Desatino publicitario
La publicidad nos hace creer que comiendo barritas de chocolate se puede adelgazar o que ingiriendo una determinada marca de yogur se defiende uno de todo tipo de enfermedades. En los ¨²ltimos tiempos proliferan tambi¨¦n los anuncios de consultas m¨¦dicas o de f¨¢rmacos contra la disfunci¨®n er¨¦ctil que quieren hacer creer al que los escucha que, resuelto
el problema, la felicidad de la vida de pareja est¨¢ garantizada. Son mensajes, en fin, cuyo blanco es el eterno anhelo del ser humano por la salud y la felicidad. Algo de todo esto hay en la ¨²ltima campa?a lanzada por los laboratorios Bayer de su f¨¢rmaco contra la disfunci¨®n er¨¦ctil, Levitra. El nombre del compuesto juega, adem¨¢s de sutilmente con las palabras, con algo mucho menos ingenuo y humillante. Se trata de tres misivas, en tono coloquial, al estilo del spam de Internet. En la primera de ellas, un espa?ol que frecuenta la playa de Copacabana escribe a su m¨¦dico haci¨¦ndole notar la sed de sexo de las brasile?as, que hacen de ¨¦l el centro de atenci¨®n; y, junto a la imagen de dos jovencitas ligeras de ropa, le pide el medicamento que le ha recomendado un amigo y a?ade: "Como comprender¨¢ al ver a las chicas que salen en la fotograf¨ªa que le env¨ªo, es exactamente lo que necesito". Cuarenta mil profesionales sanitarios -m¨¦dicos de atenci¨®n primaria y farmac¨¦uticos- han recibido el mensaje v¨ªa Internet, y la protesta inicial de una treintena de ellos ha llevado a la multinacional alemana, con buen criterio, a retirar la campa?a y pedir disculpas.
Tienen raz¨®n los que han tildado la ocurrencia publicitaria de machista y fanfarrona. Tanto el mensaje descrito como otros dos previstos, de parecido calibre, presentan al hombre como un depredador sexual por el que suspiran "las chicas", que a su vez son meros objetos sexuales.
Pero el problemade la promoci¨®n interrumpida no es de mero machismo. Se permite, adem¨¢s, frivolizar con un asunto tan traumatizante como la impotencia, que es justamente el mal que trata de combatir el medicamento. Y, en el c¨²mulo de los desatinos, lo envuelve todo en una forma de publicidad masiva (mediante mensajes electr¨®nicos) que esquiva los filtros habituales.
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