Sri Lanka pone fin a 26 a?os de guerra civil contra la minor¨ªa tamil
El Ej¨¦rcito de Colombo confirma la muerte de la c¨²pula de la guerrilla
Sri Lanka puso ayer fin a 26 a?os de guerra civil contra los Tigres de Liberaci¨®n de la Tierra Tamil (LTTE). El jefe del Alto Estado Mayor del Ej¨¦rcito, general Sarath Fonseka, confirm¨® la muerte del fundador de la guerrilla (a quien los tigres veneraban como a un dios), Velupillai Prabhakaran, y de sus dos comandantes m¨¢s cercanos, cuando trataban de huir del ¨²ltimo kil¨®metro de tierra en que se hab¨ªan atrincherado. "Hemos liberado todo el pa¨ªs", declar¨® Fonseka tras anunciar la derrota total de los separatistas.
La muerte de Prabhakaran se difundi¨® a trav¨¦s de SMS por la isla y entre la extensa comunidad tamil de India, cuyos l¨ªderes llegaron a exigir al Gobierno durante la pasada campa?a electoral que invadiera Sri Lanka e impidiera que el Ej¨¦rcito cingal¨¦s siguiera "matando civiles tamiles".
El l¨ªder de los 'tigres' fue abatido cuando hu¨ªa en una ambulancia
El pa¨ªs pide ayuda internacional para socorrer a los 250.000 desplazados
El Gobierno de Colombo pidi¨® ayer ayuda a la comunidad internacional para atender a los 250.000 desplazados tamiles que en las ¨²ltimas semanas escaparon de los combates, despu¨¦s de meses de soportar la lucha en que se hab¨ªan enzarzado el Ej¨¦rcito y los tigres. Unos bombardeaban; los otros, les reten¨ªan como escudos humanos. La UE ha pedido una investigaci¨®n independiente.
Ni los guerrilleros escucharon los llamamientos para que se rindieran, ni el Gobierno, convencido de que ¨¦sta era su oportunidad para aplastar a la guerrilla, acept¨® un alto el fuego para permitir la salida de los civiles. China y Rusia han impedido hasta ahora que el Consejo de Seguridad abordara la cuesti¨®n de Sri Lanka. Ambos pa¨ªses, con buenas relaciones con Colombo, consideraban la guerra "un asunto interno".
Seg¨²n la ONU, m¨¢s de 6.500 civiles han muerto desde que el Ej¨¦rcito iniciara en diciembre la ofensiva final. Ni los medios de comunicaci¨®n, ni las ONG han tenido acceso a las zonas de combates. Ambas partes manejaron a su antojo, en una clara guerra de propaganda, la informaci¨®n sobre lo que estaba ocurriendo.
Los LTTE s¨®lo se rindieron el domingo, cuando los soldados hab¨ªan confinado a los centenares de rebeldes que quedaban vivos en una franja de un kil¨®metro cuadrado. Seg¨²n el coronel Udaya Nanayakkara, en la operaci¨®n final mataron a 250 tigres. Prabhakaran, de 54 a?os; Pottu Amman, jefe de espionaje, y Soosai, jefe de la defensa naval, cayeron en la madrugada de ayer, cuando trataban de huir en una ambulancia. Un juez orden¨® a la polic¨ªa cient¨ªfica que se realicen pruebas de ADN de los cad¨¢veres de los tres m¨¢ximos dirigentes. El cuerpo de Prabhakaran result¨® muy da?ado por el incendio desatado por el ob¨²s de la artiller¨ªa que destroz¨® la ambulancia.
Prabhakaran adiestr¨®, seg¨²n los expertos militares, la guerrilla m¨¢s disciplinada de la historia, especializada en ataques suicidas. Entre las v¨ªctimas de sus atentados se encuentra el presidente de Sri Lanka, Ranasinghe Premadasa y el ex primer ministro de India, Rajiv Gandhi. Al menos 70.000 personas murieron en 25 a?os de enfrentamientos entre el Ej¨¦rcito y los LTTE, sin contar los muertos habidos en estos ¨²ltimos meses de combates.
Los tigres llegaron a contar con una fuerza de entre 10.000 y 15.000 hombres y al final de la d¨¦cada de los noventa controlaban un cuarto de los 65.610 kil¨®metros cuadrados de Sri Lanka. Su objetivo era establecer un Estado independiente tamil en el noreste de la isla. La victoria de Manida Rajapaksa en las elecciones presidenciales de finales de 2005 marc¨® el inicio de la estrategia militar que los ha exterminado.
El movimiento de los tamiles por la autodeterminaci¨®n comenz¨® en la d¨¦cada de los setenta pero hasta 1983 no hubo graves problemas de convivencia entre la mayor¨ªa cingalesa y budista (el 73% de los 21 millones de srilankeses) y la minor¨ªa tamil e hind¨² (10%). La situaci¨®n estall¨® tras la muerte de 13 soldados en un ataque de los tigres, que provoc¨® una matanza de centenares de tamiles.
La guerrilla, bautizada LTTE en 1976 por Prabhakaran, inici¨® entonces una lucha abierta contra el Gobierno de Colombo, con un hostigamiento continuo y ataques cada vez m¨¢s arriesgados. Contaba con el apoyo generoso de la comunidad tamil india y los tamiles residentes en Occidente.
Con la mediaci¨®n de Noruega, en 2002, se alcanz¨® un alto el fuego que ninguna de las dos partes respet¨® totalmente. Hasta que el presidente Rajapaksa, que gan¨® las elecciones en 2005 con la promesa de acabar militarmente con los tigres, lanz¨® de nuevo al Ej¨¦rcito en su persecuci¨®n. Aunque unos 200.000 tamiles han dejado la isla en estos a?os, los soci¨®logos temen que el resentimiento generado por la brutalidad de esta ¨²ltima operaci¨®n militar pueda impedir que los tamiles se integren de nuevo entre la comunidad cingalesa y resurja la violencia. Los cingaleses est¨¢n divididos entre la conveniencia o no de otorgar a los tamiles una amplia autonom¨ªa en el noreste de la isla.
Un conflicto con m¨¢s de 70.000 fallecidos
- Nacen los Tigres. La muerte en 1983 de 13 soldados en un ataque tamil provoca el inicio de la guerra.
- India entra en guerra. Tras armar a los tigres, Nueva Delhi env¨ªa tropas para imponer un acuerdo de paz en 1987. Mueren m¨¢s de 1.000 soldados indios.
- Asesinato de Rajiv Gandhi. Un terrorista vinculado a los Tigres asesina en 1991 al primer ministro indio, Rajiv Gandhi. Dos a?os despu¨¦s, otro atentado mata al presidente de Sri Lanka, Premadasa.
- Alto el fuego. La mediaci¨®n de Noruega logra acallar los combates en 2002. Un a?o despu¨¦s los tigres dejan las negociaciones.
- Batalla final. Se reanudan la lucha tras la elecci¨®n en 2005 del presidente Rajapaksa, partidario de la v¨ªa militar. Desde entonces, el Ej¨¦rcito ha recuperado todo el territorio y aprovechado la oportunidad de descabezar a la guerrilla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.