci¨®n cabal de casta desbordante y de alegre bravura. ?Qu¨¦ impresionante es el galope de un toro fiero, encastado y poderoso! ?Qu¨¦ momentos tan bellos y, al mismo tiempo, tan indescriptibles!

El torero era Luis Bol¨ªvar, que lo lance¨® con cierto garbo a la ver¨®nica y se gan¨® una voltereta en un descuido. Luci¨® al toro, muleta en mano, aguant¨® las acometidas con quietud, lig¨® los derechazos y los remat¨® con largos pases de pecho. Cuando acababa la segunda tanda, se cambi¨® sorpresivamente la pa?osa a la mano izquierda, el toro se le qued¨® debajo y volvi¨® a voltearlo, produci¨¦ndole una herida de 10 cent¨ªmetros en la pierna derecha que le caus¨® destrozos en los m¨²sculos peroneos. Pero continu¨® toreando con pasi¨®n y arrebato, porque el toro as¨ª lo ped¨ªa en sus embestidas crecientes. El toreo baj¨® de calidad por el lado izquierdo porque ni el recorrido ni la fijeza de Org¨¢nico fueron ya igual. Al final, gloria para el diestro colombiano, pero el toro era para un triunfo hist¨®rico. Bol¨ªvar dio todo lo que tiene dentro, pero gan¨® por goleada su oponente. Eso es lo que suele ocurrir con los toros bravos, que no se dejan, que resultan muy dif¨ªciles de dominar, de templar y de parar. Y, en esta ocasi¨®n, el torero, que estuvo muy bien, fue un mandado del toro.

?Y los dem¨¢s? Ay, si los toros hablaran... Si los de ayer dan una rueda de prensa, corren a gorrazos a Bautista y El Fandi calle Alcal¨¢ arriba.

Bautista no tuvo su d¨ªa. Muy anodino y vulgar con el noble y blando primero, y peor ante el encastado cuarto, a merced de su oponente, sin decoro ni sosiego. El Fandi banderille¨® mal a sus dos toros; es decir, a toro pasado. Dio un natural grande, uno, a su primero, que derroch¨® movilidad y codicia, y aburri¨® ante el noble quinto, al que dio mil pases de espantosa vulgaridad. Ni Bol¨ªvar mantuvo la firmeza requerida ante el deslucido tercero.