Naci¨® en el Mediterr¨¢neo
"Soy cantor, soy embustero. Me gusta el juego y el vino. Tengo alma de marinero ?Qu¨¦ le voy hacer si yo nac¨ª en el Mediterr¨¢neo!". As¨ª canta Serrat y juega tambi¨¦n su Bar?a, un equipo colorista y precioso, t¨¦cnicamente perfecto, alejado ahora de la ¨¦pica de Platko, el oso rubio de Hungr¨ªa al que glos¨® Alberti despu¨¦s de salir como un h¨¦roe del campo de El Sardinero. Queda muy lejos el Cant¨¢brico y tambi¨¦n el Athletic, disecado anoche por el jovial plantel de Guardiola, ganador pr¨¢cticamente del doblete, camino de disputar la triple corona, de regreso a la ¨¦lite con una estupenda generaci¨®n de futbolistas.
Desde la ambici¨®n y la determinaci¨®n, los azulgrana culminaron una remontada muy hermoso, convencidos de su suerte, alejados del jaleo rojiblanco de Mestalla. Al Bar?a se le ha tenido durante un tiempo por un amable espectador de la Copa, incluso en la final de Valencia, tomada por el Athletic desde el domingo, como si los azulgrana fueran convidados de piedra camino de Roma, que es donde se juega el trofeo, la Champions, que mide a los equipos de verdad. Al escenario, al partido, al campo..., siempre lleg¨® antes el equipo bilba¨ªno que el barcelonista, elogiado por su condici¨®n de mejor adversario para una gesta como la que cantaban los vascos. La sensaci¨®n era que el Athletic hab¨ªa ido a recoger la Copa. Incluso marc¨® Toquero a la salida de un c¨®rner al poco de empezar.
Ocurre que el Bar?a siempre lleg¨® a tiempo a todos los sitios y nunca qued¨® mal en ning¨²n campo. Muy al contrario, porque ha sido protagonista de cuantos partidos ha disputado. Ning¨²n equipo ha sido capaz de ganarle con el bal¨®n. Y menos cuando ha mediado un partido decisivo. Ya ocurri¨® en el Bernab¨¦u y en Stamford Bridge. Y ocurri¨® ayer en Mestalla con la alineaci¨®n de la Copa, como tocaba, con Pinto de portero y Bojan de ariete, signo de confianza y tambi¨¦n de respeto al vestuario.
No se dejaron llevar los barcelonistas por las oleadas del Cant¨¢brico ni por la ¨¦pica de la Copa, dos circunstancias con las que nunca se llev¨® demasiado bien, mediterr¨¢neo como es por excelencia desde que naci¨® el dream team. Prefieren los azulgrana el sosiego y la pausa, la pelota al suelo para acelerar en la cancha contraria, el pase interior y la dejada, el remate sutil. Insisten a veces tanto en su f¨²tbol de combinaci¨®n que los rivales flotan ante los centrales porque suponen que no saben tirar a porter¨ªa. Y no es cierto porque ayer marc¨® Tour¨¦ en un tiro de media distancia.
El empate fue el anuncio de una goleada que tuvo en el segundo gol el reflejo del juego antol¨®gico del Bar?a. Los centrales se abren hasta el c¨®rner mientras Pinto maneja la pelota con el pie y los delanteros rojiblancos le presionan para forzar el error. Falsa expectativa: el cuero sale limpio, por la derecha y por la izquierda, y no para hasta que acaba en el balc¨®n del ¨¢rea de Iraizoz. El riesgo, la velocidad y la precisi¨®n se imponen ante el acoso, la fe, la fuerza y el vigor. Naci¨® el Bar?a en el Mediterr¨¢neo y el Athletic en el Cant¨¢brico.
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