Operaci¨®n Biquini en el mobiliario
Los productores apuestan por un dise?o esquem¨¢tico llevado a su m¨ªnima expresi¨®n - El 'gur¨²' Giulio Capellini encabeza esta vuelta a lo esencial
Tambi¨¦n entre sillas y mesas nacen y renacen las modas de los kilos de menos. O de los kilos de m¨¢s. El volumen y el peso son, en realidad, la mitad del dise?o. Y estirar, o redondear, un tercio de la estrategia de un dise?ador. Pensemos en el escoc¨¦s Charles R. Macintosh y en los respaldos alargados, imposiblemente altos, de sus sillas Arts&Crafts. Evoquemos la sinuosidad fondona del pop o las curvas estilizadas del art nouveau. Aunque, tambi¨¦n en dise?o, la redondez no indica siempre sobrepeso, s¨ª es cierto que los ¨¢ngulos rectos remiten, inequ¨ªvocamente, a la seriedad matem¨¢tica. Y no est¨¢n los tiempos para muchas bromas.
Tal vez por eso, este a?o, el gur¨² Giulio Cappellini ha querido, en su habitual apuesta m¨²ltiple y siempre
En tiempos que no est¨¢n para bromas, los ¨¢ngulos rectos remiten a lo serio
Se rescata una de las colecciones del enigm¨¢tico Angiolo Fronzoni
acertada, romper tambi¨¦n una lanza a favor de lo magro. As¨ª, junto a productos nuevos, como las escuetas mesas nido Hip (de Leonardo Talarico), un cl¨¢sico en el ahorro espacial sin florituras ni excesos pero, eso s¨ª, coloreadas para que la seriedad se haga m¨¢s llevadera, ha optado por recuperar el legado de uno de los dise?adores m¨¢s misteriosos de la historia del dise?o. Cappellini ha rescatado, y -atenci¨®n- coloreado, la colecci¨®n Fronzoni '64 del enigm¨¢tico Angiolo Giuseppe Fronzoni (1923-2002).
La nueva serie -basada en los legendarios dise?os Fronzoni '64- se llama Fronzoni Color. Y es, efectivamente, nueva. Inesperadamente alegre, pues el legado del que para muchos fue el primer dise?ador minimalista era en blanco y negro. No ten¨ªa curvas ni texturas, s¨®lo l¨ªneas y ¨¢ngulos rectos. Esencial, enemigo de cualquier exceso, monacal, elemental o de una precisi¨®n matem¨¢tica, A. G. Fronzoni fue un personaje dentro del grafismo italiano. Y un enigma en el mundo del dise?o de producto. Sus l¨¢mparas, sillas y mesas parecen, efectivamente, estiradas de las dos dimensiones del papel. Pero ¨¦l nunca se pronunci¨®. Jam¨¢s quiso dar explicaciones. Ni siquiera cuando, a finales de los a?os ochenta, se convirti¨® en un referente en la entonces llamada arquitectura minimalista.
En una de las pocas ocasiones en las que se le solicit¨® un ideario, Fronzoni devolvi¨® un papel en blanco. Parece pues que no le gustaban las explicaciones y que el dise?o para ¨¦l era algo m¨¢s mental, e ideal, que cercano y cotidiano. Sus mesas de estructura met¨¢lica y sobre de madera est¨¢n en la colecci¨®n del MOMA y en la de la Trienal de Mil¨¢n. Tambi¨¦n las sillas, aunque uno no aguante muchas horas sentado c¨®modamente en ellas, han pasado a la historia. El m¨ªtico cr¨ªtico de arte marxista Giulio Carlo Argan le gustaba a Fronzoni para explicar sus dise?os. "Quien rechaza el dise?o acepta ser dise?ado", sol¨ªa citar.
Poco m¨¢s. A pesar de que el movimiento moderno se abraz¨® a la l¨ªnea recta y a la precisi¨®n matem¨¢tica para comunicar unos ideales supuestamente cercanos a la democracia del dise?o, ning¨²n mueblista llev¨® hasta sus obras la rectitud de A. G. Fronzoni. Su m¨ªtica serie renace ahora, 45 a?os despu¨¦s, magra como siempre y coloreada como nunca. Eso s¨ª, Cappellini ha tenido el cuidado de emplear s¨®lo lacados de colores b¨¢sicos, amarillo, azul o rojo, en comuni¨®n con la rectitud del dise?ador de Pistoia. Una vez m¨¢s, que ¨¦sta es una ¨¦poca con poca grasa en el dise?o lo prueban tanto las apuestas de futuro como las recuperaciones del pasado. Cabe preguntarse, sin embargo, si tras ver sus dise?os coloreados, el herm¨¦tico Fronzoni seguir¨ªa explicando su trabajo con un papel en blanco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.