Por qu¨¦ no me lo creo
He titulado un libro sobre la crisis, que se public¨® hace unas semanas, con un rotundo ?No me lo creo! Ello ha supuesto que en los encuentros con amigos, conocidos y tambi¨¦n desconocidos surjan siempre, casi como una obligaci¨®n, dos preguntas: "?qu¨¦ es lo que no te crees?" y "?por qu¨¦ no te lo crees?". Si alguno de ustedes ha sentido esta curiosidad, encontrar¨¢ en este art¨ªculo una resumida respuesta a tales preguntas.
En primer lugar, no me puedo creer que porque un conjunto de familias norteamericanas deje de pagar las cuotas de sus hipotecas, se hunda estrepitosamente, como si fuera de papel, el sistema financiero mundial. Se hunda hasta tal punto que los gobiernos de los pa¨ªses m¨¢s ricos se vean obligados a rescatar con dinero p¨²blico sus instituciones financieras m¨¢s importantes o incluso a dejar caer algunas. ?Tan d¨¦bil era el sistema financiero internacional?, ?era de papel?
A nivel espa?ol y catal¨¢n hay que poner en marcha un plan que marque l¨ªneas de futuro y d¨¦ confianza a la gente
Explicar la crisis financiera internacional a partir de la morosidad de las subprime puede ser verdad, pero no es ni mucho menos toda la verdad. Si alguien arroja una colilla en el interior de un edificio repleto de material inflamable y no protegido, se producir¨¢ un gran incendio. Pero la causa del desastre no es la colilla si en el suelo hab¨ªa charcos de gasolina. Si un vendaval derriba un edificio, m¨¢s que mirar al viento, pensaremos que probablemente la estructura estaba mal calculada o los materiales empleados en la construcci¨®n no eran de la calidad requerida. No se deben confundir las causas aparentes con las profundas. Y por tanto, no me creo las descripciones que se quedan en las causas superficiales.
En segundo lugar, y es otra forma de decir lo mismo, no me creo que todo este desastre haya venido de forma imprevista, cogiendo por sorpresa a bancos, empresas, gobiernos y particulares. Estos ¨²ltimos s¨ª que hemos quedado sorprendidos, y pienso que muchas empresas, y hasta bastantes gobiernos, tambi¨¦n. Pero estoy convencido de que en el mundo de la econom¨ªa financiera -lo que para entendernos llamamos Wall Street o la City- hace tiempo que ya estaba claro que esto no pod¨ªa acabar de otra manera, pero no se actu¨® con responsabilidad. La oportunidad de negocio que ha supuesto durante los ¨²ltimos a?os, y que ha permitido la acumulaci¨®n de grandes fortunas, ha pasado por delante de la cautela ante los riesgos que ello significaba. Y sobre todo, la ausencia de regulaci¨®n impulsada por los gobiernos ultraliberales ha propiciado que los intereses particulares pasaran por delante de los generales.
Finalmente, y hablo ahora de Espa?a, no me creo que estemos en una crisis financiera. La crisis tiene una dimensi¨®n financiera, pero es fundamentalmente una crisis de modelo de crecimiento. Entenderlo es importante para poder salir de ella. Otros pa¨ªses europeos que estaban instalados en una senda de crecimiento sano volver¨¢n a ella en cuanto se resuelvan los problemas de financiaci¨®n. Pero aqu¨ª no va a ocurrir esto, no nos equivoquemos. Una vez resuelta la crisis financiera internacional, la econom¨ªa espa?ola, y la catalana, que est¨¢ muy ligada a la misma, no volver¨¢ a crecer. Va a necesitar m¨¢s tiempo y otras medidas. Estamos en una situaci¨®n de colapso parcial. El motor que nos ha dado impulso estos ¨²ltimos a?os est¨¢ agotado y adem¨¢s no nos conviene repararlo, pues nos llevar¨ªa nuevamente a un callej¨®n sin salida. Continuar basando el crecimiento en el sector inmobiliario y alimentarlo con el endeudamiento de empresas y familias ser¨ªa un grave error.
Nuestro problema no es financiero. Nuestro problema es dar respuesta a preguntas como ¨¦stas: ?qu¨¦ sectores econ¨®micos vamos a potenciar para generar actividad y dar ocupaci¨®n a los dos millones de personas (casi medio mill¨®n en Catalu?a) que van a quedar fuera del mercado de trabajo como consecuencia del colapso?, ?qu¨¦ tipos de iniciativas y de conocimientos vamos a necesitar para impulsar estas nuevas actividades?, ?c¨®mo vamos a reciclar a las personas para los nuevos trabajos?
Hay que reactivar el consumo con medidas de est¨ªmulo. Hay que apoyar el sistema financiero para garantizar los ahorros de las familias y los cr¨¦ditos a las empresas. Hay que atender a aquellos que est¨¢n m¨¢s afectados por el paro. Pero adem¨¢s de todo ello, tanto a nivel espa?ol como a nivel catal¨¢n, hay que dise?ar y poner en marcha un plan de reconversi¨®n global que marque l¨ªneas de futuro, que d¨¦ confianza a la gente y que permita coordinar los esfuerzos de todos, porque sin esfuerzo -y de todos- la salida ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil y m¨¢s larga. Esto s¨ª me lo creo.
Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro de Industria.
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