La cantautora libre
Habla r¨¢pido, a trompicones, y mezcla ingl¨¦s y franc¨¦s, "que es mi primer idioma aunque comenc¨¦ a escribir canciones en ingl¨¦s porque me parec¨ªa m¨¢s mel¨®dico". Tartamudea un poco. Y afirma que el franc¨¦s le produce estr¨¦s. "Porque siempre he estudiado en franc¨¦s y en franc¨¦s me peleo con mi madre, mientras que el ingl¨¦s es la lengua que hablo con mis amigos, con la que puedo evadirme", dice. Hace poco que lleg¨® tambi¨¦n a su m¨²sica el dulce cr¨¦ol de origen africano, idioma de sus abuelos.
M¨¦lissa Michelle Marjolec Laveaux naci¨® en 1985 en Montreal, hija de inmigrantes haitianos, aunque creci¨® en Ottawa, en el Canad¨¢ angl¨®fono. Cuando ten¨ªa 13 a?os su padre le regal¨® una vieja guitarra comprada al Ej¨¦rcito de Salvaci¨®n. "Pag¨® 15 d¨®lares y costaba el doble", dice. Asegura que la consigui¨® a ese precio tras flirtear con la cajera. "La guitarra estaba abombada y aprend¨ª a tocar con las cuerdas muy alejadas del m¨¢stil. Ten¨ªa que apretar muy fuerte para que sonara y creo que por eso desarroll¨¦ los m¨²sculos de la mano como lo hice".
"En Hait¨ª sent¨ª la nostalgia de mis padres. Aunque el recuerdo m¨¢s fuerte es el del sabor asquerosamente amargo de la pastilla contra la malaria"
En el peque?o teatro parisino de l'Atelier, en Montmartre, la joven canadiense contesta sonriente a las preguntas. "La primera vez que cant¨¦ en Europa fue el 25 de julio de 2007. En una peque?a sala de Par¨ªs. Era antes de la ley que proh¨ªbe fumar y como soy al¨¦rgica al humo del tabaco me beb¨ªa medio litro de agua entre canci¨®n y canci¨®n", recuerda riendo.
El t¨ªtulo de su disco, Camphor & copper (alcanfor y cobre), tiene una curiosa explicaci¨®n: "El metal y el vegetal me sirven para describir un poco c¨®mo es el amor. El peligro de entregarse demasiado a alguien olvid¨¢ndose de uno. Hay dos o tres canciones en las que hablo directamente de esos errores que comet¨ª, intentando cambiarme mil veces para otra persona. Y, si t¨² cambias, esa persona no te va a querer nunca".
Una de las canciones m¨¢s celebradas es su versi¨®n de Needle in the hay, de Elliott Smith. "Un artista que me encanta por la belleza que hay en su minimalismo y que representa el folk innovador de los a?os noventa". Por el videoclip se pasea una figura que evoca al Bar¨®n Samedi del vud¨². "S¨ª, al hombre que viene a buscarte y tambi¨¦n al jugador tramposo. Una amalgama de culturas, que es algo muy antillano", afirma. "Hait¨ª est¨¢ en los libros que hab¨ªa en casa y en las cosas que mis padres cuentan de su infancia. Estuve all¨ª una vez cuando ten¨ªa 13 a?os. Sent¨ª la nostalgia que sent¨ªan mis padres. Aunque el recuerdo m¨¢s fuerte es el del sabor asquerosamente amargo de la pastilla que hab¨ªa que tomar contra la malaria".
Hoy, su padre es profesor de matem¨¢ticas y, su madre, de ortopedagog¨ªa. Forman parte de la numerosa comunidad haitiana que vive en Canad¨¢. M¨¦lissa, que ha estudiado en la Universidad de Ottawa ?tica y Sociedad, habla de las dificultadas para integrarse en una cultura distinta: "No se trata del racismo de los tiempos de la esclavitud, pero en casa tus padres te recuerdan que eres haitiana, mientras que a tus amigos sus padres no les repiten que son blancos y canadienses. Lo mismo pasa en la escuela, donde siempre te recuerdan que eres negra y ellos no se dan cuenta de que son blancos. Con cuatro a?os ya ten¨ªa conciencia de ser diferente". Otro problema: c¨®mo aceptarse una misma cuando no se encaja con el modelo de belleza que proyectan los medios. "Un d¨ªa que no me sent¨ªa bien un amigo me dijo que si das un buen concierto la m¨²sica puede llegar a emocionar a las personas. Y yo pens¨¦ que lo que llega a la gente es una t¨ªa delgada, con buenas tetas y rubia. Ves que la chica muy guapa sale al escenario y que le cuesta mucho menos convencer a la audiencia. Yo necesito un m¨ªnimo de tres canciones para que la gente se diga 'bueno, por lo menos tiene talento".
"Me considero feminista, pero no me identifico con las que piensan que no hay que tomar en consideraci¨®n el racismo o la discriminaci¨®n por el aspecto f¨ªsico. Y con las feministas de derechas no comparto nada. Cuando las mujeres no pod¨ªan votar, hab¨ªa mujeres negras a las que ni siquiera se consideraba personas", se?ala. En la universidad, M¨¦lissa Laveaux trabaj¨® como responsable del Centro de Recursos de las Mujeres.
Saca de su bolso un libro de LeRoi Jones -de Amiri Baraka, puntualiza- y comenta que tambi¨¦n est¨¢ leyendo uno de Angela Davis sobre Bessie Smith y Ma Rainey. "Muchos criticaban al jazz negro que no llevase bien los compases, pero precisamente eso es lo genial ya que las medidas est¨¢n desplazadas aposta para expresar algo. Lo he comprendido de forma te¨®rica en los libros, pero a¨²n mejor al escuchar con un o¨ªdo atento". Le emocionan Billie Holiday y Nina Simone por su forma de cantar la amargura y el dolor. "Billie cantaba Strange fruit y Nina Four women, en una ¨¦poca en la que el p¨²blico del jazz era de blancos con dinero que no ten¨ªan ganas de o¨ªr '?qu¨¦ les hab¨¦is hecho a los negros?'. Y ellas les est¨¢n diciendo 'joderos". "Yo no he vivido las mismas cosas, pero veo sus consecuencias y que la historia contin¨²a. Cuando escriben sobre m¨ª es siempre 'la cantante haitiana' aunque mi m¨²sica no sea haitiana. La gente sigue con esa visi¨®n ex¨®tica de las cantantes que comenz¨® con Josephine Baker".
Se emociona al referirse a la famosa bailarina y cantante. "Revolucion¨® la forma de ver de las personas. Y fue esp¨ªa durante la Segunda Guerra Mundial, adopt¨® un mont¨®n de ni?os
... Mil veces mejor que Madonna o Angelina Jolie. ?No entiendo c¨®mo la gente puede estar obsesionada con estas chicas!", dice la canadiense, que en su MP3 lleva desde Morcheeba, Feist, Macy Gray y Lauryn Hill hasta Adriana Calcanhotto o Emiliana Torrini. Y muchas voces n¨®rdicas.
Su reciente actuaci¨®n en el teatro de l'Atelier, en un programa con el guitarrista de jazz Misja Fitzgerald Michel tocando canciones de Nick Drake y el d¨²o de balaf¨®n y vibr¨¢fono Kouyat¨¦-Neerman, ha servido para celebrar cinco a?os de No Format! (www.noformat.net), un sello que busca lo inaudito. Laurent Bizot llevaba a?os trabajando como abogado de la discogr¨¢fica Universal en Francia cuando decidi¨® embarcarse en proyectos sonoros que desaf¨ªan las modas, la uniformizaci¨®n de los gustos musicales y el paso del tiempo. Las claves para la supervivencia de No Format!, que organiz¨® este encuentro con M¨¦lissa Laveaux, las da el entusiasta Bizot: equilibrar el presupuesto, no cometer locuras y hacerlo por placer.
Laveaux, a la que Bizot descubri¨® en MySpace, tiene tatuadas en la espalda cuatro figuras de yoga que son, seg¨²n explica, las etapas para zambullirte como un cisne. "Significa que te tires de cabeza en lo que haces". "No hay que quedarse en casa autocompadeci¨¦ndose. Hay d¨ªas en que me quedar¨ªa en la cama dici¨¦ndome '?si hay diez mil cantantes mejores que yo!'. Despu¨¦s te levantas y te das cuenta de que tienes trabajo y de que, si lo haces bien, nadie m¨¢s que t¨² puede hacer eso. Lo que t¨² haces es ¨²nico. Y nadie va a poder contigo". -
Camphor & copper. M¨¦lissa Laveaux. No Format! / Universal
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