Santi?os
Estuve en Mosc¨² en el 87 cuando Mijail Gorbachov empezaba a desmontar las momias del imperio sovi¨¦tico y los primeros aires de privatizaci¨®n llegaban a la ciudad: restaurantes cooperativos y, sobre todo, preciosas iglesias ortodoxas volv¨ªan al culto y a llenarse de feligreses tras m¨¢s de medio siglo convertidas en almacenes, desguaces o centros de desintoxicaci¨®n o encarcelamiento. Era curioso ver como despu¨¦s de la revoluci¨®n quedaba esa acusada nostalgia de espiritualidad y culto de la ¨¦poca de los zares. Cualquier viajero por Cuba puede decir lo mismo de los santeros o de la Virgen del Cobre. En casi todo el mundo es frecuente (incluso en Corea del Norte d¨®nde sacan al l¨ªder supremo Kim Jong estampado en una cabeza de misil) sacar a los santos en procesi¨®n en determinadas fechas, pero si uno hace un recuento de milagros, romer¨ªas y dem¨¢s eventos del santoral se encuentra con que Galicia se lleva la palma.
Que me perdonen los rocieros, pero prefiero la rusticidad aut¨¦ntica de A Franqueira
Leyendo este peri¨®dico hace unos d¨ªas me encontr¨¦ con el excelente reportaje en el que Silvia R. Pontevedra narraba el caso de A Franqueira, en el concello de A Ca?iza, que presenta su candidatura a convertirse en "procesi¨®n de procesiones" en esta tierra amada por peregrinos de toda condici¨®n. Seg¨²n entiendo, el cura p¨¢rroco tiene adem¨¢s previsto construir un templo en la roca, similar a Lourdes, para albergar la creciente oleada de devotos que traen su santo en procesi¨®n de las parroquias lim¨ªtrofes, a menudo en un chimp¨ªn (palabra ya usual en la gram¨¢tica gallega) adornado con flores. Por si fuera poco el milagro (similar al de Yemany¨¢, en las costas de San Salvador de Bah¨ªa), alguien que quiere permanecer en el anonimato (siempre hay que sospechar de estas donaciones como si el mismo Mario Conde quisiera purgar las culpas ) don¨® esos terrenos para uso sagrado. Misterio sobre misterio, no vaya a ser que se asusten los pastorcillos o los terrenos de la aparici¨®n caigan presa de la especulaci¨®n inmobiliaria.
No hace falta decir que en nuestro pa¨ªs la veneraci¨®n por San Beniti?o (de Herb¨®n o de L¨¦rez) o por San Campio (de Dodro o de Serra de Outes), por San Cibrao o San Froil¨¢n, por San Roque o por la Virgen del Carmen, corre paralela a la tremenda popularidad de la gastronom¨ªa. Se trate de pimientos o de carneiro, de pulpo o de empanada, de sardi?ada o de lac¨®n, las autoridades tanto laicas como eclesi¨¢sticas coinciden en la ¨ªntima cohabitaci¨®n entre los santos y los distintos vinos y viandas del pa¨ªs en una coyunda mucho mejor llevada, sean quienes sean, que el bipartido. La consumaci¨®n moderna de ese milagro ser¨ªa la presencia de Bob Dylan, doy fe de ello, en el Monte do Gozo con el Plan Xacobeo que vuelve a ejecutar su implacable marketing celestial.
Acostumbrados los gallegos a ese ¨¢nimo milagreiro m¨¢s incluso que a la saudade, habituados desde ni?os a peregrinar con los ex votos a San Andr¨¦s de Teixido o al Nazareno de A Pobra, a los Milagros de Amil o al Corpi?o, familiarizados desde la infancia con penitentes y l¨¢grimas de cera, capirotes y huesos de santos, no nos sorprende que en A Franqueira quieran universalizar como los grandes templos de Lourdes y de F¨¢tima la fama cada vez m¨¢s extendida de su santa patrona y convertir el lugar en una especie de rock¨®dromo para feligreses. El culto a Bruce Springsteen no dista mucho de ser un culto mariano, si bien se mira.
Coinciden estas l¨ªneas con una nota tr¨¢gica en este fervor procesional. Algunos se molestar¨¢n y pido disculpas de antemano a los rocieros de coraz¨®n, pero no entiendo el llamado "salto de la valla" en la ermita de Almonte y esa atroz imagen de empujones y codazos cuando los m¨¢s enardecidos romeros la emprenden a sopapo limpio con tal de acercarse a la Blanca Paloma. La vista no me alcanza para distinguir ning¨²n rostro femenino en la avalancha. El balance de m¨¢s de quince caballos muertos, reventados por la sed, el hambre y la fatiga, tambi¨¦n da cuenta del poco sentimiento religioso de esos peregrinos que llegan muchos de ellos sin una mota de polvo en la taleguilla y con unas gafas de aviador d¨®nde nunca se pone el sol, m¨¢s pendientes de las c¨¢maras que de la fe. Ya digo, que me perdonen los rocieros, pero prefiero esa rusticidad aut¨¦ntica de A Franqueira o, c¨®mo obviarlo, el ya patentado y universalmente conocido y vendido Camino de Santiago. Est¨¢ claro, en los tiempos que corren, que cada santo necesita urgentemente un asesor de imagen.
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