Muerte (de ¨¦l) en la cocina
Una mujer confiesa que mat¨® a su marido a pu?aladas en su casa de Legan¨¦s "harta de recibir palizas"
Miguel y su padre cerraron a la una de la ma?ana el bar que regentan, junto a la avenida del Rey Juan Carlos de Legan¨¦s. Cuando llegaron al portal de su casa oyeron gritos. "Una mujer estaba chillando. Eran gritos desgarradores", recordaba Miguel a mediod¨ªa de ayer. Al instante, escucharon el ruido de sirenas acerc¨¢ndose. Los gritos proven¨ªan del n¨²mero 22 de la misma calle. All¨ª, en el 2? A, la polic¨ªa encontr¨® a Manuel Duncan A?asco Mart¨ªnez, peruano de 32 a?os. Estaba tirado en la cocina rodeado de un charco de sangre. Muri¨® a los pocos minutos. Horas m¨¢s tarde, su esposa, Sara Elisabeth Vidal, reconoci¨® que fue ella quien lo apu?al¨® en el coraz¨®n "harta de recibir palizas".
La presunta homicida dijo querer poner fin a su sufrimiento
A la una de la ma?ana, un hombre con acento suramericano llam¨® a la comisar¨ªa de Legan¨¦s. Dijo a los agentes que su compa?ero de piso hab¨ªa sido apu?alado en el pecho y sangraba abundantemente. Ya en la vivienda, la polic¨ªa hall¨® al hombre tumbado boca arriba en la cocina mientras una mujer, que result¨® ser Sara Elisabeth, su esposa, intentaba socorrerle. En la casa estaban adem¨¢s el beb¨¦ de la pareja y un matrimonio peruano que tambi¨¦n viv¨ªa en el piso.
Sarita le cont¨® entonces a la polic¨ªa que su marido hab¨ªa llamado de madrugada al portero autom¨¢tico asegurando que hab¨ªan intentado atracarle a la salida del metro y que le hab¨ªan apu?alado. Los agentes no encontraron restos de sangre en el portal y tampoco en las escaleras del inmueble. S¨ª la hallaron, sin embargo, tanto en la ropa como en las manos de Sara Elisabeth.
M¨¢s tarde, ya en comisar¨ªa, la mujer reconoci¨® a la polic¨ªa que hab¨ªa sido ella la que hab¨ªa apu?alado a Manuel Duncan. Seg¨²n su relato, estaba harta de los malos tratos a los que la somet¨ªa desde hac¨ªa tiempo su marido. Por eso en la madrugada de ayer, tras una fuerte discusi¨®n entre ambos, hab¨ªa decidido poner fin a su sufrimiento. La polic¨ªa la detuvo acusada de matar a su marido.
La delegada del Gobierno en Madrid, Amparo Valcarce, confirm¨® que no existe constancia de denuncias de malos tratos por parte de la mujer. Tampoco hab¨ªa ninguna orden de alejamiento en vigor.
Los vecinos del inmueble en el que se produjo el homicidio estaban ayer consternados, aunque apenas si conoc¨ªan al matrimonio. Junto al beb¨¦ de ambos y a otra pareja, hab¨ªan llegado a la vivienda el pasado mes de octubre. Anteriormente hab¨ªan vivido en una casa del mismo barrio de Zarzaquemada. "Llevaban muy poco y apenas si se les ve¨ªa. Nunca se escuchaba jaleo en el piso", indic¨® ayer Olga, que vive justo al lado de la vivienda en la que resid¨ªan las dos parejas de peruanos.
Muchos de los residentes del bloque de nueve pisos situado en la avenida del Rey Juan Carlos aseguraron que ni siquiera hab¨ªan escuchado gritos durante la noche. No fue el caso de una joven azafata de vuelo, vecina del bloque contiguo y que prefiri¨® no dar su nombre. "Cuando volv¨ª a casa de trabajar hab¨ªa una mujer en la ventana. Hablaba por el m¨®vil con alguien y no hac¨ªa m¨¢s que dar gritos. Dec¨ªa algo as¨ª como mi beb¨¦, mi beb¨¦", explic¨® la mujer, escondida tras unas gafas oscuras mientras hu¨ªa de las c¨¢maras de televisi¨®n que se agolpaban a las puertas del portal.
La polic¨ªa busc¨® sin ¨¦xito durante varias horas el arma con el que se cometi¨® el crimen tanto en los jardines como en una obra cercana al edificio. La vivienda permanec¨ªa ayer precintada.
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