?Cu¨¢ndo no es presidente Zapatero?

A nadie se le hab¨ªa ocurrido cuestionar c¨®mo debe viajar un presidente del Gobierno a los actos de su partido hasta el pasado 24 de mayo. Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero no se pod¨ªa ni imaginar, camino de Sevilla en un Dassault-Falcon 900 de la Fuerza A¨¦rea espa?ola, que aquel mitin en Andaluc¨ªa iba a marcar toda la campa?a electoral que hoy termina. Al d¨ªa siguiente, el PP le acusaba de haber utilizado el avi¨®n de Estado, que est¨¢ permanentemente a su disposici¨®n, para un acto de partido. El PSOE respondi¨® que el presidente es presidente todo el tiempo. Casi dos semanas despu¨¦s, a¨²n es dif¨ªcil saber qui¨¦n tiene raz¨®n. La patata caliente le ha ca¨ªdo al Tribunal de Cuentas, que pasaba por all¨ª.

Hay siete aviones VIP. La prioridad para utilizarlos la fija La Moncloa

Defensa cobra por usar el aparato, salvo a la Casa del Rey y al presidente

Hay que separar dos planos en el debate. Nadie cuestiona el dispositivo de seguridad de Zapatero, ni siquiera el uso del Falcon. El presidente viaja con la seguridad que disponen unos expertos y los medios que determinan otros. Lo que critica el PP es que lo pague el Gobierno en vez del partido. En ambos casos lo acaban pagando los ciudadanos, que sufragan a los partidos a trav¨¦s de las subvenciones, pero en periodo electoral hay un matiz importante.

El PP argumenta que los partidos tienen un presupuesto limitado, de dinero p¨²blico, para su campa?a electoral. La subvenci¨®n de esta campa?a est¨¢ fijada por la Orden Ministerial de Econom¨ªa y Hacienda 947 del pasado 16 de abril. Por diversos conceptos, PP y PSOE disponen de m¨¢s de ocho millones cada uno. Si el PSOE no paga los desplazamientos en avi¨®n de su l¨ªder, argumenta el PP, tiene m¨¢s dinero para dedicar a banderitas, chapas, anuncios o lo que quiera. Tiene m¨¢s, en definitiva, que el PP, que s¨ª debe pagar los vuelos de Rajoy en avi¨®n privado.

Juan Carlos Vera, veterano especialista en campa?as electorales del PP, diputado y miembro del equipo de la campa?a actual, pone ejemplos. "El primer mitin de Rajoy fue en Ourense, y al d¨ªa siguiente por la ma?ana hab¨ªa que estar en Baleares. La ¨²nica soluci¨®n era viajar a ¨²ltima hora de la noche y contratamos un vuelo privado". Vera asegura que "eso se pone como gasto de campa?a".

Eso s¨ª, s¨®lo los desplazamientos en avi¨®n privado. Rajoy utiliza un coche que le paga el PP, pero todos los dem¨¢s transportes (vuelos de l¨ªnea y trenes) se los puede pasar al Congreso como diputado. Igual que todos los parlamentarios que participan en esta campa?a. "En cuanto a los viajes de diputados y senadores somos todos iguales", explica Vera, coautor tambi¨¦n de un escrito ante el Tribunal de Cuentas que denuncia la supuesta ventaja presupuestaria del PSOE por el Falcon.

Aunque se les denomine aviones militares, los aparatos del Grupo 45 de la Fuerza A¨¦rea espa?ola son, en realidad, aeronaves de Estado, con similares prestaciones a los jets de ejecutivos y dedicados en exclusiva al transporte de personalidades (eventualmente, pueden hacer alguna misi¨®n m¨¢s, como el traslado de ¨®rganos).

En total son siete aviones, dos Airbus A310 y cinco Falcon 900B, con base en Torrej¨®n de Ardoz (Madrid). Su uso se rige por un estricto protocolo que gestiona el Gabinete T¨¦cnico de la ministra de Defensa, Carme Chac¨®n. En principio, todos los clientes deben dirigirse a dicho Gabinete para solicitar un avi¨®n, a excepci¨®n de la Casa del Rey y la Presidencia del Gobierno, que se comunican directamente con el Grupo 45, aunque Defensa debe estar informado en todo momento.

A la hora de atender las solicitudes, el Gabinete T¨¦cnico de la Ministra de Defensa, que dirige un militar, aplica un r¨¦gimen de prioridades, en el que figuran la Casa del Rey, la Presidencia, las Vicepresidencias y los distintos ministerios, seg¨²n su orden de prelaci¨®n protocolaria. Tambi¨¦n figuran en la lista de posibles usuarios los presidentes del Congreso y el Senado. Incluso puede solicitar un avi¨®n militar el l¨ªder de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, aunque no consta a las fuentes consultadas que ¨¦ste lo haya pedido nunca.

En las peticiones no se especifica cu¨¢l es el motivo del desplazamiento, por lo que el Ministerio de Defensa no valora la importancia del viaje sino s¨®lo la personalidad del solicitante. Los secretarios de Estado pueden utilizar tambi¨¦n estas aeronaves, pero deben plantearlo a trav¨¦s de los gabinetes de los ministros, por lo que lo hacen siempre "bajo el paraguas" del titular de la cartera.

Cuando la demanda excede la capacidad del Grupo 45 (lo que sucede con frecuencia, ya que casi siempre hay alg¨²n aparato averiado o en mantenimiento) es la Presidencia del Gobierno la que dirime qui¨¦n tiene prioridad. Tambi¨¦n es la Moncloa la que, excepcionalmente, autoriza el uso de los aviones por personalidades no incluidas en la lista, como ha sucedido con el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, o el Alto Representante para la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad de la UE, Javier Solana. El Ministerio de la Presidencia declin¨® comentar cualquier detalle sobre el uso de los aviones militares.

El Ministerio de Defensa lleva una contabilidad escrupulosa del uso de los aviones del Grupo 45 (y tambi¨¦n de los helic¨®pteros de transporte del 402 escuadr¨®n). Dispone de una tarifa, que se actualiza peri¨®dicamente, con el coste de la hora de vuelo de cada modelo de avi¨®n; lo que incluye tanto las dietas de las tripulaciones, como el combustible o el mantenimiento. Dicha tarifa, seg¨²n las fuentes consultadas, es de unos 3.000 euros por hora para el Falcon 900 y m¨¢s de 6.000 para el Airbus 300. Todos los ministerios abonan a Defensa el coste de estos desplazamientos, de acuerdo con las tarifas fijadas. Las excepciones son la Casa del Rey y la Presidencia; adem¨¢s del propio Ministerio de Defensa.

Por centrar jur¨ªdicamente el debate, el art¨ªculo 139 de la Ley Org¨¢nica de R¨¦gimen Electoral General dice que se consideran gastos electorales "medios de transporte y gastos de desplazamiento de los candidatos, de los dirigentes de los partidos [...] y del personal al servicio de la candidatura". En la interpretaci¨®n de si Zapatero es "dirigente" o presidente cuando acude a un mitin reside el meollo de la denuncia del PP y de la defensa del PSOE. Unos dicen que, en el mitin, era el secretario general del PSOE. Otros, que el presidente lo es durante la 24 horas.

En el fondo, ninguno de los dos tiene un argumento jur¨ªdico definitivo para defender su posici¨®n. No hay una regulaci¨®n que separe los distintos usos que se le deben dar a los medios propios de un cargo p¨²blico. No est¨¢ escrito en ning¨²n sitio. Si se pone muy serio, el PP deber¨ªa recurrir al C¨®digo Penal y al art¨ªculo 433 sobre malversaci¨®n de caudales p¨²blicos. Pero las consecuencias de una denuncia as¨ª pueden ser demoledoras.

Para muestra, todos los casos de usos privados de medios p¨²blicos que se dieron a conocer pocas horas despu¨¦s de encenderse la pol¨¦mica. Ah¨ª est¨¢ el cabeza de lista del PP en estas elecciones, Jaime Mayor Oreja, que va en su coche oficial a misa. O el presidente de la Diputaci¨®n de Orense, Jos¨¦ Luis Baltar (PP), que a diario manda a su coche oficial a llevar a sus nietos al colegio y recogerlos. Cuando se les pregunt¨® a ambos por este uso de los medios p¨²blicos, dieron exactamente la misma explicaci¨®n que la Moncloa sobre el uso del Falcon. Razones de la seguridad asociada a su cargo.

"Yo creo que el uso de los coches no se puede equiparar al Falcon", opina, sin embargo, Juan Carlos Vera. "Un dirigente pol¨ªtico tiene que tener su seguridad y sus medios. Eso no lo critico. No entender¨ªa, por ejemplo, que Patxi L¨®pez se desplazara en otros medios que no sean los que tiene como lehendakari, con su seguridad". Igual que Mayor, como ex ministro del Interior, es comprensible que tenga una seguridad extra a todas horas. ?Pero los nietos de Baltar?

"El argumento de la seguridad se utiliza para muchas cosas indebidamente", advierte Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Fornet, secretario general del Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP). El suyo y otros dos sindicatos policiales han aprovechado esta pol¨¦mica para denunciar c¨®mo se utilizan a veces las escoltas. "La seguridad no puede justificar estas conductas", contin¨²a, "al final hemos asumido pautas de comportamiento del r¨¦gimen anterior".

El PP, asegura Fornet, "justificaba el uso de los aviones poniendo reuniones all¨ª donde iban". Por ejemplo "se inventaba una reuni¨®n del patronato de nos¨¦qu¨¦ en Murcia para que Federico Trillo se fuera de vacaciones". Al tener all¨ª un acto oficial, ya estaba justificado el desplazamiento. "El uso de los medios p¨²blicos debe restringirse", opina este polic¨ªa, especialmente indignado con el uso discrecional que se hace de coches y escoltas para todo tipo de tareas y desplazamientos.

Adem¨¢s, "tiene que haber m¨¢s transparencia, la falta de informaci¨®n no se puede justificar con la seguridad". Para Fornet, por ejemplo, conocer los datos de los vuelos que el Gobierno no ha querido dar estos d¨ªas, "es totalmente inofensivo desde el punto de vista de la seguridad", una vez que esos vuelos ya se han producido.

La realidad sobre el uso de los aviones VIP del Estado es que cada uno, cuando ha gobernado, ha hecho simplemente lo que le parec¨ªa m¨¢s adecuado.

"Yo he hecho todas las campa?as con Aznar y como presidente del Gobierno iba a todos los actos en avi¨®n privado", asegura Juan Carlos Vera por parte del PP. ?sa es una de las principales claves en todo este asunto. B¨¢sicamente, ¨¦sa es la diferencia entre el uso de los coches y el uso de los Falcon: Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar jam¨¢s utiliz¨® los aviones militares para actos de campa?a. Hasta su esposa, la concejala de Madrid Ana Botella, lo ha asegurado en p¨²blico sin ning¨²n g¨¦nero de dudas. Ayer mismo lo reiter¨® Mariano Rajoy en televisi¨®n.

El portavoz del partido, Esteban Gonz¨¢lez Pons, esgrimi¨® en p¨²blico un papel en el que aseguraba que figuraba la relaci¨®n de 23 vuelos contratados por G¨¦nova en campa?a electoral para trasladar a Aznar como presidente del Gobierno, por importe de m¨¢s de 250.000 euros. Esa documentaci¨®n no se ha facilitado a la prensa. Pero cuando se le solicit¨® al PP informaci¨®n sobre un vuelo concreto de Aznar a Baleares, en la campa?a de 2003, mostr¨® sin problemas una factura con la compa?¨ªa Gestair (una de las m¨¢s importantes del sector, que tiene como clientes a grandes empresas y los dos partidos pol¨ªticos) de 20.015,56 euros por todo el viaje. Como ¨¦sa, asegura que tiene todas las dem¨¢s, y ser¨ªa muy raro que el PP lanzara un ¨®rdago semejante si existiera el m¨¢s m¨ªnimo riesgo de patinar.

Sobre todo porque esos datos los tiene el Gobierno. La actual ministra de Defensa, Carme Chac¨®n, ha criticado "con conocimiento de causa el uso por parte de ministros de Defensa [se refer¨ªa a Federico Trillo], constante, de aviones militares". El presidente del Congreso y ex ministro del mismo departamento, Jos¨¦ Bono, ha dicho: "S¨¦ tantas cosas que lo mejor que puedo hacer es no pronunciarme". Pero ninguno ha desmentido al PP. Su partido se lo habr¨ªa agradecido.

Porque el PSOE simplemente ha seguido su criterio de siempre. Los socialistas pagan los desplazamientos en avi¨®n privado de Zapatero cuando ¨¦l es el candidato; es decir, en las generales. Se considera que todos los candidatos deben estar en igualdad de condiciones dentro del l¨ªmite de gasto que impone la ley. Pero cuando no es el candidato, es el presidente del Gobierno, y se desplaza de acuerdo con las normas, medios y procedimientos de Presidencia. Y con cargo a su presupuesto. Ni se les hab¨ªa pasado por la cabeza, aseguran fuentes internas de la campa?a, que eso no se hiciera as¨ª. Y se ven seguros de poder defender ese criterio.

"Igual que Zapatero vive en una casa [el palacio de La Moncloa] que a saber de qu¨¦ manera la computa Hacienda, como presidente tiene a su disposici¨®n coche, helic¨®ptero y avi¨®n", insiste una fuente socialista que est¨¢ en el coraz¨®n de la campa?a. "No son prebendas del cargo. Son herramientas del cargo".

Pero si alguna consecuencia positiva se puede extraer de la pol¨¦mica, que ha acabado incluso cuestionando la seguridad de los ex presidentes ("eso s¨ª que es una irresponsabilidad", opina S¨¢nchez Fornet), es que por primera vez alguien va a tener que tomar una decisi¨®n sobre los l¨ªmites del uso de los medios p¨²blicos: el Tribunal de Cuentas. El PP intent¨® que fuera la Junta Electoral Central la que decidiera, pero ¨¦sta respondi¨® que no ten¨ªa competencias al respecto. Al usar dinero p¨²blico, los partidos deben pasar todas las cuentas de la campa?a al tribunal en un plazo de 100 d¨ªas despu¨¦s de las elecciones. Despu¨¦s, elabora un informe de fiscalizaci¨®n en unos seis meses en el que dice si se ha gastado adecuadamente. Fuentes del PSOE aseguran que no hay precedentes de que el tribunal se haya interesado nunca por este asunto.

En este sentido, se equivoca el PP cuando dice que no hay precedentes de que un presidente del Gobierno haya hecho este uso del Falcon. El precedente, al menos conocido, es el propio Zapatero, que sigui¨® el mismo criterio en las elecciones municipales y auton¨®micas de 2007. En la fiscalizaci¨®n de aquellas elecciones, el Tribunal de Cuentas no hizo la m¨¢s m¨ªnima observaci¨®n al PSOE respecto a este punto. En los informes del tribunal sobre elecciones no se puede saber cu¨¢nto se gastan los partidos en aviones, porque aparece bajo el concepto "otros gastos", que suele englobar varios millones de euros.

Por primera vez, se va a encontrar una denuncia concreta sobre este punto. "A todos los tribunales les pasa eso, que alg¨²n caso es el primero de su tipo", dice el catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica y experto en procesos electorales Juli¨¢n Santamar¨ªa. Santamar¨ªa tiene claro que Zapatero debe usar los medios a su disposici¨®n ("el avi¨®n es necesario para garantizar la seguridad y las comunicaciones del presidente", afirma), pero no tiene tan claro qui¨¦n debe pagarlo. En este sentido, espera con inter¨¦s la resoluci¨®n, que por lo menos marcar¨ªa un precedente. Santamar¨ªa, como director del CIS, tuvo coche oficial y asegura que lo utilizaba "s¨®lo para ir a la oficina". Pero tambi¨¦n reconoce que, en ¨²ltima instancia, "depende del sentido com¨²n del usuario".