El festival que se salva lo vende todo

Las amenazas apocal¨ªpticas sobre un desmorono inminente de los macrofestivales de rock del verano no se han cumplido. Frente al temor a una saturaci¨®n que llevara a la ruina a los organizadores, el sector no ha vivido un desastre, sino una ordenaci¨®n. La idea de que debe haber un festival en cada pueblo se demuestra equivocada.

Las subvenciones de las administraciones ya no bastan para mantener vivas programaciones, y los patrocinios son menos generosos. As¨ª que muchos festivales han tenido que cerrar. Pero los proyectos m¨¢s s¨®lidos se consolidan y, lo m¨¢s importante, agotan sus entradas. El hambre de directo mantiene el negocio. Los mejores eventos batir¨¢n este verano sus r¨¦cords de asistencia.

Se abandona la idea de que tiene que haber un evento en cada pueblo

"Hab¨ªa demasiados y muy parecidos", dice un director del S¨®nar

"Ya se sabe: muerto el perro se acab¨® la rabia". As¨ª resume un promotor la situaci¨®n de los festivales de m¨²sica en Espa?a en 2009. La crisis no ha hundido los festivales. Pero datos no hay. La SGAE dej¨® en 2006 de hacer el anuario correspondiente. Ahora lo m¨¢s parecido es el apartado de su reciente informe de gesti¨®n que se refiere a "grandes conciertos de variedades", de los que dice: "En 2008, los ingresos han continuado con su buena marcha ascendente. Con cerca de 29 millones de euros, se han superado en un 8,5% los generados en 2007". Es decir, a nivel recaudatorio fue estupendamente. Claro que ah¨ª cabe todo: un festival de hardcore en Vilanova i la Geltr¨² y un concierto de Springsteen en el Nou Camp.

Pero se detectan cambios en sentido contrario. Muchos festivales han desaparecido. "Hubo inflaci¨®n: demasiados eventos, todos demasiado parecidos... una necesidad repentina de que cada pueblo de Espa?a tuviera un festival. Eso nos descoloc¨® a todos, que ven¨ªamos de un mercado que hab¨ªa sido bastante sensato. Hubo un par de a?os con una estructura extra?a y hemos vuelto a tener un mapa de festivales l¨®gico. Las cosas tienden a regularse de una forma natural", dice Ricard Robles, uno de los tres directores del S¨®nar, certamen de m¨²sica avanzada que se celebra en Barcelona el 18, 19 y 20 de junio.

Esa "regulaci¨®n natural" es el metaf¨®rico perro muerto al que se refiere el promotor. Por ejemplo, este a?o falta el megafestival Rock in Rio, un evento bianual que se celebr¨® en Arganda del Rey (Madrid) y que se llev¨® a muchas de las estrellas internacionales (Neil Young, Amy Winehouse o Franz Ferdinand) a golpe de talonario. "Vuelve en 2010, y seguro que en alg¨²n artista chocaremos. Pero, en 2009, tranquilidad", dice Jos¨¦ Mor¨¢n, uno de los directores del FIB Heineken de Benicassim, que este a?o cumple su 15 aniversario. Est¨¢ relajado. El FIB se celebra del 16 al 19 de julio y ya han agotado el papel. Un cartel con figuras como Oasis o The Killers ha hecho que el 60% se haya colocado fuera de Espa?a. Han aumentado el recinto en 7.000 metros cuadrados. En 2008, la noche que m¨¢s gente entr¨® se vendieron 38.000 tickets. Este a?o son 42.000 abonos, a los que hay que sumar otras 3.000 entradas para cada d¨ªa. "La venta hace que tengas calma. Lo del a?o pasado era injustificable. Fruto de que alguien se hab¨ªa empe?ado en romper la baraja".

Mor¨¢n se refiere a la promotora barcelonesa Sinnamon. Due?os de la sala Razzmatazz, en 2008 se lanzaron a la creaci¨®n de cert¨¢menes. Hasta seis, algunos con sede en dos ciudades distintas. Sus competidores le acusaron de saturar el calendario. La gota que colm¨® el vaso fue el traslado de Summercase, que se celebraba en Barcelona y Boadilla del Monte (Madrid), a las mismas fechas que el veterano FIB. ?ste respondi¨® con Saturday Night Fever, en Madrid. "No funcion¨® econ¨®micamente. Pero el momento lo exig¨ªa", justifica Mor¨¢n.

En febrero de 2009, Sinnamon anunciaba la suspensi¨®n de todos sus cert¨¢menes excepto uno, Creamfields, en El Ejido (Almer¨ªa). ?La raz¨®n? La crisis, dijo, "no garantiza la celebraci¨®n de nuestros eventos con la calidad que desear¨ªamos".

A principios de 2008 nadie se tom¨® la crisis muy en serio. "Si en octubre de 2007, cuando empezamos a lanzar ofertas, hubi¨¦ramos sabido lo que descubrimos en marzo: la saturaci¨®n, que era una locura, y que ¨ªbamos a sufrir tanto, no hubi¨¦ramos hecho el Saturday Night Fever", dice Mor¨¢n.

Pero a finales de 2007 la gente se met¨ªa en aventuras peregrinas. Un ejemplo: Doctor Loft. A principios de julio reuni¨® a una veintena de artistas internacionales en Castell¨® d'Emp¨²ries (Girona). La mayor parte actu¨® para decenas de personas, salvo Iggy Pop, que lo hizo para unas mil en una carpa en la que cab¨ªan miles y R.E.M., para unos 8.000. "La sensaci¨®n de desatino presidi¨® una jornada cuyo sentido ¨²ltimo parece misterioso, ignoto e incomprensible", dec¨ªa este peri¨®dico. "Para los nost¨¢lgicos, asistir al Doctor Loft record¨® los lejanos d¨ªas del Doctor Music Festival".

Ese parecido no era casual. La organizadora estaba participada por Sinnamon, pero el m¨¢ximo impulsor era Doctor Music, la promotora de Neo Sala, un hist¨®rico barcelon¨¦s que fue el organizador de aquellos Doctor Music Festival en Escalarre, un peque?o pueblo en el pirineo ilerdense. De 1996 a 1999, por all¨ª pasaron casi todos los grandes: Bowie, Dylan, Blur, Underworld o Lou Reed. Pero montarlo era car¨ªsimo. No hab¨ªa infraestructura. A los artistas hab¨ªa que trasladarlos en helic¨®ptero. Su cuarta edici¨®n, en Oviedo, fue el primer gran fracaso de esta era. Del Doctor Loft 2009, como de otros, no se tiene noticia.

Para los que han aguantado, el gran problema es la bajada de inversi¨®n privada. En 2008, la mayor parte del presupuesto de 30 millones de euros del Rock in Rio estaba cubierto antes de poner las entradas a la venta. Las invitaciones volaban. Los patrocinadores (empresas de belleza, grandes almacenes) regalaban a sus clientes las entradas a centenares.

En 2009 la crisis los ha retra¨ªdo. "El ¨²nico dato objetivo es que el patrocinio privado est¨¢ m¨¢s complicado", dice Ricard Robles, del S¨®nar. En las ¨²ltimas seis ediciones hab¨ªan cubierto entre el 20% y el 25% de su partida con patrocinadores. "Este a?o se ha perdido m¨¢s de un 25% de la cantidad habitual". El presupuesto del S¨®nar 2009 ha bajado de 4,1 a 3,6 millones de euros. Y aparentemente, eso no ha afectado la calidad del cartel. "No hemos disminuido la cantidad destinada a la contrataci¨®n. Haces un ejercicio de revisar tus gastos hasta que las cosas encajan, pero sin que en ning¨²n caso se resienta la calidad de la prestaci¨®n", explica Robles.

Uno de los problemas que se derivaron del exceso de demanda fue que los cach¨¦s de los artistas subieron vertiginosamente. La contrataci¨®n se realiza por el sistema de subasta. Hoy se prev¨¦ una entrada hist¨®rica en el festival Primavera Sound de Barcelona, gracias al tir¨®n de Neil Young. El a?o pasado actu¨® en Rock in Rio y se llev¨® alrededor del mill¨®n de euros. Los organizadores de Primavera Sound aseguran que han pagado menos de 500.000 para esta edici¨®n. "Aun as¨ª es un past¨®n. Este a?o ha sido posible apretar en los grupos, digamos, medios. A esos les puedes decir: 'Es lo que hay, si no te apetece llamo a otro'. A las estrellas es complicado bajarlas", dice Jos¨¦ Mor¨¢n, del FIB. "La cosa est¨¢ siendo m¨¢s dif¨ªcil de lo que parece", cuenta un ejecutivo de una discogr¨¢fica. "Me llaman de festivales pidi¨¦ndome bandas nuevas, prometedoras... y baratas".

Hay cosas que han pasado a la historia. Por ejemplo, la actuaci¨®n exclusiva. Neil Young act¨²a en San Sebasti¨¢n ma?ana. Si el a?o pasado apenas quedaban grupos disponibles para giras porque todos se iban a festivales, este a?o los d¨ªas antes y despu¨¦s son un ajetreo de bandas que aprovechan para hacer otros bolos.

"Cuesta m¨¢s vender entradas anticipadas. Pero al final la cosa va bien", dice Alfonso Santiago de Last Tour International. Este a?o organizan cinco festivales, incluyendo uno nuevo, el Sonisphere, en Barcelona. Tal es la soltura que se permiten riesgos antes impensables. Por ejemplo, cambiar festivales de fechas. Es el caso del Azkena, un certamen rockero que se celebra en Vitoria y que ha pasado de la primera semana de septiembre a mediados de mayo. "Nos ha ido estupendamente", cuenta Alfonso Santiago. 35.000 personas pasaron por taquilla.

De hecho el concepto festival cada d¨ªa es m¨¢s vago. Es el caso del decano de los festivales espa?oles, el madrile?o Festimad. "Vamos a utilizar lo que hay y a darle un camino y una esperanza. No nos apetece gastar los pocos recursos que hay en montar vallas, servicios y equipar un espacio", dec¨ªa Julio Mu?oz, coordinador del Festimad2M, que as¨ª se llama ahora. Aparte de una serie de actividades, el grueso de sus conciertos son actuaciones en salas de la ciudad que ya estaban programadas. "El Festimad elige entre las opciones que ya hay. Despu¨¦s habla con los promotores y les paga una m¨ªnima se?al para incluir el concierto dentro de su cartel. Nosotros no vemos ni un duro", dice desde la sala Sol de Madrid, una de las "sedes". Es decir, el Festival es un cartel. Ya no hace falta nada m¨¢s: ni un recinto, ni un m¨ªnimo n¨²mero de grupos. Con que est¨¦ impreso en papel cuch¨¦ y ponga "festival", vale.

Claro que la trayectoria de Festimad es por lo menos err¨¢tica desde que un cambio de color en el Ayuntamiento de M¨®stoles lo conden¨® al exilio en 2004. Despu¨¦s de una edici¨®n en 2005 en Fuenlabrada, en la que hubo hasta disturbios, la puntilla se la dio Getafe en 2008, cuando les abandon¨®, sin m¨¢s explicaciones, por la competencia. En las mismas fechas y casi con el mismo cartel, surgi¨® de la nada el Getafe Electric Weekend, promovido por Last Tour. Eran momentos de euforia, con dinero fresco rebosando las cuentas p¨²blicas. El alcalde de Getafe prometi¨® dar el salto y traer a U2 al a?o siguiente.

El Festimad depende de los 100.000 euros de subvenci¨®n de la Comunidad de Madrid. La mayor parte de los festivales que han desaparecido estaban sufragados con dinero p¨²blico. Pero las instituciones, con sus departamentos de Cultura sometidos a ajustes, han empezado a decir no donde antes dec¨ªan s¨ª. Hay excepciones: la implicaci¨®n de la diputaci¨®n de Castell¨®n y el Ayuntamiento de Benicassim con el FIB es muy grande. El Ayuntamiento de Bilbao no ha aumentado la dotaci¨®n para el Bilbao BBK live, pero la ha mantenido. Y la partida es enorme: 1,1 millones de euros para contrataci¨®n de bandas y 400.000 euros para transporte y equipamiento. Pero en general este a?o ni siquiera hay dinero para las giras de artistas espa?oles que hac¨ªan su agosto en agosto.

Nada se sabe de la segunda edici¨®n del Getaf¨¦ Electric Weekend. "Estaba previsto para mayo, y despu¨¦s para septiembre, pero quiz¨¢ haya que moverlo a m¨¢s adelante", dice Alfonso Santiago de Last Tour. ?l ha desarrollado esa idea de que si la monta?a no viene a Mahoma, Mahoma ir¨¢ a la monta?a. "Es absurdo y caro pretender que las bandas vengan cuando te conviene". Dice Alfonso que la situaci¨®n geogr¨¢fica de Espa?a, al sur del continente, tiene que marcar necesariamente las fechas de los festivales: "Lo m¨¢s l¨®gico es que est¨¦n al principio o al final de las giras . Espa?a no es B¨¦lgica". No, est¨¢ al sur, all¨¢ donde acaban los festivales. Aunque eso tambi¨¦n empieza a cambiar. En Marruecos hay un importante grupo de cert¨¢menes. Pero eso es un problema para el futuro. La realidad es que en a?o de crisis a los festivales se los ve m¨¢s relajados que el a?o anterior. "Yo tambi¨¦n lo veo, es cierto", dice Ricard Robles, del S¨®nar. "El impacto de la crisis ya la hemos digerido en los ¨²ltimos meses del a?o pasado, cuando te pones en marcha. Afortunadamente los festivales en Espa?a est¨¢n en manos de gente con un componente m¨¢s art¨ªstico que industrial. Casi todos tienen un valor a?adido. Y creo que, por eso, la supervivencia es segura".

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