Cuando leas esta carta

Cuentos. Los doce cuentos de Cuando leas esta carta, yo habr¨¦ muerto, del vallisoletano Agust¨ªn Garc¨ªa Sim¨®n, ofrecen esa l¨ªnea imperfecta que la mayor¨ªa de los libros de este g¨¦nero no pueden evitar. Una fatalidad que pende sobre ellos, pero que seg¨²n c¨®mo se mire tienen en su propia maquinaria un dispositivo de disimulo s¨®lo apto para los que tienen verdadero talento narrativo. ?Y en qu¨¦ consiste este dispositivo? Muy sencillo. En que las piezas buenas, lo sean de tal calibre, que nos hagan olvidar absolutamente aquellas otras que no lo sean tanto o nada. El libro de Garc¨ªa Sim¨®n cuenta con relatos tan buenos, que disimulan perfectamente los que no est¨¢n a la altura de esa excelencia. Dividido en cinco partes, nos recrean distintos periodos de la trastienda social (y pol¨ªtica) espa?ola del siglo veinte, sobre todo a partir de la Guerra Civil. La tierra castellana y la Espa?a funcionarial son objeto del tratamiento formal, estil¨ªstico y moral a que el autor las somete. No quiero desacreditar las maneras incisivas con que Garc¨ªa Sim¨®n retrata el estamento funcionarial, pero me parece que no alcanzan nunca el grado de intensidad, de capacidad para conmover, de precisi¨®n para el trazo humano ante la desolaci¨®n o la ingratitud del destino, que cuando urde sus historias de campo trenzadas con las peque?as miserias y las silenciosas virtudes de sus habitantes. Conmueven (ese tipo de conmoci¨®n que s¨®lo es posible si atina a encontrar su lugar exacto en el dise?o est¨¦tico) los relatos ambientados sobre todo en Hontanalta, universo metaf¨®rico del campo castellano. En esa estela de Miguel Delibes y Luis Mateo D¨ªez. Como tengo poco espacio ir¨¦ al grano. Hay un relato que se titula 'Carta de Elisa'. Sus primeras l¨ªneas prestan t¨ªtulo a este volumen. Este cuento da el tono esencial. Su calado sentimental y la medida de su escritura. Recuerde el lector esa irremediable sensaci¨®n de p¨¦rdida que nos dejaba aquella obra maestra de V¨ªctor Erice en El Sur. O la de Saura, Elisa vida m¨ªa. Soy consciente de que ¨¦sta tal vez no sea la manera m¨¢s apropiada de argumentar la bondad literaria de un libro. Vale. Pero recuerden esas pel¨ªculas y lean despu¨¦s los primeros siete cuentos de este libro.