Montju?c dice adi¨®s a las armas

"No saben ustedes la cantidad de noches que me he dejado atrapar desde la torre por la belleza de la ciudad", dec¨ªa ayer a los visitantes, micr¨®fono en mano, Jes¨²s Alberto Garc¨ªa Riesco, coronel director del Museo Militar de Montju?c, que ayer cerr¨® sus puertas tras 46 a?os de vida. Desde la terraza del castillo, el coronel repiti¨® tres veces su metaf¨®rico y po¨¦tico discurso y arranc¨® aplausos de los visitantes situados en el patio de armas cuando, a las dos de la tarde, hizo el ¨²ltimo. El museo estaba ayer agotando sus ¨²ltimas horas mientras un empleado, tras una mesa, iba poniendo palitos por cada visitante. S¨®lo al mediod¨ªa eran 600. Por la tarde, fueron muchos m¨¢s.

El Ministerio de Defensa cerrar¨¢ hoy para siempre este museo inaugurado por el dictador Franco en 1963 con sus preciados objetos dentro. Son armaduras, sables, pistolas, 11.000 soldaditos, maquetas y los oscuros retratos de la largu¨ªsima dinast¨ªa de los condes de Barcelona, cuya historia explicaba a los visitantes, con permiso de los militares, Josep Maria, miembro del peque?o Museo del C¨®mic y de la Ilustraci¨®n que ocupa una estancia del castillo. Al gu¨ªa le parece tan absurdo que clausuren el museo como a Antonio Contreras, de 80 a?os, ex representante y voluntario del castillo: "Se llevar¨¢n las cosas al castillo de Sant Ferran pero como no hay presupuesto, todo quedar¨¢ almacenado". Contreras reconoci¨® ayer que no hab¨ªa visto nunca tanta gente en el castillo salvo una vez. "Fue el 15 de junio del a?o pasado", dijo juguet¨®n.

Defensa celebr¨® el cierre con una banda de m¨²sica y una chocolatada

Defensa planea exhibir sus piezas en el castillo de Sant Ferran

Era el d¨ªa en que se simboliz¨® la recuperaci¨®n de la instalaci¨®n para la ciudad. Hubo una gran fiesta con payasos, gigantes y una fideu¨¢ para miles de personas, y tambi¨¦n escalofr¨ªos por su historia siniestra y, sobre todo, porque fue la c¨¢rcel de Companys, en uno de cuyos fosos fue fusilado.

La fiesta de ayer fue discreta. "Gracias a los cinco millones de visitantes en nuestro casi medio siglo de vida al servicio de la ciudad", rezaba un cartel en el acceso al patio de armas. All¨ª, en una esquina, la unidad de m¨²sica de la Tercera Subinspecci¨®n del Ej¨¦rcito de Tierra interpretaba compases de la melod¨ªa de La pantera rosa, Los Picapiedra, el pasodoble de La Bandera y el de Paquito el Chocolatero. En otra, ya sin ca?ones, se ofrec¨ªa chocolate y melindros. "Nos pidieron para 600 personas y han acertado", dec¨ªa una camarera.

"Me parece fatal que lo cierren porque un pa¨ªs no puede vivir sin su historia", dec¨ªa, tocado con un elegante sombrero, un ex piloto de aviaci¨®n y militar retirado cuando los m¨²sicos, cerca de la una de la tarde, se desped¨ªan.Ignasi Cardel¨²s, delegado de la presidencia del Ayuntamiento, estuvo ayer en el austero acto de cierre del museo y lo calific¨® de "paso hist¨®rico". El proceso para poner en marcha el futuro centro por la paz en el castillo es imparable. El ¨®rgano lo gestionar¨¢n el Ayuntamiento, la Generalitat y Defensa. "?C¨®mo se van a ir los militares del castillo? S¨®lo lo han cedido, no regalado. Y, adem¨¢s, Franco ya lo cedi¨® en 1963", explicaron voluntarios del museo compartiendo curiosamente la misma tesis de Esquerra que, muy cr¨ªtica, sostiene que Defensa sigue siendo la due?a del castillo. Con el museo ya cerrado, ahora se debe decidir el destino de la colecci¨®n. De las m¨¢s de 7.000 piezas, 2.500 son de Defensa; 1.700, del Ayuntamiento; 480 no tienen un titular claro y el resto pertenecen a colecciones privadas, entre ellas la Divisi¨®n Llovera, integrada por 11.000 soldaditos de la d¨¦cada de 1920 y otra de la famila Mar¨¦s. Defensa planea exhibir las piezas en la Casa del Gobernador, en el castillo de Sant Ferran, en Figueres (Alt Empord¨¤). Pero el edificio debe ser reformado antes. Las obras empezar¨¢n en 2010, por lo que algunas de las piezas se mostrar¨¢n ya en otras salas de Sant Ferran de forma provisional. El resto quedar¨¢n almacenadas en la base de Sant Climent Sescebes. En principio, el Ayuntamiento habilitar¨¢ en la fortaleza una sala para exponer la historia de la misma y repartir¨¢ sus piezas por otros museos de la ciudad.

"Pues la historia no puedes cambiarla ni olvidarla", dijo Natali Egea, de 61 a?os, ex empleado de banca, contrario a la clausura. Como ¨¦l opinaban ayer muchos de los que visitaron Montju?c. "No entiendo la pol¨¦mica. Lo que hay en el museo no es para tanto", afirm¨® Juan Carlos, de 36 a?os, junto a sus hijos, mientras miraba una maqueta de Girona. "Desde aqu¨ª ha habido bombardeos y asesinatos, pero no estar¨ªa de m¨¢s seguir teniendo el museo para no repetir los mismos errores", a?adi¨® Gregorio Amor, de 36 a?os.

Tras ver los ca?ones, Antonio Herr¨¢iz, de 56 a?os, socialista, se fue ya de Montju?c con una idea clara: piensa decirle al alcalde que no tiene mucho sentido abrir un centro por la paz si se cierra su polo opuesto, el de la guerra: "Son cosas complementarias. Soy antimilitarista, pero lo que hay en el museo es una joya".