Testigos de la selecci¨®n natural
El matrimonio Grant cuenta sus extraordinarias observaciones
Ayer estuvieron en Valencia los Grant. El matrimonio formado por Peter y Rosemary Grant lleva casi cuatro d¨¦cadas trabajando en lo que cualquier amante de la naturaleza, la vida tranquila y austera so?ar¨ªa: explorar a?o tras a?o, por periodos de seis meses, las Islas Gal¨¢pagos. En ese tiempo han tenido la oportunidad no s¨®lo de reafirmar con solidez la teor¨ªa de la evoluci¨®n, que Darwin desarroll¨®, en gran parte, gracias a lo que observ¨® en ese archipi¨¦lago, sino de ver c¨®mo la teor¨ªa funciona en directo.
Los Grant, profesores en Princeton, cercanos, optimistas, vestidos llanamente, han escrito varios libros y publicado art¨ªculos en las mejores revistas cient¨ªficas. Han sido protagonistas, incluso, de El pico del pinz¨®n: una historia de la evoluci¨®n en nuestros d¨ªas, la obra de no ficci¨®n con la que Jonathan Weiner gan¨® el Premio Pulitzer en 1995.
Han visto con sus propios ojos c¨®mo funciona la teor¨ªa de la evoluci¨®n
Hace 37 a?os que empezaron a ir a las Gal¨¢pagos y temen estar mayores
Pero el tiempo no perdona. "Nos estamos haciendo mayores. A nuestra edad las laderas ya no se suben y se bajan como antes", comentaba Peter ayer poco antes de dar una conferencia en el Jard¨ªn Bot¨¢nico de la Universitat de Val¨¨ncia. "En estos 37 a?os hemos aprendido muchas cosas y nos quedan muchas por entender, pero no hemos decidido si vamos a seguir yendo".
El comentario sobre las laderas iba a adquirir todo su significado durante la charla, cuando la pantalla mostrara una imagen a¨¦rea de Daphne Mayor. El islote donde la pareja ha centrado sus investigaciones es un antiguo volc¨¢n rodeado de agua. Desde el fondo de la caldera al l¨ªmite superior de la pared hay 120 metros, un paseo.
El matrimonio naci¨® en 1936 en Inglaterra pero llevan viviendo 40 a?os primero en Canad¨¢ y despu¨¦s en Estados Unidos. Ella ocupa una plaza en el departamento de Ecolog¨ªa y Biolog¨ªa Evolutiva de Princeton; ¨¦l, en el de Zoolog¨ªa. En todo ese tiempo han compatibilizado el trabajo de campo puro y duro con el trabajo de laboratorio, en Nueva Jersey, sobre lo recogido y observado en el archipi¨¦lago de Ecuador.
De ambas tareas se deriva su conclusi¨®n de que las 14 especies de pinzones que pueblan las Gal¨¢pagos poseen un ancestro com¨²n que vivi¨® hace dos o tres millones de a?os. Y las largas observaciones (Peter y Rosemary han conocido a 25 generaciones de pinzones) les han permitido ser testigos de algo absolutamente extraordinario: asistir al paso de una especie a otra.
El caso que explicaron ayer se remonta a 1977, un a?o en que Daphne Mayor sufri¨® una sequ¨ªa brutal que sec¨® la vegetaci¨®n y provoc¨® una alta mortandad entre los pinzones que viv¨ªan en ella. S¨®lo sobrevivi¨® el 15% de los ejemplares. Y el asunto no funcion¨® de manera aleatoria: los p¨¢jaros de pico grande se vieron favorecidos, porque eran capaces de romper el tejido le?oso de unos frutos grandes. Los de pico peque?o, no.
Morir, se?alaron los Grant, mor¨ªan todos, pero los de pico grande duraban m¨¢s, y eso les proporcionaba m¨¢s oportunidades de reproducirse.
La constancia de la pareja de investigadores les permiti¨® ver seis a?os m¨¢s tarde "c¨®mo el p¨¦ndulo de la selecci¨®n natural variaba". En 1983, debido a la influencia del fen¨®meno meteorol¨®gico El Ni?o, llovi¨® durante casi todo el a?o sobre Daphne Mayor. Las ventajas se volvieron inconvenientes. Y viceversa. La gran cantidad de agua provoc¨® que las semillas, uno de los alimentos b¨¢sicos de los pinzones se quedaran peque?as y blandas. Un alimento que result¨® m¨¢s adecuado para los p¨¢jaros de pico peque?o.
Las 14 especies de pinzones de las islas tienen caracter¨ªsticas muy particulares. Vistos de cerca y de perfil, como lo mostraron ayer, la diferencia entre s¨ª resulta tan evidente como entre dos razas de perros. La alimentaci¨®n, como ya ha quedado apuntado en el ejemplo anterior, es un asunto clave. El pinz¨®n de la isla Pinta, por ejemplo se alimenta entre otras de caracoles. Los hay que comen cactus, los hay que rompen (si pueden) huevos de otras especies para sorber su interior, y los hay que directamente chupan la sangre de otros p¨¢jaros mientras incuban los huevos. Lo anterior viene a recordar que la evoluci¨®n no implica por s¨ª misma una mejora (en el sentido de un avance lineal hacia un ideal) sino una adaptaci¨®n al medio.
Peter y Rosemary Grant visitaron Valencia en el marco de las actividades organizadas con motivo del bicentenario del nacimiento de Charles Darwin y del 150? aniversario de la publicaci¨®n de El origen de las especies, la obra fundacional de la biolog¨ªa moderna que escribi¨® tras el viaje en el que visit¨® las Gal¨¢pagos. El programa corre a cargo de la C¨¢tedra de Divulgaci¨®n de la Ciencia de la Universitat de Val¨¨ncia en colaboraci¨®n con el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biolog¨ªa Evolutiva y del Institut d'Estudis Catalans.
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