Par¨ªs rinde homenaje a las v¨ªctimas en la catedral de Notre Dame
El acto ecum¨¦nico y plural reflej¨® la treintena de nacionalidades de los fallecidos
La catedral de Notre Dame, el coraz¨®n espiritual de Par¨ªs y de Francia, alberg¨® ayer una ceremonia en homenaje y recuerdo a las 228 personas que murieron en el vuelo 447 de Air France en medio del Atl¨¢ntico. Fue un acto ecum¨¦nico, plural, presidido por el cardenal de Par¨ªs y por miembros destacados de la comunidad musulmana, jud¨ªa y protestante de Francia, en un intento de reflejar la treintena de nacionalidades y la variedad de credos que el azar reuni¨® el domingo en el Airbus que parti¨® de R¨ªo de Janeiro.
Las familias rehuyeron las c¨¢maras y no permitieron tampoco que se rodara en el interior. Su deseo fue respetado. A la ceremonia asisti¨® el presidente de la Rep¨²blica, Nicolas Sarkozy, y todos los pol¨ªticos destacados de Francia, as¨ª como los pilotos, las azafatas y los compa?eros de Air France de la tripulaci¨®n fallecida en el accidente.
En Brasil crece la angustia por los tres accidentes sufridos en apenas dos a?os
Hubo centenares de personas que siguieron el acto desde fuera, en la explanada que se extiende frente a Notre Dame, escuch¨¢ndolo todo por megafon¨ªa, en un imponente y sobrecogido silencio. Por un momento, las campanas de la iglesia m¨¢s conocida de Francia doblaron a muerte. Pilotos de uniforme leyeron un fragmento de la Biblia y recitaron un poema de Ademar de Barros titulado Pasos de arena. El cardenal de Par¨ªs prefiri¨® homenajear a los fallecidos y a sus familiares y amigos con un texto de El Principito, el famoso libro de Antonie de Saint-?xupery, escritor y piloto, que tambi¨¦n muri¨® a bordo de un avi¨®n, cuando sobrevolaba el Mediterr¨¢neo, cerca de Marsella. Su cuerpo jam¨¢s fue encontrado.
Mientras tanto, en Brasil crece la sensaci¨®n de que los accidentes a¨¦reos parecen cebarse especialmente con el pa¨ªs, que desde 2006 ha sufrido en tres ocasiones el zarpazo de este tipo de tragedia. En septiembre de ese a?o un Boeing de la compa?¨ªa brasile?a GOL se precipit¨® a la selva tras colisionar en pleno vuelo con un jet Legacy. Murieron 154 pasajeros. En junio de 2007 una aeronave de la compa?¨ªa TAM se empotraba contra unas casas en S?o Paulo tras salirse de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Congonhas. El saldo mortal fue de 199 personas.
En esta ocasi¨®n 58 brasile?os viajaban a bordo del Airbus franc¨¦s y varias de sus historias son profundamente conmovedoras. Como la de la sueca residente en R¨ªo de Janeiro, Christine Badre Schnabl, de 34 a?os, casada con un brasile?o y madre de dos hijos. Christine viajaba en el vuelo AF-447 con su hijo Philipe, de cinco a?os, mientras que en otro vuelo que despeg¨® de R¨ªo con destino Par¨ªs horas antes se encontraba su marido junto a su otra hija de tres a?os. La pareja ten¨ªa por norma no viajar juntos con los dos hijos en el mismo avi¨®n por miedo a un accidente a¨¦reo. Ten¨ªan previsto reunirse en el aeropuerto Charles de Gaulle para continuar juntos el viaje a Suecia, donde pensaban pasar sus vacaciones. Iron¨ªas de la vida: lo que muchos considerar¨ªan una aut¨¦ntica exageraci¨®n acab¨® cobrando todo el sentido.
No menos triste es la historia del carioca Lucas Gagliano, de 24 a?os, que formaba parte de la tripulaci¨®n del vuelo siniestrado. Aunque el joven resid¨ªa en Par¨ªs, ven¨ªa de pasar dos semanas en R¨ªo para asistir al entierro de su padre.
La ¨²nica nota de color la puso anteayer Andr¨¦ Sampaio, que a sus 59 a?os se ha convertido en uno de los vecinos m¨¢s populares y carism¨¢ticos de la isla de Fernando de Noronha. Sampaio fue el radioaficionado que, desde su domicilio, inform¨® a todo Brasil -y, por tanto, a todo el mundo- de que hab¨ªan aparecido los primeros pedazos de fuselaje flotando en el oc¨¦ano tras interceptar las conversaciones internas entre dos aviones H¨¦rcules de la Fuerza A¨¦rea Brasile?a que operaban en la zona. La filtraci¨®n a la prensa se produjo sin previo aviso a la Aeron¨¢utica, que no pretend¨ªa difundir la informaci¨®n tan r¨¢pido.
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