Ang Lee persigue el esp¨ªritu 'hippy' y la Palma de Oro
El cineasta taiwan¨¦s da rienda suelta al estilo sesentero en 'Taking Woodstock'
Imposible saber si Ang Lee (Pingtung, Taiwan, 1954) particip¨® en carne y hueso del gran viaje lis¨¦rgico, si particip¨® en org¨ªas en la parte trasera de furgonetas pintarrajeadas, si se arrastr¨® por el barro aullando de placer. Es imposible saberlo -el tipo es discreto como esas figuritas de mono que se tapan los ojos, la boca y las orejas-, pero es f¨¢cil imaginarlo: en el verano de 1969, cuando el volc¨¢n de Woodstock entr¨® en erupci¨®n, ¨¦l ten¨ªa 15 a?os y estaba en China. Complicado escenario para dar rienda suelta al esp¨ªritu hippy. Claro que, si es por eso, los protagonistas de Taking Woodstock ni siquiera hab¨ªan nacido (excepto la gran Imelda Staunton) cuando la lava empez¨® a despe?arse por los cuerpos j¨®venes y urgentes de aquellos d¨ªas al son de The Who, Janis Joplin, Jimi Hendrix o Joan Baez.
Para Ang Lee, hacer una pel¨ªcula sobre aquella cita de sexo, droga y rock & roll era cuesti¨®n de serenidad, "de sentirme en paz conmigo mismo", aclara.
Despu¨¦s de ganar dos premios Oscar (al mejor director por Brokeback Mountain, en 2006, y a la mejor pel¨ªcula de habla no inglesa por Tigre y drag¨®n, en 2001), dos Osos de Oro en Berl¨ªn (Xi Yan, en 1993, y Sentido y sensibilidad, en 1995) y dos Leones de Oro en Venecia (Brokeback Mountain, en 2005, y Deseo, peligro, en 2007), a Ang Lee le quedaba explorar la v¨ªa de la autosatisfacci¨®n: "Durante 17 a?os hice siete tragedias... ten¨ªa ganas de hacer una historia as¨ª, estar en paz conmigo mismo, quer¨ªa hacer un drama pero que tambi¨¦n fuera una comedia, y todo ello sin cinismo alguno", explica Lee en Cannes, donde debut¨® en 1997 con La tormenta de hielo.
Ang Lee vio las im¨¢genes de Woodstock por la televisi¨®n de Taiwan: "Aquello era un s¨ªmbolo de inocencia, de c¨®mo las nuevas generaciones planteaban frente al establishment pol¨ªtico otras formas de vivir, en paz con la naturaleza, con las razas y con todos los dem¨¢s... Por todo eso, Woodstock es algo simb¨®lico, un icono".
Hay que recordar que el material previo al estallido del icono, era m¨¢s bien rico, un caldo de cultivo que parec¨ªa perfectamente dise?ado para abrir la v¨ªa del descontento y la contestaci¨®n: el Verano del amor de 1967 en San Francisco -pistoletazo de salida del movimiento hippy- y la guerra de Vietnam; los asesinatos en 1968 de Martin Luther King y Robert F. Kennedy; la investidura de Nixon en 1969; los primeros Levi's de pata de elefante ese a?o; la llegada del hombre a la Luna aquel verano; la masacre de Charles Manson... Demasiado hito hist¨®rico en demasiado poco tiempo como para no dejar rastro. As¨ª que cuatro tipos tan insatisfechos como avispados, Michael Lang, Artie Kornfeld, Joel Rosenman y John Roberts acabaron montando un sarao que pas¨® a la historia...
Ang Lee y su viejo colaborador, el guionista y productor James Schamus, conocieron en 2007, en un plat¨® de televisi¨®n, a Elliot Tiber, autor del libro Taking Woodstock: a true story of a riot, a concert and a life. La conexi¨®n fue inmediata y Schamus adapt¨® el libro. "La pel¨ªcula trata de la felicidad de la gente, pero yo mismo he sido aut¨¦nticamente feliz haci¨¦ndola", cuenta el director taiwan¨¦s afincado en Nueva York, quien reconoce la influencia directa del ya m¨ªtico documental Woodstock, estrenado en 1970 por Michael Wadleigh. "Su influencia es clara en todo lo que tiene que ver con el estilo de la gente, la atm¨®sfera de libertad y aquel esp¨ªritu despreocupado", admite Ang Lee, quien tuvo problemas de derechos para poder incluir im¨¢genes del documental dentro de su pel¨ªcula. En cualquier caso, zanja en forma de interrogante casi contestada: "No s¨¦ si hoy se podr¨ªa repetir aquello... Echo de menos el esp¨ªritu de Woodstock".
Ang Lee, que se considera a s¨ª mismo "alguien sencillo y complejo a la vez y siempre extranjero, est¨¦ donde est¨¦", tiene a¨²n pendiente un gran premio en su palmar¨¦s personal: la Palma de Oro de Cannes. ?Ser¨¢ esta vez?"Echo de menos la atm¨®sfera de aquel festival; no s¨¦ si podr¨¢ repetirse", dice Lee
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