Ensayo con p¨²blico y sin red

El actor Rafa Castej¨®n, que interpreta al marqu¨¦s de Poza, interrumpe su parlamento y comienza a blasfemar y a lanzar improperios. "Perd¨®n, perd¨®n, me olvid¨¦ de recoger el saco de tierra y de volcarlo en el suelo. Perd¨®n, perd¨®n, podemos empezar de nuevo". Desde la segunda fila de butacas, el director Calixto Bieito disculpa al int¨¦rprete y le pide que reinicie el p¨¢rrafo entre las risas c¨®mplices de cerca de 800 espectadores que llenan el teatro Liceo de Salamanca en un original ensayo abierto al p¨²blico del montaje de Don Carlos, de Friedrich Schiller.

No es en absoluto habitual que un director de teatro y un grupo de actores accedan a mostrar las tripas de un espect¨¢culo antes de su estreno, pero el car¨¢cter innovador del Festival Internacional de las Artes de Castilla y Le¨®n ha permitido esta singular experiencia. "Voy a dirigir el ensayo como si asistieran s¨®lo una veintena de amigos, aunque es cierto que estoy intrigado y un punto nervioso por la reacci¨®n del p¨²blico", confesaba Bieito horas antes de este experimento teatral que se celebr¨® el pasado s¨¢bado por la noche. Unas horas despu¨¦s, uno de los directores espa?oles con m¨¢s proyecci¨®n internacional mantendr¨¢ el tipo, advertir¨¢ al curioso p¨²blico que no se puede abuchear a los actores en un ensayo y apenas interrumpir¨¢ el desarrollo de la prueba durante cerca de dos horas.

Lo que se plantea es el eterno debate entre poder pol¨ªtico, religioso y sexual

La adaptaci¨®n incluye referencias a los GAL y a las fosas del franquismo

Pasodobles y vino

Al final del montaje, los aplausos entusiastas de los espectadores dar¨¢n fe del ¨¦xito de la iniciativa antes de que Bieito y los actores -encabezados por Carlos Hip¨®lito, Rub¨¦n Ochandiano y Violeta P¨¦rez- inviten al p¨²blico a bailar unos pasodobles y a tomar unas copas de vino en el escenario. "Es lo que solemos hacer despu¨¦s de un ensayo normal", explica el director.

A sus 45 a?os, este burgal¨¦s de Miranda de Ebro, crecido y formado en Barcelona, estrenar¨¢ el pr¨®ximo 19 de junio en Mannheim (Alemania) su particular visi¨®n de una obra clave del idealismo alem¨¢n, como es Don Carlos, en una coproducci¨®n del teatro Romea, las Jornadas Schiller, el Grec y el Centro Dram¨¢tico Nacional (CDN). Est¨¢ m¨¢s que acostumbrado Bieito a trabajar en el extranjero porque en los ¨²ltimos a?os ha dirigido m¨¢s espect¨¢culos de ¨®pera y de teatro en Alemania, Suiza o Inglaterra que en Espa?a.

Atrevido y rompedor como pocos, ha ofrecido una "mirada contempor¨¢nea sobre los cl¨¢sicos", como se?ala ¨¦l mismo, y ha creado un estilo no exento de pol¨¦mica. "Comienzo a tener aquella sensaci¨®n del m¨²sico Manuel de Falla, que se sent¨ªa espa?ol fuera y extranjero aqu¨ª. En cualquier caso, en la adaptaci¨®n de Don Carlos pesan el idealismo alem¨¢n y la historia espa?ola, en una obra donde se defiende la tolerancia, la libertad de pensamiento y la lucha contra el fanatismo", explica. "Incluyo referencias a los tiempos recientes en Espa?a, desde los GAL a las fosas comunes del franquismo, a partir de una escenograf¨ªa que muestra un enorme jard¨ªn con muertos debajo de la tierra. Lo cierto es que estoy muy contento con los preparativos de la obra y con los actores, que han demostrado una inmensa generosidad al representar este ensayo abierto en Salamanca".

Se declara Bieito un admirador del teatro centroeuropeo y de la afici¨®n teatral de los alemanes o de los suizos, que acuden a las salas como parte de un h¨¢bito cultural cotidiano, y que cuentan con una amplia y variada oferta en cualquier ciudad de aquellos pa¨ªses federales y descentralizados. Ahora bien, el director de montajes como La ¨®pera de cuatro cuartos, Macbeth, La casa de Bernarda Alba o Galileo Galilei, se alinea con todos los que piensan que el teatro vive un momento dulce en Espa?a. "Existe mucho talento y lo que m¨¢s necesitamos es una apuesta decidida por la educaci¨®n y la cultura que significa mayores inversiones econ¨®micas. Pero tambi¨¦n una mayor presencia del teatro en la escuela que es donde est¨¢ la clave de la afici¨®n teatral", comenta sin dudarlo.

Los espect¨¢culos de este director se caracterizan por sus provocaciones, incluidos los desnudos en escena, y por la suma y mezcla de teatro, m¨²sica y canto. Don Carlos no pod¨ªa ser una excepci¨®n. De este modo (y al margen de unos desnudos parciales y de un amago de felaci¨®n), un piano en escena subraya los aspectos musicales, que van desde piezas cl¨¢sicas al pop pasando por pasodobles. Toques de fiesta taurina o carritos de supermercado, entre otros elementos esc¨¦nicos, remarcan esa mirada contempor¨¢nea a los cl¨¢sicos que reclama un Bieito que ha dirigido pocas piezas de autores contempor¨¢neos. "Todo es una reinterpretaci¨®n continua de los textos cl¨¢sicos", apostilla.

Por si faltara demostraci¨®n, este Don Carlos, que estar¨¢ en Barcelona este verano y en Madrid, en oto?o, cuenta con los ingredientes que han convertido a Bieito en el m¨¢s famoso director teatral espa?ol. Con este eterno debate sobre el poder -el pol¨ªtico y el religioso, pero tambi¨¦n el sexual-, el director se mueve como pez en el agua en el patio de butacas, casi ajeno a los centenares de espectadores que lo rodean.

"Concentraci¨®n", "m¨¢s lento, m¨¢s lento" o "tensi¨®n" son exclamaciones que lanza a los actores. Quedan apenas dos semanas para que el exigente p¨²blico de Mannheim, donde el mism¨ªsimo Schiller estren¨® su Don Carlos, pronuncie su veredicto sobre esta coproducci¨®n hispano-germana. Pero a la vista del silencio del p¨²blico salmantino durante dos horas de ensayo abierto, sobrecogido por la fuerza del texto y por la puesta en escena, Bieito, sus actores y su equipo pueden estar tranquilos. Los aplausos de Salamanca sonar¨¢n en Mannheim.