La reinvenci¨®n del ladrillo llega tarde
La construcci¨®n sostenible es la gran asignatura pendiente en Espa?a - Las casas adaptadas al clima y al ahorro energ¨¦tico llaman a la puerta
La construcci¨®n es una actividad en la que quienes m¨¢s innovaron fueron los romanos. Y ah¨ª se qued¨®, porque la t¨¦cnica de ir poniendo ladrillo sobre ladrillo sigue imperando en un sector que apenas invierte en investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n (I+D+i). Y no le faltan ni motivos ni desaf¨ªos para hacerlo. La sociedad se transforma y da paso a nuevos modelos de hogares; el consumo energ¨¦tico en la vivienda genera una quinta parte de las emisiones de CO2, y falta por resolver los largos plazos de ejecuci¨®n de una obra. Con todos estos deberes, ?d¨®nde quedan los prototipos de casas del futuro que se exhiben en las ferias del sector? ?Ser¨¢ la recesi¨®n un revulsivo para invertir en I+D?
La adaptaci¨®n a los nuevos modelos sociales plantea un desaf¨ªo al sector
Las constructoras s¨®lo gastan en I+D el 0,27% del valor a?adido bruto
La ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, ech¨® una reprimenda a los promotores en el arranque del sal¨®n barcelon¨¦s Construmat. Corredor record¨® a los empresarios que no pueden "vivir encofrados" en un "modelo que no se adapta a las nuevas circunstancias", y les inst¨® a no "encerrarse en los cuarteles de invierno" pensando que, tras la crisis, "todo volver¨¢ a ser como antes".
La rega?ina estaba justificada. La construcci¨®n, incluyendo sus empresas auxiliares, supone el 18% del producto interior bruto (PIB) y s¨®lo el 4,1% del gasto empresarial en I+D. Las constructoras invirtieron 306,6 millones de euros en 2007, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Y la mayor¨ªa de este monto lo desembolsaron las grandes empresas para proyectos de infraestructuras y transportes. ?Qu¨¦ hacen las promotoras inmobiliarias? Nada. Al menos las grandes. Ninguna de las cotizadas invierte en I+D, seg¨²n declaran en sus cuentas anuales. Y todas dan la misma explicaci¨®n: las "caracter¨ªsticas propias de la actividad" no se lo permiten. Es decir, innovar no va con ellas.
"Es como si Bill Gates decide confiar toda la I+D a un proveedor. En Espa?a s¨®lo se edifica, y luego se colocan aditivos. Bombillas de bajo consumo, dom¨®tica... Y lo peor: a veces tambi¨¦n sistemas que no sirven para esa construcci¨®n", lamenta el arquitecto Luis de Garrido. Y las promotoras s¨ª pueden innovar. Lo hacen la francesa Bouygues, que en 2008 se gast¨® 121 millones en I+D, o la tejana Hines, a trav¨¦s de programas con la Universidad.
El modelo en el que siguen encofrados los promotores es el que consiste en comprar suelos y edificar. ?Qu¨¦ margen tienen para innovar? Mucho. Al menos en cuatro campos: mejorar la eficiencia en la promoci¨®n y construcci¨®n, rehabilitar casas envejecidas (Espa?a tiene uno de los mayores parques de viviendas de Europa), adaptarse a los nuevos modelos sociales, y afrontar el cambio clim¨¢tico, tambi¨¦n en los pisos de segunda mano.
El director de la Escuela Polit¨¦cnica Superior de Edificaci¨®n de Barcelona, Francesc de Paula Jordana, sostiene que el principal reto es la industrializaci¨®n. "A¨²n es una actividad muy artesanal. Se deber¨ªa mejorar la calidad de los edificios, rebajar el tiempo de ejecuci¨®n e ir hacia modelos m¨¢s sostenibles. Que al final de la vida ¨²til el inmueble se desmonte", asegura. Seg¨²n Jordana, las empresas se resistieron a innovar en ¨¦poca de bonanza. Y ahora falta capital.
Se trata, pues, de cambiar la paleta por el destornillador. Es lo que viene haciendo Montse Pujol, una promotora de Mollerussa (Lleida). Perteneciente a una familia con una larga tradici¨®n en los prefabricados, Pujol usa este sistema para vender viviendas a un precio cerrado y en un plazo fijo de cuatro meses.
Son casas en serie y bioclim¨¢ticas. Tienen zonas ajardinadas y cisternas que permiten reutilizar el agua para el riego; lo que se gasta en la ducha se usa para el retrete; se a¨ªsla t¨¦rmicamente y se incorporan placas fotovoltaicas. Adem¨¢s, la casa incorpora sistemas de ventilaci¨®n natural para renovar el aire y evitar sistemas de refrigeraci¨®n artificial. El aire exterior se filtra hacia el subsuelo a trav¨¦s de pozos canadienses. Se trata de un sistema geot¨¦rmico que consiste en tuber¨ªas que recorren unos metros bajo tierra antes de entrar en la casa. Este trayecto es suficiente para calentar el aire.
?Encarece todo esto la vivienda? Estas viviendas se venden a partir de unos 140.000 euros. "Las placas son caras. Pero el gasto de la vivienda es cero. Nulo. Nuestros compradores no s¨®lo han ahorrado, sino que han ganado 1.600 euros al a?o en el recibo de la luz. Ellos aportan la energ¨ªa de las placas a la red general. Y lo que consumen es poco y m¨¢s barato de lo que aportan", explica Pujol. Para ello, asegura, la empresa investiga constantemente, acude a foros y est¨¢ en contacto permanente con las universidades, que comprueban el buen funcionamiento de la vivienda.
Montse Pujol no tiene apenas competencia, a pesar de que ya hace al menos una d¨¦cada que en los grandes cert¨¢menes se presentan casas avanzadas bajo m¨²ltiples etiquetas: del futuro, bioclim¨¢ticas, sostenibles, modulares... ?D¨®nde han quedado? El arquitecto Vicente Guallart, director del Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalu?a, explica que un modelo de vivienda que dise?¨® con el Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT) ha desembocado ahora en una promoci¨®n de viviendas de "emisiones cero" que est¨¢ desarrollando junto a Acciona en Sant Cugat del Vall¨¨s. Pero todo va demasiado lento. "No hay una apuesta firme", agrega.
"Espa?a podr¨ªa ser l¨ªder. Es una potencia en construcci¨®n, en arquitectura y en energ¨ªas renovables. Pero el sector es muy reticente a innovar. Y ahora es el momento para un gran New Deal en este sector", asegura Guallart. Los datos no son nada alentadores. El gasto total en I+D en Espa?a es del 1,27% del PIB. Pues bien, el que dedican las empresas constructoras s¨®lo es del 0,27% de su valor a?adido bruto (VAB). El de las inmobiliarias apenas puede desagregarse, al estar mezclado con el de las entidades financieras y los servicios a empresas. La patronal de las grandes constructoras, Seopan, recuerda que hay partidas destinadas a la construcci¨®n que no se plasman en la estad¨ªstica. Por ejemplo, la que proviene de las empresas qu¨ªmicas que fabrican materiales para la construcci¨®n. El director t¨¦cnico de Seopan y de la Plataforma Tecnol¨®gica de la Construcci¨®n, Ricardo Cort¨¦s, recuerda que uno de los inconvenientes del sector es la "atomizaci¨®n empresarial". Antes de la recesi¨®n hab¨ªa m¨¢s de 200.000 constructoras. "Hay la tentaci¨®n de considerar la I+D como coste y no como inversi¨®n. Un error", advierte Cort¨¦s. A su juicio, la "edificaci¨®n va todav¨ªa a la zaga" en este terreno.
Hace dos semanas entr¨® en vigor el ¨²ltimo documento del C¨®digo T¨¦cnico de la Edificaci¨®n (CTE), que pretende dar un nuevo marco a la promoci¨®n de viviendas. Los ahorros energ¨¦ticos se plasman, por ejemplo, en el ahorro de calefacci¨®n, que va del 21% en el caso de los pisos al 37% en las casas unifamiliares. Es un primer paso. El Consejo Mundial de Empresarios por el Desarrollo Sostenible se fij¨® en abril la meta de reducir el uso de energ¨ªa en los edificios en un 60%. Seg¨²n un estudio de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a, este consumo se divide en dos partes, casi por igual: la mitad proviene de la construcci¨®n del edificio, y la otra mitad, del uso que se hace de ¨¦l.
Unos, como Luis de Garrido, opinan que el CTE es poco ambicioso. "S¨®lo pone atenci¨®n en la clasificaci¨®n de calderas, en algunos casos de iluminaci¨®n de bajo consumo, y en otros, de energ¨ªa solar t¨¦rmica y fotovoltaica. Le queda mucho", se queja el arquitecto. Para otros, es un primer paso hacia criterios m¨¢s racionales de consumo energ¨¦tico.
Sin embargo, hay m¨¢s revoluciones pendientes. Una, la de incorporar sistemas inteligentes en los hogares, puesto que el balance sobre la penetraci¨®n de la dom¨®tica en los hogares todav¨ªa es discreto. Y la segunda, la de adaptar el espacio a los nuevos modelos sociales. El Gobierno catal¨¢n, por ejemplo, plantea hacer viviendas con espacios comunes. Es decir, viviendas peque?as cuyos residentes compartan cocina o comedor. La Comunidad Valenciana est¨¢ con el proyecto Soci¨®polis para propiciar la interacci¨®n entre varios grupos sociales: hogares monoparentales, j¨®venes, ancianos...
Sin embargo, hay quienes quieren ir m¨¢s all¨¢. "Es il¨®gico que un vecino no pueda vender energ¨ªa o compartir la conexi¨®n a Internet con otros de su comunidad", sostiene Guallart. Espa?a todav¨ªa est¨¢ a a?os luz de esta revoluci¨®n, que requiere, adem¨¢s, de cambios legislativos.
?Es la recesi¨®n una oportunidad o bien un impedimento para invertir en I+D? "En ¨¦poca de euforia todo vale", recuerda el director de Prospectiva del Instituto Tecnol¨®gico de la Construcci¨®n de Catalu?a, Josep Maria Fontana. Es cierto, admite, que falta capital, pero tambi¨¦n para construir. "?sa no puede ser una excusa diferencial de ning¨²n sector de la econom¨ªa", afirma. "Afortunadamente", coincide De Garrido, "vamos a tener que cambiar muchos valores sociales para salir de esta crisis". Cabe ver si los cambios llegan a la construcci¨®n.
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