La diferencia entre alumnos y alumnas es m¨¢s social que biol¨®gica
La OCDE rechaza las tesis de los defensores de la escuela que separa por sexos
Las chicas, en general, sacan mejores notas en lectura, y los chicos, en matem¨¢ticas, pero esto no quiere decir que su capacidad para aprender sea distinta, seg¨²n un reciente an¨¢lisis del Informe Pisa, la mayor base de datos internacional sobre los alumnos de 15 a?os. Desde hace tiempo, uno de los principales argumentos de los defensores de la educaci¨®n separada por sexos es que las diferencias biol¨®gicas condicionan los aprendizajes, y precisamente recurren a los resultados de Pisa para sostenerlo. Sin embargo, el informe "no refleja diferencias significativas en las habilidades y la capacidad para aprender", dice Pablo Zoido, uno de los autores del estudio de la OCDE ?Preparados igualitariamente para la vida? Resultados escolares de chicos y chicas de 15 a?os.
La ventaja de las chicas en lectura ha aumentado entre 2000 y 2006
La mayor diferencia por g¨¦nero es de 38 puntos; por estudios de los padres, de 85
"Lo que nuestro informe enfatiza es que hay muy pocas diferencias y cuando las hay est¨¢n en lectura", a?ade Zoido. En ciencias apenas existen desniveles. En 2006, s¨®lo en seis pa¨ªses hubo desigualdades rese?ables a favor de los chicos (entre 6 y 10 puntos sobre una media de 500) en Reino Unido, Dinamarca, Luxemburgo, Holanda, M¨¦xico y Suiza. Y a favor de las chicas (entre 11 y 12) en Turqu¨ªa y Grecia. En matem¨¢ticas, en Pisa 2003 s¨®lo hubo un pa¨ªs donde el resultado de las mujeres fue mejor que el de los chicos (15 puntos): Islandia. En todos los dem¨¢s fue al contrario. De media, ellos sacan 11 puntos m¨¢s, una diferencia que se mantuvo en 2006, siendo Corea el pa¨ªs que presenta un mayor desnivel (23).
Es en lectura, efectivamente, donde se producen distancias mayores. Los chicos espa?oles de 15 a?os sufrieron el mayor retroceso en lectura de toda la OCDE en 2006 con respecto a 2000: 38 puntos. En todo el mundo, los varones bajaron 10 puntos, con lo que la brecha a favor de ellas aument¨® seis, hasta los 38. La mayor distancia est¨¢ en Finlandia, con 51 puntos a favor de ellas. Pero no porque los chicos lo hagan mal, sino porque sus compa?eras lo hacen rematadamente bien.
Con estos datos, y sin evidencia cient¨ªfica que ligue las razones biol¨®gicas con las capacidades de aprendizaje -"hasta la fecha no hay ninguna investigaci¨®n que muestre procesos espec¨ªficos de g¨¦nero envueltos en la construcci¨®n de redes cerebrales durante el aprendizaje", dice el texto-, lo que s¨ª encuentra el estudio es que "detr¨¢s de cada diferencia de resultado hay causas de motivaci¨®n o inter¨¦s", a?ade Zoido. Ellos tienen menos inter¨¦s en la lectura y ellas se enfrentan con m¨¢s ansiedad a las matem¨¢ticas.
Mar¨ªa Calvo, presidenta acad¨¦mica en Espa?a de la Asociaci¨®n Europea de Centros de Educaci¨®n Diferenciada, responde que esas desigualdades biol¨®gicas marcan el aprendizaje y, por l¨®gica, se reflejan en los gustos y la ansiedad. Sin embargo, el profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad de La Laguna Jos¨¦ S. Mart¨ªnez insiste en que "no est¨¢ claro que las diferencias biol¨®gicas impliquen diferencias de aprendizaje, ya que pueden ser sociales", como sugiere el informe de la OCDE. "Est¨¢n m¨¢s en la sociedad que en la biolog¨ªa", dice Zoido, y lo argumenta con factores externos al ¨¢mbito educativo: la discriminaci¨®n salarial de las mujeres las empuja a estudiar m¨¢s, por ejemplo. Las espa?olas con estudios obligatorios cobran el 64% de la paga de un var¨®n con la misma formaci¨®n; para las licenciadas, el porcentaje es del 76%. De nuevo, la motivaci¨®n.
Y en el caso de la lectura, el profesor Mart¨ªnez recuerda que si las chicas sacan 38 puntos m¨¢s, mayor es el desnivel entre los hijos de universitarios y los de padres que s¨®lo tienen estudios b¨¢sicos: 85 puntos a favor de los primeros. Los alumnos que tienen menos de 10 libros en casa sacan 135 puntos menos que los que tienen m¨¢s de 500.
Como no es cosa de reclamar p¨²blicamente un colegio s¨®lo para hijos de universitarios, ?estar¨ªa justificado que chicos y chicas estudien separados siendo las diferencias menores? En Espa?a, algunas autonom¨ªas han planteado no subvencionar a los centros que separan por sexos; Cantabria lo ha hecho. En todo el territorio hay unos 150 centros privados de este tipo, de los que 57 est¨¢n subvencionados. La gran mayor¨ªa est¨¢n vinculados a colectivos cat¨®licos, aunque muchos defensores de esta opci¨®n hablan de modernidad y del ¨¦xito de su propuesta en colegios p¨²blicos de EE UU.
Sobre estos centros, el informe de la OCDE parte de la base, ampliamente aceptada, dicen, de que las chicas rinden m¨¢s en los colegios separados y los chicos en los mixtos. Pero concluye que Pisa no respalda esa idea, aunque recomienda precauci¨®n ante esos datos porque esa opci¨®n est¨¢ poco extendida y porque el estudio no eval¨²a el entorno y el desarrollo social de los j¨®venes. Zoido se?ala: "Las diferencias tienden a desaparecer si se tienen en cuenta los contextos socioecon¨®micos y culturales de los alumnos y los centros". En muchos pa¨ªses, la educaci¨®n segregada est¨¢ vinculada a colegios con un alumnado muy seleccionado, por el dinero y por la implicaci¨®n de los padres.
Y en los casos en que la diferencia se mantiene a pesar de ponderar ese contexto socioecon¨®mico y cultural, los resultados apuntan en todas las direcciones: en algunas regiones de China y Chile los resultados hablan del ¨¦xito de los chicos en centros segregados, mientras que en Jordania o Qatar tienen m¨¢s ¨¦xito si estudian en colegios mixtos. En Reino Unido y Nueva Zelanda, los colegios separados les son favorables a las alumnas, pero en Jap¨®n, Turqu¨ªa o Chile les vienen mejor las escuelas mixtas. Espa?a no ha entrado en la comparaci¨®n porque la muestra de alumnos que van a colegios separados, cuando se recogen datos para Pisa, no llega al 3% y no ser¨ªan significativos.
?Qu¨¦ hacer entonces? El secretario general de la OCDE, ?ngel Gurr¨ªa, cree que no se puede "ser complaciente viendo c¨®mo se perpet¨²an los estereotipos de g¨¦nero. Actitudes como 'la lectura no es para chicos' o 'las matem¨¢ticas no son para chicas' no pueden continuar: salen demasiado caras". Mar¨ªa Calvo insiste en que "las diferencias naturales son una verdad que s¨®lo se puede negar desde posturas de correcci¨®n pol¨ªtica. Hay que experimentar, pero con naturalidad, sin dramatizar. No pasa nada por estudiar separados, aunque sea en algunas materias y a algunas edades", a?ade.
Y el profesor de La Laguna Jos¨¦ S. Mart¨ªnez defiende que la escuela "debe tratar las diferencias de aprendizaje como rasgos individuales y no formar grupos estancos". La ¨²ltima evaluaci¨®n sobre la educaci¨®n primaria en Espa?a, de 2007, dice que las mejores clases son las que agrupan a ni?os y ni?as equilibradamente pero cuidando que sus capacidades y contexto social sean heterog¨¦neos: sacan ocho puntos por encima de la media en lengua.
Los datos de Pisa
- Las chicas obtienen 38 puntos m¨¢s en lectura que los chicos sobre una media de 500.
- En matem¨¢ticas los chicos consiguen 11 m¨¢s que ellas.
- En ciencias son muy parecidos. Ellos identifican con m¨¢s pericia los fen¨®menos cient¨ªficos pero ellas los explican mejor.
- Hay actitudes y motivaci¨®n tras las diferencias en matem¨¢ticas y lectura. En ciencias, donde no hay apenas diferencias, tampoco las hay en el nivel de motivaci¨®n.
- En los colegios separados las distancias se reducen dr¨¢sticamente si se tiene en cuenta el contexto sociocultural de alumnos y escuelas.
?Separar para ense?ar?
- Defensores. Sostienen que las diferencias biol¨®gicas y de g¨¦nero condicionan el aprendizaje. Los chicos adquieren m¨¢s lentamente habilidades ling¨¹¨ªsticas y maduran despu¨¦s. Ellos tienen facilidad para el pensamiento l¨®gico matem¨¢tico. La testosterona les hace m¨¢s inquietos; ellas atienden mejor en clase. Separar por sexos reduce la violencia escolar y mejora la autoestima de las chicas.
- Detractores. No est¨¢ demostrado que las diferencias biol¨®gicas condicionen el aprendizaje. Los resultados tienen causas sociales. La educaci¨®n de los padres determina en mayor medida los resultados. Si se acepta que separar a las chicas mejora su autoestima, ser¨ªa leg¨ªtimo separar a cualquier alumno con baja autoestima. La escuela es el lugar para poner de manifiesto las diferencias culturales y educar en igualdad.
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