"El 'sex appeal' est¨¢ sobrevalorado"
Chrissie Hynde no da la mano, da el pu?o. Un gesto desafiante que provoca un inc¨®modo silencio. La m¨ªtica l¨ªder de Pretenders tiene fama de mujer hosca y por unos segundos su saludo parece una clara advertencia. Pero, como casi siempre, los lugares comunes campan a sus anchas en la mitolog¨ªa rockera y basta hacer la pregunta m¨¢s obvia para hacerlos a?icos. ?Por qu¨¦ saluda as¨ª? "Me duelen, algo parecido a una artrosis, me aterra que me aprieten fuerte con la mano al saludar. Lo siento", se disculpa la cantante mostrando sus manos, tan largas y huesudas como ella.
Tumbada en un sof¨¢, descalza, con vaqueros rotos, camiseta de tirantes y chaleco de hombre, Hynde se mantiene fiel a su estilo andr¨®gino. Siempre flot¨® en ella ese aire de chica dura, pero su fuerza no se reduce al cuero. Tiene una estupenda sonrisa. Al preguntarle si cree que el rock es un mundo machista y si eso ha pesado en su carrera, se incorpora y dice: "A m¨ª me gustan los hombres y nunca me ha importado estar en un mundo de hombres. Y adem¨¢s ?qu¨¦ podemos decir nosotras? ?Qui¨¦n los ha criado as¨ª? Nosotras somos ¨¦sas que obligan a sus hijos a hacer la cama, pero que se lo perdonan todo a sus novios. Nosotras los malcriamos".
Nacida en Akron, Ohio, en 1951, Hynde acaba de publicar en Espa?a Break up the concrete, su ¨²ltimo trabajo, un doble CD que incluye adem¨¢s una selecci¨®n de lo mejor de Pretenders. "Muchas de las canciones de este disco son temas antiguos que ten¨ªa guardados. La primera canci¨®n, Boots of chinese plastic, la empec¨¦ hace 30 a?os y no la termin¨¦ hasta ahora. No soy prol¨ªfica y me tomo mi tiempo. ?El mundo no me espera! Y las canciones me salen cuando me salen. Yo ya he dicho todo lo que ten¨ªa que decir, ahora lo ¨²nico que no quiero es aburrirme. Las cosas cambian pero nosotros no. Siempre hago lo mismo, rock tradicional, nunca me reinvento".
Hynde canta a la fraternidad, al amor y a la lealtad. A los amigos, y a los amantes que pasaron por ah¨ª. Esa melancol¨ªa que no paraliza y esa rebeld¨ªa que no tiene edad. Ella ha explicado alguna vez que pertenece a una generaci¨®n de rockeros de clase baja que no ped¨ªan perd¨®n a nadie por el ¨¦xito. "Cuando yo empec¨¦ ten¨ªa 24 a?os, era muy mayor para estar en una banda. No hab¨ªa rockeros de 30, ¨¦sa era la edad de los managers. Pero segu¨ª, porque si no te mueves, sigues. He visto c¨®mo la industria musical se ha hundido por su codicia y no me ha dado mucha l¨¢stima, se merec¨ªa todo lo que ha pasado. Pero lo que nadie se imaginaba era lo que est¨¢ ocurriendo con el directo, y gracias a ¨¦l podemos seguir".
Vegetariana convencida, la cantante se revuelve al preguntarle si sigue siendo una "militante" de la ecolog¨ªa: "S¨®lo soy un ser humano decente. No soporto esa hipocres¨ªa sobre el medio ambiente cuando queremos ignorar lo que nos ponen en el plato para comer. Ser un ignorante es una elecci¨®n y cerrar los ojos ante espect¨¢culos como los toros, tambi¨¦n". Aqu¨ª estamos en temporada alta. La broma, al parecer, no tiene gracia y Hynde saca hombros (y sabe hacerlo) y desaf¨ªa con ellos: "Al menos esa panda de locos no se esconden para ver matar a ese precioso animal. Que disfruten esos lun¨¢ticos, que sepan que est¨¢n bien jodidos".
Una de las canciones del disco, titulada The nothing maker, est¨¢ dedicada a un tipo disfuncional y raro, personas que le gustan, dice ella. "Porque tiene su propia verdad", explica. "Vive con sus propios c¨®digos y eso es algo que yo admiro mucho. Lo f¨¢cil es ser lo que las revistas dicen que seas. Pero a m¨ª me gusta la gente que no necesita demostrar nada a nadie y que no sucumbe a la presi¨®n social. Ser uno mismo es una tarea complicada, pero hay que intentarlo".
Ser una misma y saber envejecer en el escenario y fuera de ¨¦l, la cantante suelta una de sus carcajadas: "S¨®lo hay dos posibles salidas: morir joven o envejecer. Y yo lo tengo muy claro. Hacerse mayor no deber¨ªa ser nunca un problema. El ¨²nico problema es dejar de respirar. Es absurdo amargarse. Todas podemos encontrar a uno al que le apetezca un poco de sexo, probablemente no es el hombre que m¨¢s te gusta, pero ?y qu¨¦? El sex appeal est¨¢ sobrevalorado. A m¨ª me interesa m¨¢s la amabilidad, no hay nada m¨¢s sexy que la amabilidad". Hynde cuenta entonces algo sobre una cama, una mujer gorda y un trozo de tarta. "Es un chiste", aclara. "Un chiste machista, es muy gracioso. ?Se lo explico?"."La codicia ha hundido la industria musical. No me da l¨¢stima"
Babelia
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