Los linces corren por Sierra Morena
Los felinos serranos pasan de 60 a 149 ejemplares en tan s¨®lo seis a?os
En octubre de 2007, lo imposible ocurri¨®. Unas c¨¢maras captaron varios ejemplares de lince en un paraje del sur de Castilla-La Mancha, en Ciudad Real. Hac¨ªa una d¨¦cada que no se les ve¨ªa tan al Norte. Se cree que algunos de aquellos ejemplares proced¨ªan de Andaluc¨ªa, de las estribaciones de Sierra Morena. All¨ª, los felinos se empe?an en sobrevivir.
Repartidos entre Ja¨¦n y C¨®rdoba, en los n¨²cleos de los r¨ªos Yeguas y J¨¢ndula, se encuentra el ¨²nico h¨¢bitat, junto con Do?ana (Huelva), en el que permanecen. Y su lucha contra la extinci¨®n parece estar dando resultados. Su n¨²mero ha aumentado considerablemente desde que se iniciaron los censos y los trabajos de protecci¨®n. Si en 2002 se contabilizaron alrededor de 60 ejemplares en Sierra Morena, en 2008 alcanzaron los 149. En Do?ana, el otro gran centro donde sobreviven a duras penas los linces, su cifra se ha estabilizado en unos 50.
El futuro de esta especie felina y el de los conejos est¨¢n ligados
En oto?o se soltar¨¢n los primeros ejemplares en el r¨ªo Guadalmellato
"Durante d¨¦cadas, la desaparici¨®n del lince no se tuvo en cuenta. En Andaluc¨ªa, hasta el a?o 2000, ni t¨¦cnicos ni pol¨ªticos actuaron, a pesar de la persistente alerta de grupos sociales", recuerda Joaqu¨ªn Reina, de Ecologistas en Acci¨®n. Como resultado de esta falta de iniciativa, los felinos estuvieron a un suspiro de desaparecer. Uno de los puntos m¨¢s cr¨ªticos en Sierra Morena era la zona del r¨ªo Yeguas. "Cuando empezamos a actuar en 2001, los estudios nos mostraron que la densidad de linces y conejos all¨ª era pr¨¢cticamente nula. En la orilla de C¨®rdoba casi no hab¨ªa conejos y ning¨²n lince. Mientras que en la zona de Ja¨¦n, donde cont¨¢bamos siete linces, hab¨ªa 0,6 conejos por hect¨¢rea. Y un bicho necesita para vivir y reproducirse una densidad de al menos un conejo y medio por hect¨¢rea", recuerda Miguel ?ngel Sim¨®n, director del programa Life de conservaci¨®n del lince, dependiente de la Junta y financiado por la UE.
Y es que, para explicar la pr¨¢ctica desaparici¨®n del lince y su lenta recuperaci¨®n, hay que hablar de su dieta principal: los conejos. Depredador y presa siguen la misma suerte. La densidad de conejos ha sufrido una radical disminuci¨®n, debido a epidemias como la mixomatosis en los a?os 50 o la neumon¨ªa hemorr¨¢gica v¨ªrica, en los 80. Ello, unido a un mal cuidado del h¨¢bitat natural que compart¨ªa con el lince -por la introducci¨®n masiva de pinares en ¨¦poca de Franco-, ayud¨® a su desaparici¨®n. Y, como consecuencia, al r¨¢pido fin de los linces.
As¨ª que, para ayudar a los felinos, hab¨ªa que centrarse tambi¨¦n en los conejos. "Lo que hicimos fue todo un dise?o de actuaciones muy importante de repoblaci¨®n que, al principio, se apoy¨® en dos fincas p¨²blicas de Ja¨¦n y C¨®rdoba", explica Sim¨®n. Seguidamente se actu¨® en las fincas privadas a trav¨¦s de convenios. Otras herramientas para garantizar un n¨²mero m¨ªnimo de conejos han sido los puntos de alimentaci¨®n suplementaria. Son cercados de 300 o 400 metros cuadrados donde se introducen conejos dom¨¦sticos un d¨ªa a la semana y siempre en momentos muy concretos: bien cuando las hembras de lince tienen cachorros o cuando se sufren rebrotes de la neumon¨ªa hemorr¨¢gica v¨ªrica en los conejos.
El resultado de los trabajos de apoyo al lince ha sido muy destacable en el conjunto de Sierra Morena. "Por ejemplo, en el Yeguas, pasamos de siete linces en 2001, a 49 el a?o pasado", subraya el responsable del Life. Grupos como Ecologistas en Acci¨®n reconocen la mejor¨ªa experimentada, pero alertan de que queda mucho para garantizar la supervivencia de la especie en el plano pol¨ªtico y administrativo. "Todav¨ªa no tenemos un Plan de Recuperaci¨®n que tenga car¨¢cter normativo -algo que no tiene el Life- y que obligue a cumplir plazos marcados y a destinar una mayor financiaci¨®n", critica Joaqu¨ªn Reina.
El pr¨®ximo paso t¨¦cnico es iniciar la repoblaci¨®n de linces en aquellas ¨¢reas de las que desaparecieron. Se trata de una fase muy delicada y que entra?a riesgos. "Los expertos se?alan que la mitad de los ejemplares que se reintroducen pueden acabar muriendo", advierte Sim¨®n. En oto?o comenzar¨¢ la reintroducci¨®n de ejemplares silvestres en el r¨ªo Guadalmellato. Y en siguientes experiencias ya se introducir¨¢n felinos nacidos en cautividad.
La mitad de los ejemplares proceder¨¢n de la cr¨ªa supervisada y la otra del campo (con m¨¢s posibilidades de supervivencia). Un problema es que el stock de cr¨ªas nacidas en cautividad (41) supera las actuales posibilidades andaluzas de reintroducci¨®n. "La cr¨ªa en cautividad no tiene sentido si no es para repoblar. El a?o que viene tendremos unas 25 cr¨ªas m¨¢s. No tenemos capacidad para reintroducir esa cantidad de animales. Por eso, animo a comunidades como Castilla-La Mancha para que habiliten zonas de reintroducci¨®n como Extremadura o Portugal", pide Sim¨®n. Si todo va bien, en 2011 empezar¨¢ la repoblaci¨®n en el ¨¢rea de Guarrizas. "Uno de los factores que se ha tenido en cuenta antes de proyectar estas actuaciones es la cooperaci¨®n de las poblaciones de Guadalmellato y Guarrizas", explica la consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo.
Adem¨¢s, estas dos zonas comunican con buenas ¨¢reas de conejos en el sur de Ciudad Real. La idea ser¨ªa recuperar ese eje con el del Guadalmellato, Carde?a, Guarrizas y And¨²jar. M¨¢s tarde, en unos cinco o seis a?os, el plan seguir¨ªa al Oeste, por Hornachuelos y la Sierra Norte de Sevilla, que ya linda con la de Aracena, en Huelva, a un paso del gran sue?o de conectar con Do?ana. "Podr¨ªa ser una realidad. El Parque Nacional ya cuenta con algunos corredores que conectan con la Sierra de Aracena como lo demuestra que Carib¨² -el ejemplar de Sierra Morena que se solt¨® en Do?ana para reforzar gen¨¦ticamente a los ejemplares de all¨ª, azotados por la endogamia- terminase llegando a Aracena sin problemas", destaca Miguel ?ngel Sim¨®n.
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