Tanta 'tele' engorda
Los ni?os pasan tres a?os de su etapa escolar ante pantallas de todo tipo - Llega la sociedad obesog¨¦nica: las comodidades que nos facilitan la vida se han vuelto nuestro mayor enemigo
Cuando un ni?o de un pa¨ªs desarrollado termina su escolarizaci¨®n ha estado sentado frente a una pantalla una media de tres a?os; de hecho, ¨¦sta es la actividad a la que m¨¢s tiempo habr¨¢ dedicado por detr¨¢s del sue?o (m¨¢s que al colegio, teniendo en cuenta las vacaciones). Durante esos a?os, le habr¨¢n bombardeado con unos 10.000 anuncios de comida hipercal¨®rica, con altas dosis de az¨²cares y grasas; todo un caldo de cultivo para el sobrepeso. No comer de forma equilibrada, no hacer ejercicio o que a sus padres tambi¨¦n les sobren kilos son el resto de factores decisivos para que acabe siendo un obeso.
El aumento, durante los ¨²ltimos a?os, del consumo de otros dispositivos electr¨®nicos no se ha compensado con la bajada del tiempo frente a la televisi¨®n, de alrededor de 10 minutos en los ¨²ltimos 15 a?os (en 1995 era de 160). Evidentemente 10 minutos es mucho menos de lo que los ni?os emplean para conectarse a Internet, jugar a las videoconsolas y manejar el tel¨¦fono m¨®vil. El consumo de televisi¨®n est¨¢ en dos horas y media y el saldo final para los ni?os y adolescentes espa?oles es de muchos m¨¢s minutos sentado frente a una pantalla. El 40% de los menores, adem¨¢s, prefiere Internet a la televisi¨®n y, casi la mitad, los videojuegos a la peque?a pantalla (seg¨²n un estudio de la Universidad de Navarra en 2006 con ni?os de varios centros escolares).
Casanueva: "Comer ante el televisor es malo, se inhiben las se?ales de saciedad"
El 30% de los ni?os espa?oles menores de 14 a?os tiene obesidad o sobrepeso
La televisi¨®n es la primera actividad infantil despu¨¦s de dormir
Seg¨²n un estudio, la obesidad bajar¨ªa un 2,5% sin anuncios de comida basura
Un informe de 1999 dice que el coste de la obesidad era el 7% del fondo sanitario
La soluci¨®n pasa por la prevenci¨®n y por pol¨ªticas educativas de concienciaci¨®n
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) lleva a?os advirtiendo de que la obesidad es una pandemia que tendr¨¢ graves consecuencias si no se frena pero, pese a ello, vivimos en un ambiente que cada vez m¨¢s fomenta el sedentarismo y la mala alimentaci¨®n, promocionada especialmente desde los medios. Las pantallas y la comida basura se convierten en un c¨ªrculo vicioso para los ni?os. Seg¨²n un estudio publicado en 2006 en la revista estadounidense Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine, se asociaba cada hora de televisi¨®n con la ingesta adicional de 167 calor¨ªas. El estudio destaca la influencia de la televisi¨®n en el desequilibrio del balance energ¨¦tico y sus implicaciones en crecimiento del porcentaje de ni?os y j¨®venes obesos en EE UU.
Espa?a a¨²n no est¨¢ a la altura de EE UU, pero las ¨²ltimas cifras indican que nos acercamos a Reino Unido, uno de los peor parados de Europa en este sentido, con aproximadamente un tercio de sus ni?os con problemas de sobrepeso y obesidad. En Espa?a, el 30% de los menores de 14 a?os est¨¢n por encima de su peso, asegura Ricardo Garc¨ªa, jefe del servicio de endocrinolog¨ªa infantil del madrile?o hospital La Paz, quien adem¨¢s afirma que, dentro de este 30%, crece la proporci¨®n de obesos frente al de ni?os con sobrepeso. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta realizada por el INE (con datos de 2006), padec¨ªa sobrepeso el 27,6% de los ni?os, un 11,5% m¨¢s que en la anterior encuesta de 2003.
En Espa?a, la prevalencia de la obesidad ha crecido de forma exponencial en los ¨²ltimos a?os y los m¨¦dicos creen que el problema no se percibe con la gravedad que deber¨ªa. Tampoco hay nada que parezca indicar un cambio de tendencia: "El problema va a peor, no hay m¨¢s que mirar el estilo de vida: coche para todo, nadie usa las escaleras, los ni?os no van a clase andando...". Esto es lo que preocupa a Felipe Casanueva, director del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red sobre la fisiopatolog¨ªa de la obesidad y nutrici¨®n (CIBERobn), organismo dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n y del Instituto de Salud Carlos III, dedicado a investigar de forma multidisciplinar todos los aspectos de la problem¨¢tica.
"Un estudio de EE UU concluy¨® que los ni?os est¨¢n una media de 6,5 horas al d¨ªa enganchados a un aparato electr¨®nico, es una barbaridad", explica vehemente Casanueva. El estudio ALSPAC, realizado en la Universidad de Bristol (RU) a trav¨¦s del seguimiento a m¨¢s de 14.000 ni?os desde la gestaci¨®n, estableci¨® que el riesgo relativo de padecer obesidad en los ni?os que ve¨ªan la televisi¨®n de 4,1 a 8 horas a la semana era un tercio menor que el de los que la ve¨ªan m¨¢s de ocho horas. "Los padres suelen premiar a sus hijos con una televisi¨®n para su habitaci¨®n, un error fatal", critica el director del CIBERobn. El ambiente no facilita las alternativas a la electr¨®nica, que los m¨¦dicos creen deber¨ªan promover los padres. El 60% de las casas espa?olas tienen ya m¨¢s de una televisi¨®n y el porcentaje de ni?os que tienen m¨®vil a los 10 a?os ya est¨¢ en torno al 70%.
La expansi¨®n de los juegos electr¨®nicos ha coincidido con la falta de tiempo y el aumento de los alimentos precocinados y la comida r¨¢pida. Las sociedades "obesog¨¦nicas" (abundancia de comodidades, mayor acceso a alimentos energ¨¦ticos y vida sedentaria) est¨¢n fomentando este crecimiento. La psic¨®loga experta en trastornos alimentarios, Julia Vidal, tambi¨¦n alerta de las complicaciones que muchas veces la sociedad impone a la pr¨¢ctica de ejercicio, "a veces parece que el ¨²nico deporte asequible es el que se hace con la Wii Fit". No es desde?able la creciente afici¨®n a este tipo de consolas donde el usuario se ejercita mientras juega. Las ventas de Wii crecieron un 58% en 2008 respecto al a?o anterior.
"Las comodidades producto del desarrollo de las sociedades se han convertido en nuestros enemigos", afirma Gema Fr¨¹hbeck, directora de la Sociedad Europea de Endocrinolog¨ªa. "Ahora toca aprovechar sus ventajas para adaptarlas a un modo de vida saludable". Fr¨¹hbeck acaba de copresentar un libro (junto al doctor Gareth Williams, de la Universidad de Bristol), Obesidad: ciencia para practicar, en el que hacen hincapi¨¦ en la relaci¨®n directa con las horas de pantallas y en general del sedentarismo. Los ni?os obesos pasan, seg¨²n estudios europeos a los que alude Gema Fr¨¹hbeck, entre seis y 10 horas al d¨ªa viendo la televisi¨®n, mientras que los dem¨¢s pasan entre dos y cuatro horas. Es la pescadilla que se muerde la cola. Los problemas de relaciones que puede provocar el estar gordo, se unen a que, mientras est¨¢n frente a aparatos electr¨®nicos, tambi¨¦n comen, normalmente comida basura.
La obesidad infantil dista mucho, como se apuntaba, de estar bien identificada por la poblaci¨®n y a¨²n queda un largo camino a la concienciaci¨®n. Aunque Ricardo Garc¨ªa asegura que est¨¢n creciendo tanto los casos de obesidad como las consultas al endocrino, opina que "deber¨ªan haber aumentado m¨¢s, ya que muchas veces no se acude cuando existe sobrepeso, y una vez alcanzada la obesidad es una enfermedad cr¨®nica muy dif¨ªcil de curar". El papel de los padres es, por tanto, fundamental. En la obesidad se cumple el de tal palo, tal astilla. Una de las mayores probabilidades que puede conducir a un ni?o es, precisamente, que sus padres lo sean (?Mira el ni?o, est¨¢ gordito como su padre...!). Casanueva resalta la importancia de una buena actitud: "Los progenitores desconocen la dimensi¨®n del problema y sus actitudes negativas se reflejan en los hijos", explica el investigador, que ahonda en varios de los errores m¨¢s comunes: "El hecho de comer viendo la televisi¨®n es mal¨ªsimo, est¨¢ demostrado que se come m¨¢s porque se produce una desconcentraci¨®n que inhibe la sensaci¨®n de saciedad". Otro ejemplo es el tipo de comida, "los padres permiten a los ni?os caprichos alimenticios que est¨¢n provocando un estilo de alimentaci¨®n alejado del tradicional de Espa?a, sin frutas, verduras o pescados y con mucha grasa".
La p¨¦sima combinaci¨®n entre comida grasienta, pantallas electr¨®nicas y escasez de deporte tiene los resultados se?alados con el agravante de que son cr¨®nicos. M¨¢s del 80% de los ni?os o adolescentes obesos siguen si¨¦ndolo de por vida. Esto implica una tendencia en aumento hacia una sociedad obesa. El aumento es vertiginoso y Ruiz afirma que "algunos m¨¦dicos apuntan que la esperanza de vida de los ni?os nacidos en la d¨¦cada de los 2000 ser¨¢ m¨¢s baja que la de los de d¨¦cadas anteriores". Estamos, pues, ante un problema de gran envergadura para la salud p¨²blica, pero tambi¨¦n para los sistemas econ¨®micos.
El impacto de la obesidad tiene un coste sanitario muy elevado. Las estimaciones son muy complicadas por la cantidad de patolog¨ªas derivadas. No obstante, el estudio Delphy (1999) estim¨® (para Espa?a) en el 7% del presupuesto sanitario lo dedicado a las consecuencias directas e indirectas de la obesidad. En 2002, la RAND Corporation (una instituci¨®n norteamericana sin ¨¢nimo de lucro) valor¨® que el coste de la obesidad era mayor al derivado del tabaquismo o el alcoholismo en EE UU.
La tendencia de los expertos (a la luz de las estad¨ªsticas) es muy pesimista. Para Casanueva, pasa ¨²nicamente por una completa estrategia pol¨ªtica en todos los ¨¢mbitos. "Los pol¨ªticos tienen que percibir la gravedad del problema; en Espa?a, a diferencia de otros pa¨ªses, la obesidad no aparece en los programas pol¨ªticos". El director del CIBERobn habla de regulaciones, como la de prohibir la venta de bebidas y alimentos hipercal¨®ricos en los colegios e institutos, introducir informaci¨®n sobre nutrici¨®n y riesgos en los programas educativos u obligar a los restaurantes a publicar las calor¨ªas que llevan sus men¨²s. "Es necesaria una mayor concienciaci¨®n que s¨®lo se consigue por esta v¨ªa", se?ala el especialista. "Deber¨ªa haber un movimiento de las autoridades para promover ciudades sanas, ahora est¨¢ claro que no es una prioridad".
Los estudios indican que las pol¨ªticas pueden ser muy ¨²tiles para combatir el sobrepeso. En un reciente informe aparecido en febrero en la revista Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine sobre un conjunto de ni?os en Holanda y Australia, determinaba que la eliminaci¨®n total de publicidad de comida basura supondr¨ªa una ca¨ªda en los porcentajes de obesidad infantil de en torno a un 2,5%. En las conclusiones del informe se afirma que la limitaci¨®n de este tipo de anuncios contribuir¨ªa en gran medida al gran esfuerzo necesario para mejorar las dietas infantiles.
El reto es tratar de combatir la epidemia, "con unas perspectivas poco halag¨¹e?as trataremos de dar pasos a nivel global", explica Casanueva, "como los de algunos pa¨ªses escandinavos, que han conseguido estabilizar la prevalencia gracias a medidas como la prohibici¨®n de vender productos hipercal¨®ricos en los colegios, prohibir anuncios de ese tipo en horario infantil o incluir programas de educaci¨®n nutricional en los colegios". Las propuestas pol¨ªticas concretas, no obstante, deber¨¢n llegar tras los recursos: "De momento tenemos que conseguir que los Gobiernos se conciencien y se inviertan las cantidades necesarias", concluye.
A pesar de todo, y m¨¢s trat¨¢ndose de menores, no hay que dejar de lado la prudencia. Los adolescentes son un grupo muy vulnerable y es necesario acotar bien las situaciones para evitar que se pase de un extremo a otro, como la anorexia o la bulimia. "No debe transmit¨ªrseles la idea de una sociedad de gordos y flacos, donde la importancia de la imagen es excesiva", dice Gait¨¢n. "Los padres y los educadores tienen que sentarse con los ni?os y ense?arles a comer. Tienen que explicarles a partir de d¨®nde empieza el sobrepeso y prevenir que se obsesionen", afirma Ruiz.
Fr¨¹hbeck habla tambi¨¦n de la "estigmatizaci¨®n de la persona obesa, hay que evitar mensajes de persecuci¨®n hacia los ni?os que padecen esta enfermedad, transmitirles apoyo, de forma gradual, no tir¨¢nica"; la presidenta de la Sociedad Europea para el Estudio de la Obesidad afirma que la ¨²nica soluci¨®n es la educaci¨®n y las pol¨ªticas de concienciaci¨®n. "Los ni?os necesitan aprender los h¨¢bitos alimenticios en el colegio, si no no vamos a conseguir nada".- Dieta saludable. El Ministerio de Sanidad y Pol¨ªtica Social tiene implantada la estrategia NAOS, bajo el lema ?come sano y mu¨¦vete! establece una serie de alimentos que deben ser la base de la dieta: las frutas, verduras y hortalizas, cereales, productos l¨¢cteos, pan y aceite de oliva deben consumirse a diario. Tambi¨¦n el arroz y la pasta pueden alternarse. Tanto las prote¨ªnas como las grasas y los az¨²cares deben comerse con moderaci¨®n. Hay que aprovechar la base de la que es la dieta tradicional espa?ola, los productos mediterr¨¢neos.
- Ejercicio f¨ªsico. Existen muchas posibilidades para mantenerse en forma. Caminar al colegio o subir las escaleras constituyen ya maneras de evitar caer en una vida sedentaria.
- Eliminar horas frente a las pantallas. Los diferentes estudios demuestran la correspondencia que existe entre las horas que los ni?os pasan con la televisi¨®n, el ordenador o las videoconsolas y su sobrepeso. Es necesario moderarlas y ofrecer alternativas para que se ocupe el tiempo de ocio.
- Equilibrio. Debe tenerse en cuenta que hay que llevar un equilibrio entre la cantidad de energ¨ªa que se ingiere y lo que se quema mediante la actividad diaria.
Terapia multidisciplinar
Tratar la obesidad infantil es complicado y tiene unas cifras de fracaso muy altas (m¨¢s del 80%); por ello, los expertos han decidido que la terapia s¨®lo puede funcionar si se aborda de forma multidisciplinar. En Valencia, en colaboraci¨®n con el CIBER obn, se est¨¢ desarrollando desde hace un a?o el proyecto ETIOBE (e-terapia inteligente de la obesidad infantil), que de forma pionera utiliza las nuevas teconolog¨ªas para ayudar a los ni?os a atajar la obesidad mientras juegan.
El objetivo es trasladar el hospital a la vida cotidiana del ni?o, controlarle y motivarle e incrementar as¨ª la eficacia del tratamiento. El programa funciona con mascotas virtuales que interact¨²an con el ni?o, gui¨¢ndolo en el proceso. En el sistema intervienen todas las partes implicadas: m¨¦dicos, psic¨®logos, padres y profesores, asegurando que el ni?o tenga incentivos y recompensas para conseguir el ¨¦xito.
Empar Lurbe, directora del grupo de investigaci¨®n y jefa del servicio en el Hospital General Universitario Infantil de Valencia, afirma que cada proyecto se realiza "como un traje a medida, se hace una valoraci¨®n cl¨ªnica y se dise?a para el ni?o un programa de alimentaci¨®n y actividad f¨ªsica con el apoyo psicol¨®gico y el de la tecnolog¨ªa".
Lurbe afirma que, aunque a¨²n es pronto para arrojar resultados, "ya tenemos claro lo importante que es una educaci¨®n y un cambio de h¨¢bitos; aunque los ni?os no pierdan peso r¨¢pidamente notamos que cambian y adquieren h¨¢bitos cardiosaludables". Como en todos los casos, es necesaria una gran implicaci¨®n de los padres: "Es complicado, pero notamos como poco a poco se adhieren", explica Lurbe.
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