Tony Blair, favorito para ser el primer presidente de la UE

De las elecciones al Parlamento Europeo del pr¨®ximo domingo saldr¨¢ la Euroc¨¢mara que debe ratificar el nombramiento del nuevo presidente de la Comisi¨®n Europea. La elecci¨®n del jefe del Ejecutivo comunitario debe realizarse, en principio, y salvo sorpresas, en el Consejo Europeo de los d¨ªas 18 y 19. En la UE de las cuotas y los equilibrios pol¨ªticos, las discusiones entre jefes de Estado y de Gobierno sobre la hipot¨¦tica confirmaci¨®n de Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso deber¨¢n ir acompa?adas de otras sobre otros cargos institucionales de relumbr¨®n, entre ellos el de presidente de la Uni¨®n, para el que s¨®lo el nombre de Tony Blair ha saltado a la arena. La elecci¨®n efectiva no ha de hacerse, como pronto, hasta octubre.

Su papel mediador en el conflicto de Oriente Pr¨®ximo pasa inadvertido

Brown y Sarkozy avalan pol¨ªticamente al ex primer ministro brit¨¢nico

"Le encantar¨ªa ser presidente de la Uni¨®n y lo est¨¢ intentando", se?ala una destacada fuente comunitaria. Quien fuera primer ministro brit¨¢nico hasta hace dos a?os ans¨ªa volver a ocupar una posici¨®n prominente en la escena pol¨ªtica europea y escapar del p¨¢ramo pol¨ªtico en que se ha convertido su misi¨®n de mediador en el conflicto de Oriente Pr¨®ximo, donde su papel pasa inadvertido a propios y extra?os.

A principios de a?o, el diario brit¨¢nico The Times le pregunt¨® d¨®nde estaba su umbral cronol¨®gico de frustraci¨®n ante el secular empantanamiento del choque israelo-palestino. "Probablemente un a?o m¨¢s", respondi¨® Blair. Justo a tiempo para saltar de Jerusal¨¦n a Bruselas como flamante presidente de la Uni¨®n.

Blair ha mantenido repetidos y discretos contactos con Barroso sobre la arquitectura institucional europea. Fuentes comunitarias dan por veros¨ªmil que en sus diversas reuniones con otros l¨ªderes de la Uni¨®n haya tanteado su futuro encaje en la nueva estructura institucional de la UE.

Todo es un complejo equilibrio de posibilidades y todo est¨¢ en el aire. Fundamentalmente porque el cargo de presidente de la Uni¨®n -con dos a?os y medio de mandato, prorrogables por otros tantos- est¨¢ supeditado a la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, pendiente a¨²n de aprobaci¨®n por refer¨¦ndum en Irlanda, en consulta a celebrar quiz¨¢ en octubre. Un hipot¨¦tico s¨ª irland¨¦s -secundado por los procedimientos formales a¨²n por cumplir en Alemania, Polonia y Rep¨²blica Checa- permitir¨¢ que el tratado comience a regir el 1 de enero de 2010. Seg¨²n el Tratado de Lisboa, el presidente encarna a la Uni¨®n y la representa en las cumbres. Tendr¨¢, en teor¨ªa, notable ascendiente sobre la marcha de los asuntos comunitarios, aunque eso depender¨¢ de su personalidad, ya que las aut¨¦nticas dimensiones de su funci¨®n no est¨¢n definidas por el Tratado de Lisboa. Una personalidad fuerte imprimir¨¢ un car¨¢cter fuerte al cargo.

S¨®lo Gordon Brown y Nicolas Sarkozy han avalado pol¨ªticamente a Blair para esa posici¨®n de liderazgo. El presidente franc¨¦s lo hizo el a?o pasado y no se le ha vuelto a o¨ªr. El premier brit¨¢nico dej¨® caer recientemente que est¨¢ dispuesto a apoyarle como el mejor medio "de tener a alguien de Reino Unido en la nueva arquitectura global", seg¨²n apuntaron fuentes brit¨¢nicas. Pero nadie ha o¨ªdo o visto un buen gesto de la canciller Angela Merkel hacia las aspiraciones del ex primer ministro.

Blair ser¨ªa un extraordinario relaciones p¨²blicas para la Uni¨®n, con el inconveniente de que su ret¨®rica se ha mostrado reiteradamente decepcionante. Encandil¨® al Parlamento Europeo con su europe¨ªsmo confeso cuando present¨® la presidencia brit¨¢nica de la Uni¨®n en verano de 2005 y fue despedido con frialdad, hechos en mano, en diciembre. Tambi¨¦n hay quienes le reprochan su presencia en la foto de las Azores, con Barroso como anfitri¨®n, y su intervenci¨®n en Irak.

Antonio Missiroli, director del European Policy Center (EPC, un centro de estudios y an¨¢lisis de Bruselas), hace notar que en el encaje de intereses propio del procedimiento comunitario (familias pol¨ªticas, geograf¨ªa, dimensiones de los Estados, diversidad de instituciones y hasta sexo de los candidatos) la primera pieza a colocar es la de presidente de la Comisi¨®n, por imperativos de calendario.

La pretendida reelecci¨®n del conservador y sure?o Barroso abre la v¨ªa, sin prisas, a las de presidente de la Uni¨®n y Alto Representante (de hecho, el ministro de Exteriores de la Uni¨®n que tambi¨¦n contempla el Tratado de Lisboa). Missiroli da por descartados por distintas razones a potenciales candidatos (el luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker y el belga Guy Verhofstadt) y deja en el aire a Merkel, pendiente de las urnas este oto?o en Alemania.