Grandioso proyecto con resultado notable
Amen¨¢bar convence con '?gora', su defensa de la tolerancia en clave hist¨®rica
Supongo que hay gente que hace cine por algo tan leg¨ªtimo como ganarse la vida. Otros, por la convicci¨®n absoluta de que su incuestionable arte va a redimir al mundo. Tambi¨¦n est¨¢n aquellos a los que no te los imaginas haciendo otra cosa, gente en cuya personalidad todo desprende inconfundible olor a celuloide, a narrar historias en im¨¢genes. Alejandro Amen¨¢bar pertenece a esa raza. Ten¨ªa 24 a?os cuando realiza su primera pel¨ªcula Tesis, edad que va asociada al aprendizaje. Pero aquella desasosegante inmersi¨®n en el suspense y en el terror parec¨ªa realizada por un director tan adulto como sabio, un brillante manipulador de emociones, alguien que hac¨ªa pasar tanto miedo al espectador como a esa estudiante de cine perseguida por un s¨¢dico especializado en hard-core.
Todo desprende inconfundible olor a celuloide en este arriesgado director
El filme revive la Alejandr¨ªa perdida con poderoso sentido visual
Veo la pel¨ªcula con respeto. Deseo que me atrape la emoci¨®n. No llega
Esa actriz notable llamada Rachel Weisz est¨¢ bien, pero no memorable
Desde entonces cada proyecto del ni?o prodigio resulta imprevisible, tiene muy claro lo que quiere hacer y se toma su tiempo, se mete en pel¨ªculas tan arriesgadas como heterodoxas que resuelve con perfecci¨®n, que alcanzan inevitablemente ¨¦xito comercial y le han otorgado un justificado prestigio. Se maneja con id¨¦ntica soltura hablando de un tipo al que el destino transforma en un monstruo f¨ªsico y ps¨ªquico que dirigiendo a la megaestrella Nicole Kidman en un cuento g¨®tico habitado por muertos que ignoran su condici¨®n, o llenando parad¨®jicamente de emoci¨®n y de vida el dolor de un hemipl¨¦jico confinado en una habitaci¨®n y que decide despedirse de una existencia tan atroz como impotente. El talento, la sensibilidad y la buena estrella han bendecido la variada obra de alguien que acierta siempre en tem¨¢ticas aparentemente ¨¢ridas, que sabe conectar con todo tipo de p¨²blico, que hace el cine que le da la gana y que se ha ganado a pulso el derecho a equivocarse alguna vez.
Reconociendo la inquebrantable fe en s¨ª mismo de este virtuoso en apuestas fuertes, se hab¨ªa creado l¨®gica expectaci¨®n y morbosa curiosidad alrededor de ?gora, una pel¨ªcula de 50 millones de euros de presupuesto que se desarrollaba durante el siglo IV en la m¨ªtica Alejandr¨ªa del Imperio Romano. Conociendo las aficiones de Amen¨¢bar era impensable que fuera a hacer un p¨¦plum o un t¨®pico relato de aventuras. Tampoco ser¨ªa Troya ni La pasi¨®n de Cristo, por citar dos ejemplos del cine moderno que reviv¨ªan historias de la antig¨¹edad y que por distintos motivos arrasaron en taquilla. Tampoco tendr¨ªa demasiado parentesco con las aparatosas y convenientes interpretaciones del Imperio Romano que hizo Hollywood en los a?os cincuenta y sesenta. Ser¨ªa una pel¨ªcula de autor m¨¢s que de productor, una reflexi¨®n muy personal sobre tragedias del pasado que tambi¨¦n se pueden aplicar al presente.
Ese proyecto tan costoso y extenuante acaba de estrenarse en el Festival de Cannes. Lo primero que percibes en ?gora es que la documentaci¨®n de ese gui¨®n ha sido muy trabajada, que se ha buceado intensamente en la historia sin tratar de adulterarla para llegar a la desolada conclusi¨®n que expon¨ªa Santos Disc¨¦polo en una incontestable y maravillosa canci¨®n de "que el mundo fue y ser¨¢ una porquer¨ªa ya lo s¨¦, en el 506 y en el 2000 tambi¨¦n, que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos". Amen¨¢bar y su coguionista Mateo Gil hablan de la agresi¨®n salvaje que han ejercido las religiones, de su implacable metodolog¨ªa con los que consideraban herejes o disidentes, del casi siempre desigual combate entre la luz y la oscuridad. La primera est¨¢ representada aqu¨ª por los guardianes de la Biblioteca de Alejandr¨ªa, compendio de la sabidur¨ªa acumulada hasta entonces por la humanidad y que va a ser saqueada por una barbarie en imparable expansi¨®n llamada cristianismo, por una gente que fue acorralada en su nacimiento por los paganos y que en su ambici¨®n por el poder triturar¨¢n las mejores esencias de sus antiguos perseguidores. El resto de las religiones tambi¨¦n salen malparadas, incluido el juda¨ªsmo y su adicci¨®n a practicar la ley del tali¨®n. Todos los que adoran ciegamente a dioses intangibles y a las reglas inamovibles sienten alergia hacia la tolerancia y est¨¢n dispuestos a lapidar a los agn¨®sticos, a los heterodoxos, a los que plantean dudas contra lo establecido.
La rebeld¨ªa est¨¢ encarnada por Hipatia, una fil¨®sofa, astr¨®noma y matem¨¢tica que investiga en el tiempo y en el espacio, que llega a la blasfema conclusi¨®n de que la Tierra puede girar alrededor del Sol, cuyos modelos no son Zeus, Cristo o Yahv¨¦ sino Parm¨¦nides, Arist¨®teles y Tolomeo, gente que reflexion¨® sobre la ciencia y la naturaleza humana desafiando a las verdades impuestas, al cerril estado de las cosas.
Amen¨¢bar revive el universo perdido de Alejandr¨ªa con poderoso sentido visual, di¨¢logos excelentes, personajes dise?ados con complejidad, tensiones latentes. Filma batallas y escenas de masas dando sensaci¨®n de realidad, sin recurrir a los efectos de los ordenadores. Su implicaci¨®n con la figura de la protagonista es est¨¦tica y ¨¦tica.
El tema y el primoroso lenguaje con el que se expresa me ponen incondicionalmente a favor de esta pel¨ªcula, la veo y la escucho con respeto, estoy deseando que me atrape la emoci¨®n, pero ¨¦sta no llega. No consigo meterme dentro de una historia con tantas cosas admirables, condici¨®n indispensable que le exijo al gran cine. Esa mujer preciosa y actriz notable llamada Rachel Weisz est¨¢ bien, pero no memorable. Me creo a los actores viejos, como el siempre impecable Michael Lodsale, pero no conecto ni m¨ªnimamente con los j¨®venes, encabezados por Oscar Isaac y Max Minghella. La m¨²sica de Dario Marinelli es l¨ªrica pero tambi¨¦n abusiva, innecesariamente presente en casi todas las secuencias, subrayona. ?gora es una pel¨ªcula notable a la que le sobran y le faltan cosas. Ojal¨¢ que tenga tir¨®n para el gran p¨²blico, que el ¨¦xito le permita a este singular director seguir abordando aventuras alejadas de lo convencional, que el mercado no le pase factura si no acaban de salirle las cuentas.
Celebro que me quede poco espacio para extenderme sobre los dos restantes t¨ªtulos que ha exhibido en esta jornada la secci¨®n oficial, ya que nada bueno se puede contar de ellas. La filipina Kinatay, dirigida por el temible Brillante Mendoza, dedica dos horas insufrible a describir con im¨¢genes oscuras la estupefacci¨®n de un chaval que aspira a entrar en la polic¨ªa al constatar la relaci¨®n umbilical entre ¨¦sta y un grupo de mafiosos de la prostituci¨®n, que torturan y descuartizan a una puta que ha intentado estafarles. Todo navega entre lo confuso y lo tedioso. Jonny Hallyday protagoniza Venganza, dirigida por el chino Jonnie To, se?or al que los festivales le profesan incomprensible culto. Este profesional en intendible cine negro, en delirios, efectismo chirriante y violencia sistem¨¢tica mantiene sus incendiarias y cansinas caracter¨ªsticas en la venganza de un antiguo asesino a cuya hija acaban de cargarse. O sea: m¨¢s de lo mismo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.