?Qu¨¦ nos pasa a los catalanes?
Finalizado el escrutinio de las papeletas, llega la hora de escrutar las razones que han llevado a Catalu?a a alzarse con el dudoso honor de ser, con el 62,5%, la segunda comunidad aut¨®noma m¨¢s abstencionista de toda Espa?a, por detr¨¢s de Baleares. La afluencia de los catalanes a las urnas estuvo m¨¢s de ocho puntos por debajo de la ya discreta media espa?ola. Y la de ayer fue, adem¨¢s, la m¨¢s magra de las 38 convocatorias de la democracia, entre elecciones de toda ¨ªndole y referendos diversos. Incluso las consultas sobre la Constituci¨®n europea de 2005 y el Estatuto de 2006, cuando los votantes catalanes emitieron las primeras se?ales de alarma, concitaron una participaci¨®n m¨¢s alta que la cita electoral de ayer.
La abstenci¨®n en Catalu?a, del 62,5%, exige reformular la pol¨ªtica catalana tal como la entienden nuestros dirigentes
Tama?a desmovilizaci¨®n, s¨®lo superada por la registrada en democracias tan arraigadas como la Rep¨²blica Checa o Eslovaquia, mereci¨® anoche, y merecer¨¢ hoy, un rosario de an¨¢lisis por parte de nuestros pol¨ªticos locales, siempre preocupados por el estado de ¨¢nimo de sus amados votantes. Imbuidos de la l¨®gica gravedad en esta tesitura, los m¨¢s llamar¨¢n a "hacer autocr¨ªtica" y a "abrir una reflexi¨®n" sobre las causas de la desafecci¨®n ciudadana respecto a la pol¨ªtica. Los menos, incluso abogar¨¢n por "debatir la conveniencia" de una reforma electoral que acerque a representantes y representados, modificaci¨®n legal que jam¨¢s impulsar¨¢ ning¨²n partido, cuyos aparatos son extremadamente celosos del poder que les confiere la confecci¨®n arbitraria de las candidaturas. Todos, al fin, reconocer¨¢n su fracaso a la hora de hacer pedagog¨ªa sobre la Uni¨®n, de convencer a los catalanes de que su futuro depende en buena medida de que la oxidada nave europea llegue a buen puerto.
Que nadie aprecie en estas l¨ªneas pretensiones prof¨¦ticas; basta con revisar la hemeroteca para comprobar que c¨ªclicamente, cada vez que los electores dan la espalda a las urnas, los l¨ªderes pol¨ªticos prescriben id¨¦nticas recetas. Son, eso s¨ª, perfectamente perecederas: 48 horas despu¨¦s del recuento electoral regresar¨¢n al caj¨®n de los discursos pol¨ªticamente correctos, de donde no saldr¨¢n hasta que la ocasi¨®n lo reclame de nuevo.
Nadie se molestar¨¢ en preguntarse c¨®mo puede estar influyendo en el desd¨¦n electoral no ya la cansina campa?a europea, sino la percepci¨®n de que es la lucha por el poder, y no el bienestar ciudadano, el motor que mueve la maquinaria de todos los partidos. La mejora de la financiaci¨®n auton¨®mica, tan manoseada, se ha convertido en un fin en s¨ª misma: imprescindible para quienes gobiernan, pues sin ella estar¨¢n abocados a dejar de hacerlo, y aprior¨ªsticamente insuficiente para la oposici¨®n, necesitada de munici¨®n para torpedear los cimientos del tripartito. Otro tanto sucede con el temido -o ansiado, seg¨²n el caso- fallo del Constitucional sobre el Estatuto. Y, en general, con todo aquello que pueda incidir en las ¨²nicas elecciones que importan: las catalanas de 2010.
Que la pol¨ªtica catalana interese cada vez m¨¢s a los pol¨ªticos y menos a los catalanes merece algo m¨¢s que reflexiones ret¨®ricas y vanos prop¨®sitos de enmienda; exige reformular la pol¨ªtica catalana tal como la entienden nuestros dirigentes, quienes, por cierto, anoche no decepcionaron al personal. Presumieron Jos¨¦ Montilla y sus socios de la victoria de las "izquierdas catalanistas" -l¨¦ase "el tripartito", de nuevo la mirada puesta en las auton¨®micas de 2010- y el fracaso de las "derechas nacionalistas y espa?olistas" -l¨¦ase CiU y PP-; vaticin¨® Artur Mas que el ascenso de la federaci¨®n "siembra la semilla del cambio"; se vanaglori¨® Vidal-Quadras del t¨ªmido avance del PP en tierras catalanas... ?Hace falta seguir?
Objetivamente, el 7-J se ha limitado a corregir las anomal¨ªas de la cita de 2004, sumamente polarizada a resultas del 11-M y del vuelco pol¨ªtico que ¨¦ste produjo en Espa?a. El PSC regresa a la cota del 36% del voto, su promedio hist¨®rico en las europeas; CiU recupera la segunda plaza, pero lejos de sus mejores resultados; el PP se afianza en sus d¨ªgitos, y ERC e ICV retroceden ligeramente. Nada que permita anticipar el resultado de las pr¨®ximas catalanas, digan lo que digan nuestros pol¨ªticos.
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