La corrupci¨®n sale gratis
Las urnas han premiado a los pol¨ªticos del PP imputados en distintos esc¨¢ndalos - La escasa cultura c¨ªvica y el exceso de conservadurismo explican la paradoja
En enero pasado, el peque?o pueblo canario de Mog¨¢n fue noticia destacada. La polic¨ªa deten¨ªa de nuevo a su alcalde y a otros cuatro colaboradores y funcionarios. La acusaci¨®n: prevaricaci¨®n, malversaci¨®n de caudales p¨²blicos y tr¨¢fico de influencias. Ese alcalde se llama Francisco Gonz¨¢lez y es del Partido Popular. Cinco meses m¨¢s tarde, ese partido ha aumentado su apoyo electoral en el pueblo logrando el 69% de los votos en las elecciones europeas.
El caso de Carlos Fabra, presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n, es paradigm¨¢tico. Este dirigente del PP ha dado a su partido una victoria electoral tras otra a pesar de ser perseguido por la Justicia y estar imputado por la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n por fraude fiscal y delitos contra la Administraci¨®n p¨²blica. Su partido ha superado los ya espl¨¦ndidos resultados de 2004.
Est¨¢ extendida la idea de que el abuso es inherente al pol¨ªtico Bego?a Alonso: "La gente conservadora es acr¨ªtica con su propia ideolog¨ªa"
Tras la aplastante victoria de las elecciones municipales en 2007, Carlos Fabra proclam¨® que el PP hab¨ªa sido absuelto con sobresaliente cum laude por los ciudadanos. Ahora, tras las europeas de 2009, ha declarado: "La gente es muy lista y le preocupa m¨¢s el paro que saber si Carlos Fabra o Paco Camps somos culpables o inocentes".
An¨¢lisis electorales diversos demuestran que, en Espa?a, para des¨¢nimo de muchos, Carlos Fabra tiene raz¨®n y que incluso se queda corto en sus valoraciones. Las urnas no castigan la corrupci¨®n, sino que en muchas ocasiones parece que la premian. "En efecto, todo hace pensar que la corrupci¨®n da votos", comenta el cabeza de lista de IU para el Parlamento Europeo, Willy Meyer, mientras pasea por Gran V¨ªa. "Es como si la sociedad espa?ola no considerara la ¨¦tica civil".
?Es este fen¨®meno exclusivo de la joven democracia espa?ola? ?Por qu¨¦ las urnas no han pasado factura al PP y, sin embargo, s¨ª han castigado a los socialistas all¨¢ donde se han destapado casos de corrupci¨®n similares como ha ocurrido en los pueblos de Lorca, Arrecife o Alcauc¨ªn, por citar unos pocos?
El caso Berlusconi hace sospechar que hay otros electorados que, como el espa?ol, parecen insensibles al esc¨¢ndalo y la presunta corrupci¨®n de algunos pol¨ªticos. El catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas Juli¨¢n Santamar¨ªa habla de una cultura de la derecha mediterr¨¢nea que genera similitudes entre Espa?a e Italia frente a los pa¨ªses anglosajones y los n¨®rdicos, donde los electorados son extremadamente exigentes.
Los profesores en Ciencia Pol¨ªtica Fernando Jim¨¦nez, de la Universidad de Murcia, y Manuel Villoria, del Instituto Ortega y Gasset y de la Universidad Rey Juan Carlos, se han centrado en el comportamiento electoral espa?ol. Para empezar, Villoria considera que en Espa?a hay una menor cultura c¨ªvica y una visi¨®n m¨¢s negativa sobre los pol¨ªticos que en el resto de Europa. "Se ve en los datos del CIS. Hay poca afiliaci¨®n, poco compromiso social", a?ade. El perfil medio del espa?ol se traducir¨ªa, por tanto, en un votante menos sensible a la corrupci¨®n.
Del franquismo, dice Meyer, "los espa?oles sacaron la conclusi¨®n de que la pol¨ªtica es un negocio y eso permanece en las mentes conservadoras". As¨ª que, como varios coinciden en se?alar, es idea generalizada en Espa?a que "todos los pol¨ªticos son iguales" y que la corrupci¨®n es casi consustancial al desempe?o de un cargo p¨²blico.
Tales principios, sumados a la polarizaci¨®n bipartidista de la vida pol¨ªtica actual, genera en el electorado, seg¨²n Villoria, una defensa a ultranza de sus l¨ªderes pol¨ªticos aunque ¨¦stos est¨¦n acusados de corrupci¨®n. Si todos son corruptos, prefiero a mi pol¨ªtico corrupto que al de enfrente, que tambi¨¦n lo es, ser¨ªa el resultado l¨®gico de ello.
?Inmadurez democr¨¢tica? "No lo creo", dice el profesor de Cambio Social en la Universidad a Distancia UNED Ram¨®n Adell. "Es puro pragmatismo. Antes los pol¨ªticos eran aficionados. Ahora son profesionales de la pol¨ªtica. Ya no hay ideolog¨ªa y el bipartidismo espa?ol produce un desapego por la pol¨ªtica".
En efecto, dada la elevada abstenci¨®n de las recientes elecciones, todo parece indicar que s¨®lo se han acercado a las urnas los militantes, los convencidos. Y en ese escenario, la agresi¨®n contra dirigentes pol¨ªticos por casos de presunta corrupci¨®n ha generado una identificaci¨®n con el l¨ªder atacado. "El nivel de linchamiento ha beneficiado al PP en Valencia y otros de sus feudos", ratifica Francesc Homs, jefe de campa?a de Converg¨¨ncia i Uni¨®. Es lo que Homs y el propio Jaime Mayor Oreja, cabeza de lista del PP a la Euroc¨¢mara, llaman "efecto bumer¨¢n". "El PP juega al victimismo all¨¢ donde dispone de un amplio poder medi¨¢tico y financiero", explica Antonio Hernando, responsable de pol¨ªtica municipal del PSOE. Es evidente que ha ganado esa partida.
Tanto Hernando como Meyer tienen por seguro que la corrupci¨®n le sale gratis a la derecha; no a la izquierda. En principio, los datos de las recientes elecciones al Parlamento Europeo les dan la raz¨®n. All¨¢ donde ha habido casos p¨²blicos de presunta corrupci¨®n por parte de l¨ªderes socialistas, el PSOE ha perdido votos, algo que al PP no le suele ocurrir. La mayor¨ªa de los consultados hablan de un electorado de izquierdas m¨¢s estricto, con un alto nivel de exigencia ¨¦tica. Hernando a?ade el lastre que pesa todav¨ªa sobre la izquierda tras la d¨¦cada de los noventa, con Felipe Gonz¨¢lez en el poder, cuando a la crisis econ¨®mica se uni¨® el desgaste del poder y casos de esc¨¢ndalo y corrupci¨®n.
La profesora de Conflicto Social de la UNED Bego?a Alonso tiene un elaborado discurso al respecto. "La incertidumbre trastoca al ser humano y los cambios generan incertidumbre", explica Alonso. "La gente m¨¢s conservadora es acr¨ªtica hacia su propia ideolog¨ªa. No quiere cambiar su posici¨®n porque le genera incertidumbre. A la hora de votar se podr¨ªa decir que el conservador aplica el dicho de m¨¢s vale lo malo conocido que lo bueno por conocer".
Frente a esa derecha que se resiste al cambio, la izquierda ser¨ªa m¨¢s din¨¢mica, variopinta y cr¨ªtica, especialmente con sus propias posiciones y sus l¨ªderes pol¨ªticos. Y Alonso a?ade: "La religi¨®n es un factor importante y recordemos que hay una identificaci¨®n evidente entre la derecha y la c¨²pula eclesi¨¢stica. Y no olvidemos que el pecado se perdona, pero que en la izquierda nunca hay absoluci¨®n".
Es de suponer que en el PP se revolver¨ªan contra tales afirmaciones. En el partido han remitido a las declaraciones p¨²blicas de la secretaria general, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, y su presidente, Mariano Rajoy. Ambos han considerado que los ataques hacia sus l¨ªderes han sido exagerados y que los ciudadanos les han exculpado con sus votos en las europeas.
"Ese juego del PP de intentar resolver en las urnas lo que hay que resolver en los tribunales le va a pasar factura a medio y largo plazo", se?ala Hernando. "Hasta ahora han obstaculizado la acci¨®n de la justicia, pero llegar¨¢n las condenas y entonces la gente no les perdonar¨¢".
A favor de la tesis de que la izquierda paga un precio mayor por sus desmanes podr¨ªa sumarse el caso de Reino Unido, donde los laboristas han sufrido un serio rev¨¦s electoral, a pesar de que las prebendas y abusos de los pol¨ªticos salpican a todos los partidos, si bien es cierto que este caso requiere un an¨¢lisis m¨¢s profundo que tenga en cuenta la crisis de liderazgo del primer ministro Gordon Brown. Juli¨¢n Santamar¨ªa se?ala todav¨ªa un aspecto distintivo m¨¢s que suele darse entre derecha e izquierda en los pa¨ªses n¨®rdicos y anglosajones: "Los esc¨¢ndalos econ¨®micos suelen castigar m¨¢s a la izquierda. Los esc¨¢ndalos sexuales o que tienen que ver con la moral familiar suelen castigar m¨¢s a la derecha".
Pero no todo el mundo est¨¢ de acuerdo en que los comportamientos electorales de la derecha y la izquierda respecto a la corrupci¨®n sean distintos. As¨ª lo viene a demostrar a nivel nacional el estudio conjunto publicado por la Fundaci¨®n Alternativas de Jim¨¦nez y Villoria respecto a las elecciones municipales de 2007. Estos dos expertos en la corrupci¨®n pol¨ªtica y sus consecuencias analizaron los resultados de 133 municipios salpicados por la presunta corrupci¨®n de sus regidores.
El 70% de los alcaldes sospechosos ganaron en las urnas y mantuvieron sus cargos. Y no hubo diferencias entre PSOE y PP. El porcentaje de victorias y derrotas fue similar.
Pero el an¨¢lisis de Jim¨¦nez y Villoria desvela un resultado llamativo: en las municipales, a pesar de los primeros an¨¢lisis period¨ªsticos, la corrupci¨®n s¨ª que pasa factura a los partidos pol¨ªticos; incluido el PP. "Atendiendo a la ganancia o p¨¦rdida de apoyo electoral sobre censo en relaci¨®n con 2003", dice el estudio, "se ve que s¨®lo el 30% de los alcaldes [presuntamente corruptos] mantuvieron o ganaron en 2007 m¨¢s apoyo sobre censo que en 2003, mientras que el 70% perdi¨® apoyo en t¨¦rminos relativos".
Homs tambi¨¦n se resiste a analizar comportamientos distintos a un lado y otro. "Tal diferencia la desmiente el 14-M. Cuando se enga?a y se miente, cuando el electorado percibe un comportamiento ¨¦ticamente incorrecto, lo sanciona en las urnas", dice este pol¨ªtico de CiU. Mientras tanto, con los recientes ¨¦xitos electorales del PP en la mano, la izquierda siente cierta frustraci¨®n. "Todo da lo mismo y se vota masivamente a Mayor Oreja, un eurodiputado que no ha dado un palo al agua", dice Meyer. "S¨ª, es frustrante, pero esto no nos va a disuadir de seguir persiguiendo la corrupci¨®n", asevera Hernando. "Me preocupa que no haya un pacto de Estado contra la corrupci¨®n firmado por los grandes partidos", a?ade Villoria. "Si se acusan pero no hacen nada, lo ¨²nico que logran es da?arse mutuamente y aumentar la degradaci¨®n de la pol¨ªtica y la tradicional visi¨®n c¨ªnica del poder de la ciudadan¨ªa espa?ola".
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