Dioses en todas partes
Religi¨®n. Cualquier noticia sobre libros religiosos debe empezar anunciando que la Religi¨®n, como una sola cosa, no existe, sino m¨²ltiples religiones "e incluso ligeramente ateas" (John D. Caputo). Conviene subrayarlo para no parecer injustos cuando se acude a unos libros en detrimento de otros. Esta vez, la cosecha editorial se centra en libros de enfoque cient¨ªfico y social, a la manera insinuada sin grandes profundidades por Montesquieu en El esp¨ªritu de las leyes: la religi¨®n con relaci¨®n al bien o el mal que produce en la sociedad civil, y no a su verdad o falsedad.
Empecemos por Benjamin Constant. El gran te¨®rico de la democracia liberal no es el primer historiador de las religiones, pero ofreci¨® una perspectiva antropol¨®gica sobresaliente, enriquecida por una biograf¨ªa excepcional. Su ambici¨®n de analizar la religi¨®n le llev¨® cuarenta a?os. El primer tomo de De la religi¨®n considerada en sus fuentes, formas y desarrollo no se publica hasta 1824; los ¨²ltimos vol¨²menes, el IV y el V, aparecen al d¨ªa siguiente de su muerte, en 1831. Obra de una vida, se limit¨® s¨®lo a los hechos, con erudici¨®n apabullante. Constant no es un desconocido para el lector, pero s¨ª un olvidado. De la religi¨®n... se publica ahora en un solo tomo de 1.028 p¨¢ginas, fruto de la colaboraci¨®n entre Trotta y Liberty Fund. Es un texto preparado (depurado) por Tzvetan Todorov y Etienne Hofmann, nada menos. Lectura para grandes ambiciosos del conocimiento.
Distintos son los trabajos de Juan Eslava Gal¨¢n y Arnold Stephen Jacob, entre la cr¨ªtica y la diversi¨®n erudita. En El catolicismo explicado a las ovejas, Eslava parte de la idea de que los espa?oles son cristianos por mero acomodo social o porque hemos nacido en la cat¨®lica Espa?a, en la naci¨®n predilecta del Sagrado Coraz¨®n de Jes¨²s y de la Inmaculada (dicho sea sin desmerecer al resto de la cristiandad). A partir de afirmaci¨®n rutinaria, se esfuerza en demostrar que no ha sido en vano. Lo malo es que no se sabe si tomarlo en serio o como un ejercicio de esparcimiento, pese a que las preguntas que se hace y las respuestas son de altura, tipo ?por qu¨¦ el Esp¨ªritu Santo es una paloma en lugar de un ornitorrinco, como ser¨ªa m¨¢s l¨®gico?
Menos condescendiente es el editor de la revista Esquire, Arnold S. Jacob. Su idea de tomarse La Biblia al pie de la letra (d¨¦jate la barba, lapida a las ad¨²lteras, sube a la tierra que mana leche y miel, no vistas ropas confeccionadas con mezclas de distintas fibras...) conduce a situaciones desternillantes, pero dolorosas si los mandatos se toman en serio. Por ejemplo, cuando Jes¨²s dijo aquello de que "si quieres ser perfecto, anda, vende cuanto tienes y s¨ªgueme", o la afirmaci¨®n de que "la verdad os har¨¢ libre", dicho en organizaciones donde decir lo que se piensa condujo muchas veces a hogueras o mazmorras.
Pero leamos en serio, sin concesiones. Es lo que hace Gonzalo Puente Ojea, embajador de Espa?a ante la Santa Sede entre 1985 y 1987. El astrof¨ªsico Javier Arment¨ªa, le encarg¨® para Laetoli el (llam¨¦moslo as¨ª) apartado de Religi¨®n y, en l¨ªnea con su famoso Elogio del ate¨ªsmo, Puente Ojea no defrauda en la busca de "la clave de la falacia". No hay muchos antecedentes de ateos con semejante conocimiento del hecho religioso, tratado en este libro, con ep¨ªgrafes sobre los timos antropol¨®gico, ontol¨®gico, teol¨®gico, b¨ªblico y eclesi¨¢stico.
Sorpresa mayor ofrece Harold Bloom, el gran cr¨ªtico y te¨®rico literario, en La Religi¨®n Americana. Tomamos en serio el enfoque, porque as¨ª lo pide, pese a sus muchas iron¨ªas. Por ejemplo, cuando dice que los americanos (del Norte, of course) "descubren a Dios en s¨ª mismos". Subrayemos tambi¨¦n su afirmaci¨®n de que no hay nada en este libro "que pretenda desacreditar ni siquiera a las m¨¢s extravagantes de las creencias religiosas americanas", y cuidado que hay muchas all¨ª. Ni siquiera se toma en serio la encuesta de Gallup, que afirma que nueve de cada diez estadounidenses creen que Dios les ama y se comunica con ¨¦l individualmente. La Religi¨®n Americana, por tanto. En may¨²sculas. Debe ser conmovedor vivir en un pa¨ªs en el que la mayor¨ªa goza del afecto de un ¨²nico Supremo y suponer desmentido el aserto de Spinoza sobre que ninguno de los que aman a Dios de verdad debe esperar que le corresponda.
Quien quiera completar el estudio, deber¨ªa leer tambi¨¦n La Biblia y el Imperio. Exploraciones poscoloniales, de Rasiah S. Sugirtharajah. ?Es un clich¨¦ sostener que la Biblia y el ca?¨®n fueron juntos e incluso que son la misma cosa? Sugirtharajah da respuestas. Delicioso es su primer cap¨ªtulo en torno a los estudios b¨ªblicos del presidente Thomas Jefferson, publicados para justificarse con el t¨ªtulo The Life and Morals of Jesus. Gran parte del clero hab¨ªa cuestionado su condici¨®n de cristiano y ¨¦l les replic¨® apelando al Jes¨²s que m¨¢s suele doler en el Vaticano: el maestro moral, el predicador del serm¨®n de la monta?a. Venganzas de pol¨ªtico jubilado.
De la religi¨®n considerada en sus fuentes, formas y desarrollo. Benjamin Constant. Traducci¨®n de Agust¨ªn Neira. Trotta-Liberty Fund. Madrid, 2009. 1.028 p¨¢ginas. 42 euros. La Religi¨®n Americana. Harold Bloom. Traducci¨®n de Dami¨¢n Alou. Taurus. Madrid, 2009. 288 p¨¢ginas. 22 euros. La Biblia y el Imperio. Raisah S. Sugirtharajah. Traducci¨®n de Raquel V¨¢zquez Ramil. Akal. Madrid, 2009. 254 p¨¢ginas. 26 euros. La Biblia al pie de la letra. A. J. Jacobs. Traducci¨®n de Francisco Rodr¨ªguez de Lecea. Ediciones B. Barcelona, 2009. 440 p¨¢ginas. 20,50 euros. El catolicismo explicado a las ovejas. Juan Eslava Gal¨¢n. Planeta. Barcelona, 2009. 449 p¨¢ginas. 21 euros.
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