Algunos temas que se dejaron de lado

Para avanzar es necesario apartar los obst¨¢culos. Y eso fue lo que hicieron ayer Camps y Montilla tras a?os en los que ambas administraciones auton¨®micas se han ignorado mutuamente: centrarse en los intereses comunes y olvidarse de los intereses contrapuestos.

Tanto apartaron los puntos de vista discrepantes que Jos¨¦ Montilla habl¨® en catal¨¢n y Francisco Camps en valenciano y ambos se entendieron, sin necesidad de int¨¦rpretes y aceptando la denominaci¨®n que cada uno le da a su lengua. Una denominaci¨®n doble que el Gobierno ha impulsado ante la Uni¨®n Europea y que ha permitido el reconocimiento de las tres lenguas cooficiales espa?olas (valenciano-catal¨¢n, vasco y gallego) en Bruselas y sortear as¨ª el contencioso dom¨¦stico.

En este contexto de confraternizaci¨®n, los presidentes no abordaron en el transcurso de la conversaci¨®n ning¨²n tema relacionado con la cultura y la lengua, dado que el Consell se niega a homologar las titulaciones de valenciano y catal¨¢n y rechaza integrarse en estructuras conjuntas -como el Institut Ramon Llull- para la promoci¨®n de la lengua y de los autores que tienen obra en este idioma, independientemente de la variante dialectal que utilicen.

Tampoco se quiso abordar en el encuentro la cuesti¨®n de la reciprocidad de las se?ales de televisi¨®n p¨²blicas, pese a que la Generalitat valenciana ha decidido cerrar todos los repetidores no legalizados por los que se emite la se?al de TV-3 en al Comunidad Valenciana. Camps tan solo se limit¨® a se?alar que la cuesti¨®n est¨¢ pendiente del Ministerio de Industria y Montilla ¨²nicamente enunci¨® que en Catalu?a se reciben la televisi¨®n auton¨®mica valenciana y la balear. Punto final.

El pasado com¨²n, espacio tan del gusto de los antecesores de Montilla en el Gobierno catal¨¢n (Jordi Pujol y Pasqual Maragall) en sus visitas al Pa¨ªs Valenciano tampoco estuvo presente en la conversaci¨®n de los dos dirigentes. Pero tampoco, en cierta manera, lo estuvo el futuro com¨²n de ambos territorios. As¨ª, ambos presidentes eludieron hablar de cuestiones en las que compiten de manera clara, como el liderazgo de sus respectivos puertos en el Mediterr¨¢neo, el concepto de Espa?a o los equipos de f¨²tbol de sus amores.

De modo que la cultura se apart¨® para dejar paso a la econom¨ªa, que es hoy en d¨ªa la que impone sus razones.