Vidic y Ferdinand, rotos
El Bar?a pone en evidencia a los te¨®ricos mejores centrales, que se limitaron al pelotazo arriba, sin sentido
Se presentaron a la cita como la mejor pareja de centrales de Europa. "Mejor que Dolly y Daisy", les calific¨® con su t¨ªpico humor ingl¨¦s Bobby Charlton, hist¨®rico del f¨²tbol y del Manchester. Alud¨ªa a que Vidic y Ferdinand le parecen superiores a Bruce y Pallister, los dos centrales que impulsaron al United a principios de la d¨¦cada de los noventa. "Nunca les puedo reprochar nada", les juzga normalmente Alex Ferguson, el t¨¦cnico del Manchester. Tras batirse con el Bar?a, sin embargo, que le puso en un entredicho poco habitual, ya s¨ª. Cuando el equipo rival corta las primeras l¨ªneas de pase y ningunean a los medios, Vidic y Ferdinand no saben jugar la pelota. Se limitan al pelotazo arriba, sin sentido, sin direcci¨®n y sin ¨¦xito.
No saben jugar con el bal¨®n en los pies, un detalle muy alejado del ideario azulgrana
Iniesta, Xavi e incluso Busquets est¨¢n habituados a desprenderse del cuero con tanta premura como precisi¨®n. Es la filosof¨ªa del rondo, el legado de Johan Cruyff. El Manchester tambi¨¦n juega muy bien al f¨²tbol. Pero necesita dos toques para herir con la circulaci¨®n del bal¨®n. Lo sab¨ªa el Bar?a, que aplic¨® al rival la misma receta que recibi¨®; presi¨®n avanzada, con los medios y los delanteros tapando la primera l¨ªnea de pase. Lo padecieron Carrick, Anderson y Park, que en contadas ocasiones recibieron el esf¨¦rico dentro de su te¨®rica parcela y menos con ventaja. Y, como efecto domin¨®, torturaron a Vidic y Ferdinand, los mejores centrales del mundo sin el bal¨®n en los pies. Una costumbre muy alejada del ideario azulgrana.
Cuando Eto'o rompi¨® a Vidic, lleg¨® el gol del Bar?a. Ferdinand fue el primero en actuar. "?Vamos, vamos!", grit¨® al tiempo que levantaba los brazos animando a los compa?eros. Y solt¨® alg¨²n berrido indicando los desajustes, la puerta del descalabro. Pero, cuando nadie le miraba, solt¨® un par de resoplidos. Debi¨® de pensar el internacional ingl¨¦s, indiscutible para cuantos seleccionadores han pasado en el ¨²ltimo lustro, que nada sal¨ªa como estaba previsto. Una llegada del Bar?a, un gol y m¨¢s que problemas para conectar con la segunda l¨ªnea.
En un partido supremo en lo t¨¢ctico, el Bar?a ahogo a la medular adversaria. As¨ª que Ferdinand y Vidic, encargados de la salida de la pelota, se liaron a balones largos, poco precisos y menos da?inos para la zaga azulgrana, con Piqu¨¦ y Tour¨¦ exquisitos en el corte por arriba, limpios en la anticipaci¨®n. S¨®lo Cristiano Ronaldo dio una salida, con sus movimientos para recibir el cuero y encarar. Logr¨® dos veces la artima?a: provoc¨® una tarjeta amarilla de Piqu¨¦ y dispar¨® desviado. Los problemas, en cualquier caso, estaban en el ¨¢rea contraria.
Xavi recogi¨® el bal¨®n, levant¨® la cabeza y lo puso donde quiso, donde Messi remat¨®, solo, de cabeza tras romper esta vez la cintura de Ferdinand, que vio la pelota cuando ya besaba la red. El United no se defendi¨® mal. Pero la ra¨ªz del ataque, el origen de Vidic y Ferdinand, qued¨® seco. Roto por completo.
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