Ant¨ªdoto contra copiones
Approbo es un nuevo programa gratuito y espa?ol para comprobar si estudiantes (y profesores) copian de Internet
A Josep Llu¨ªs Mancho le van los desaf¨ªos. Primero cre¨® el ant¨ªdoto para el virus Viernes 13, que caus¨® estragos a finales de los a?os ochenta, cuando las infecciones todav¨ªa viajaban en el prehist¨®rico disquette.
Despu¨¦s ret¨® a la comunidad hacker a burlar su sistema de seguridad. Su empresa organiz¨® tres concursos y "nunca nadie consigui¨® romper el cortafuegos de Xifra. Ninguna persona envi¨® al notario el contenido del fichero protegido y eso que tuvieron un a?o de plazo y hab¨ªa en juego 18.000 euros", recuerda este inform¨¢tico de 47 a?os de edad, actualmente director de la empresa Symmetric.
Mancho y su equipo en la compa?¨ªa est¨¢n dispuestos ahora a dificultar una socorrida pr¨¢ctica acad¨¦mica (no s¨®lo del alumno): el fen¨®meno del "copiar y pegar", ¨ªntegra o parcialmente, contenidos de Internet y presentarlos como obras originales y, en algunos casos, hasta cobrar por ello (como el informe oficial de la estaci¨®n de esqu¨ª San Glorio en Castilla-Le¨®n).
Si la tecnolog¨ªa hace extremadamente f¨¢cil fusilar un texto de Internet, sostiene Mancho, "la misma tecnolog¨ªa tambi¨¦n debe hacer muy sencillo verificar si ese texto ha sido plagiado". Approbo es una "utilidad gratuita, sencilla e intuitiva" para comprobar si el documento es una copia. "Muchos maestros est¨¢n hartos de sospechar que sus alumnos fusilan contenidos. Ahora tendr¨¢n la certeza de que es cierto", asegura Mancho.
No es la ¨²nica herramienta disponible. Compilatio, Turnitin, CopyScape o Antiplagio Educared, entre otras, son aplicaciones similares a la catalana Approbo. Gratuitas unas, de pago otras.
Approbo es una aplicaci¨®n online multiplataforma (Windows, Mac, Linux) que automatiza los procesos para saber qu¨¦ partes de un texto son originales o no. La comparaci¨®n se realiza en cualquier formato textual y su funcionamiento es sencillo. Basta con subir el archivo a Approbo. En minutos (seg¨²n la velocidad de conexi¨®n) el programa, que funciona desde cualquier navegador de Internet, da su veredicto: si la copia es ¨ªntegra o parcial, y de qu¨¦ fuentes proviene. La b¨²squeda de documentos se hace en Google, es decir, compara con los millones de webs que indexa el buscador.
Adem¨¢s, explica Jos¨¦ Luis Mancho, al autor "puede comprobar el grado de difusi¨®n de su obra en la Red o saber en qu¨¦ webs o blogs aparecen las mismas frases sin su permiso". El objetivo, explica el inform¨¢tico, no es s¨®lo evitar que los chavales copien, sino "elevar el nivel de estudios". Y a?ade: "M¨¢s all¨¢ de la pol¨¦mica sobre si cada alumno debe tener su ordenador en el aula, lo importante es que lo que hagan con las aplicaciones inform¨¢ticas sea de provecho".
Quien desee utilizarlo deber¨¢ registrarse antes, porque el Citilab de Cornell¨¤ de Llobregat cede espacio de su servidor a este desarrollo de Symmetric, cuya sede tambi¨¦n est¨¢ en el centro tecnol¨®gico. En el Instituto Bernat el Ferrer de Molins de Rei (Barcelona), donde imparte clases su esposa, ?ngela Rams, lo probaron primero. Una semana despu¨¦s de su lanzamiento hay 8.000 registrados y se han analizado 62.000 textos. Incluso se registran estudiantes para hacer la prueba inversa: ver si son sus profesores quienes copian.
Aprender a citar
Seis de cada diez universitarios espa?oles admitieron en 2007 que plagiaban sus trabajos acad¨¦micos, seg¨²n un estudio de la Universidad de las Islas Baleares entre los internautas de Universia.
Educared ofrece Antiplagio desde hace cinco a?os. "Los docentes estaban asustados por el uso que sus alumnos hac¨ªan de Internet. Tem¨ªan que no pensaran por s¨ª mismos y se limitaran a copiar", dice su gerente, Chabela Dragoevitch. Educared cre¨® esa aplicaci¨®n para que los docentes tuvieran mecanismos de detecci¨®n y como herramienta educativa. "Los alumnos deben saber que es un delito, una infracci¨®n del derecho de autor. Es imprescindible que aprendan a documentarse, citando las fuentes de las que obtienen los datos". Muchos maestros la emplean, dice, como herramienta de persuasi¨®n.
La aplicaci¨®n es gratuita, pero se debe descargar en el PC y s¨®lo funciona con Windows. Antiplagio analiza los contenidos de servicios como El Rinc¨®n del Vago y Enciclonet. Los profesores pueden subir sus apuntes y los trabajos de otros alumnos para alimentar la base de datos.
Turnitin "rastrea entre m¨¢s de 12.000 millones de web, 80 millones de trabajos de estudiantes, 10.000 peri¨®dicos, magacines y revistas cient¨ªficas, y miles de libros, incluidos los cl¨¢sicos", dice Will Murray, directot de iParadigms, su desarrolladora.
Este software se puede usar desde cualquier navegador y, adem¨¢s, se integra en las plataformas de aprendizaje como Blackboard, WebCT, Angel o Moodle. "Recomendamos que sean los alumnos quienes empleen la aplicaci¨®n para que vean que pueden redactar excelentes textos sin necesidad de copiar. Se trata de que aprendan la cultura de las cosas bien hechas", asegura Murray.
Creada en 1995 en Estados Unidos, la empresa desembarc¨® en Europa en 2002 v¨ªa Reino Unido, donde ya " lo utilizan el 97% de las instituciones educativas", dice Murray. S¨®lo en la secundaria brit¨¢nica el 30% de los trabajos son copiados, seg¨²n datos de la compa?¨ªa.
Turnitin no es gratuita. Su precio var¨ªa entre 5.000 euros anuales (escuelas) y 9.000 ( universidades). Unos 850 centros de 103 pa¨ªses emplean esta aplicaci¨®n, que acaba de estrenar versi¨®n en espa?ol. Entre ellas, la Universidad Carlos III de Madrid. "Cuatro profesores de master realizan un piloto y, en paralelo, trabajamos para integrar Turnitin en la plataforma Aula Global 2, basada en Moodle. El objetivo es abrirla a toda la comunidad universitaria", explica Carmen V¨¢zquez, vicerrectora de calidad.
Compilatio lleva dos meses en Espa?a. Esta aplicaci¨®n llega de Francia, donde presta sus servicios desde hace seis a?os y funciona online desde cualquier navegador, aunque no se puede integrar en las plataformas docentes. Su precio, seg¨²n el n¨²mero de alumnos de la instituci¨®n, oscila entre 800 y 1.000 euros.
CopyScape suministra dos servicios. Uno localiza los contenidos que se copian de una web a otra. Otro, los plagios. En ambos casos hay versiones gratuitas, pero limitadas a un n¨²mero de escaneos mensuales. "Nuestros clientes son proveedores de contenidos que necesitan verificar si los textos que les entregan los autores son aut¨¦nticos", explica Benjamin Isaacs, director de mercadotecnia de la compa?¨ªa, con sede en Gibraltar. CopyScape cobra entre 0,5 y 0,10 d¨®lares por un texto de entre 2.000 y 3.000 palabras.
Con Fair Share podr¨¢ saber c¨®mo se difunde sus creaciones y c¨®mo se utilizan en Internet, siempre que emplee sindicadores de contenidos RSS.
APPROBO: http://approbo.citilab.eu EDUCARED: http://www.educared.net TURNITIN: www.turnitin.com COMPILATIO: www.compilatio.net/es COPYSCAPE: www.copyscape.com FAIR SHARE: www.fairshare.cc
"Los valores de calidad universitarios est¨¢n en entredicho"
"Tenemos que cambiar la cultura de tolerancia. La Universidad tiene que ser garante del saber en la sociedad del conocimiento, pero por desgracia hay demasiada permisividad; los valores de calidad est¨¢n en entredicho", asegura Rosa Mar¨ªa Medina, que, junto con otros 40 profesores de la Universidad de Granada, impulsa la plataforma antiplagio.
Les preocupan dos cosas: la copia de trabajos por parte de los alumnos y el plagio de tesis y proyectos de investigaci¨®n entre los acad¨¦micos. "S¨¦ de docentes que han traducido libros y se han adjudicado su autor¨ªa. Es grave, pero lo peor es que sigan impartiendo su magisterio". De momento, la plataforma cuenta con el apoyo del Defensor Universitario y aspiran a que la memoria de la Universidad d¨¦ cifras de una pr¨¢ctica que, desde la copia textual al robo de ideas, "est¨¢ muy extendida".
Si pillan a un investigador plagiando o manipulando datos en EE UU se arriesga (en funci¨®n de la gravedad) a cinco a?os sin fondos para investigar. Desde 1988 una oficina vela por el cumplimiento de la ¨¦tica.
El Ministerio de Ciencia espa?ol confirma que la nueva ley de ciencia prev¨¦ la creaci¨®n de un Comit¨¦ Espa?ol de ?tica de la Investigaci¨®n. Entre sus tareas, establecer¨¢ "los principios para la elaboraci¨®n de c¨®digos de buenas pr¨¢cticas de investigaci¨®n cient¨ªfica y t¨¦cnica".
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