Cuerpos contra almas
Narrativa. Son las almas ejemplo de bondad, paciencia, honradez y amor, pero se ven sometidas a la infecci¨®n moral de los cuerpos humanos. Si a los humanos no se les metiera un alma dentro, se dedicar¨ªan al asesinato, maniacos de la fuerza y el fraude. Las almas, alien¨ªgenas, invaden los cuerpos mediante inserci¨®n quir¨²rgica en la base del cr¨¢neo: parecen un resplandor plateado y plumoso, o un ciempi¨¦s, un gusano, un par¨¢sito, seg¨²n el punto de vista. The Host (La hu¨¦sped) es la nueva novela de Stephenie Meyer (Conneticut, 1973), estupenda narradora de historias fant¨¢sticas, famosa por la serie vamp¨ªrica Crep¨²sculo.
Dice Meyer que su principal influencia es El Libro de Morm¨®n, y The Host hereda el aire b¨ªblico de la ciencia-ficci¨®n apocal¨ªptica, pero sin alta tecnolog¨ªa. Lo importante es la fe en realidades fabulosas, y Meyer conquista la credulidad literaria de sus lectores. Pertenece a la generaci¨®n de escritores formada viendo la televisi¨®n, la reposici¨®n en familia de pel¨ªculas viejas. Su versi¨®n del fin de la humanidad espiritualiza La invasi¨®n de los ladrones de cuerpos, de Don Siegel (1956) o Philip Kaufman (1978), apropi¨¢ndose del lenguaje informativo de la actualidad pol¨ªtica: la invasi¨®n es presentada por los alien¨ªgenas como una obra de civilizaci¨®n y pacificaci¨®n. Las almas convertir¨¢n el mundo humano en un para¨ªso a trav¨¦s de la aniquilaci¨®n en masa.
The Host (La hu¨¦sped)
Stephenie Meyer
Traducci¨®n de Mar¨ªa Jes¨²s S¨¢nchez Raya
Suma de Letras. Madrid, 2009
758 p¨¢ginas. 16,50 euros
Los humanos se convierten en insurgentes. Y en el cuerpo cazado de Melanie, miembro de la resistencia, entra Wanderer, alma con experiencia de vida en seis planetas, pues ha sido flor, oso, ara?a, alga, murci¨¦lago y drag¨®n, antes de ser mujer. La M dio la vuelta y como W anda suelta, dec¨ªa un poema infantil del polaco Julian Tuwin. Entonces la profesora universitaria Wanderer empieza a sentir la extra?eza adolescente del propio cuerpo. Las emociones son desagradablemente imprevisibles, traicioneras, impertinentes. Tiene dentro los recuerdos y la voz de Melanie, enamorada del bello Jared, un individuo bastante bruto y tonto, como muchos de los machos de la historia. "No pod¨ªa admitir que amaba al hombre que me despreciaba", confiesa Wanderer. Las fantas¨ªas del masoquismo sentimental parecen sobrevivir incluso a las invasiones alien¨ªgenas. En el desierto entre Tucson y San Diego, los humanos se refugian en un volc¨¢n. Meyer imagina espl¨¦ndidamente la vida diaria en el mundo fant¨¢stico y quiz¨¢ futuro, donde el trabajo todav¨ªa se divide sexualmente: las mujeres son cocineras o maestras, contadoras de historias al calor de la lumbre, limpiadoras o maestras,y los hombres guerrean con el enemigo invasor y, si hace falta, con el amigo, muy inclinados al pu?etazo que rompe la nariz, a pesar de vivir en "la fraternidad de la extinci¨®n". -
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