?Pint¨® Sorolla este cuadro?
Vicisitudes del retrato de Spinoza hallado en la Complutense, parte del legado de un amigo del pintor
En torno a un lienzo, si re¨²ne un c¨²mulo de rasgos y una constelaci¨®n de coincidencias que s¨®lo el azar rige, surge un aura que lo distingue para siempre de otras obras nacidas de la mano humana. Tal distinci¨®n le confiere una vida propia. Es el caso de un retrato ovalado existente en la Universidad Complutense de Madrid. Representa a un var¨®n maduro, de frente despejada y ojos melanc¨®licos que mira hacia un punto indefinido situado a la derecha de quien lo contempla.
Su gran cuello blanco informa de una moda en el atav¨ªo masculino en los Pa¨ªses Bajos e Inglaterra en el siglo XVII. El cuadro, inventariado bajo el t¨ªtulo Retrato de caballero y de autor durante d¨¦cadas an¨®nimo, formaba parte de un antiguo legado cedido por Luis Simarro, neuropsiquiatra y padre de la Psicolog¨ªa Experimental espa?ola en el ¨²ltimo tercio de siglo XIX. Durante al menos 80 a?os, el cuadro vag¨® por distintas paredes del edificio A de la Facultad de Filosof¨ªa y Letras de Madrid, en la Ciudad Universitaria, hasta recalar en un almac¨¦n situado detr¨¢s del paraninfo.
La biznieta del artista valenciano analiza la obra pero no se pronuncia
El tiempo transcurri¨® hasta que en julio de 2007, Julia Irigoyen, a cargo del patrimonio art¨ªstico de la Universidad Complutense desde 1985, comenz¨® a atar cabos. A trav¨¦s de Jos¨¦ Javier Campos, secretario del legado de Luis Simarro, confirm¨® que el neur¨®logo y psiquiatra nacido en Roma en 1851 y fallecido en Madrid en 1921 hab¨ªa sido amigo entra?able del pintor Joaquin Sorolla, nacido en Valencia en 1863 y muerto en Cercedilla en 1922. Una decena de obras suyas formaban parte del legado del doctor a la Universidad madrile?a. Asimismo, tanto ¨¦l como Sorolla hab¨ªan sido amigos de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, el poeta onubense, que incluso vivi¨® con Simarro en su casa de la calle de General Or¨¢a cuando el escritor andaluz sufri¨® un episodio an¨ªmico adverso.
Julia Irigoyen, que sit¨²a aquella convivencia en torno a 1903, decidi¨® proseguir sus pesquisas. Confirm¨® que exist¨ªa en Holanda un retrato semejante al ovalado hallado por ella en la Facultad de Filosof¨ªa, presumiblemente tomado de un antiguo grabado del siglo XVII. Representaba a un personaje que alcanzar¨ªa proyecci¨®n universal, signado con el anatema por el catolicismo, tambi¨¦n por la ortodoxia del juda¨ªsmo, pero admirado entre el librepensamiento -del que Simarro y sus amigos se reclamaban- por la estatura de sus ideas: era Benito Baruch Spinoza, fil¨®sofo holand¨¦s de origen jud¨ªo hispano-portugu¨¦s.
Irigoyen se dijo: ?y si este Retrato de caballero -as¨ª lo hab¨ªa catalogado ella en su inventario art¨ªstico de la Universidad Complutense de 1989- fuera un sorolla m¨¢s? Entonces se lo coment¨® a Jos¨¦ Javier Campos, que con alborozo le dijo: "?Un 10, Julia, mira qu¨¦ texto de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez he encontrado!: 'Cuando el Doctor Simarro me le¨ªa, con su entusiasmo afanoso, fragmentos de la ?tica (aquellas noches ricas, junto al fuego que rojeaba tantos libros de todas clases, y el retrato de Spinoza que Simarro le hab¨ªa pedido a Sorolla que le pintara...)".
La emoci¨®n embarg¨® a Irigoyen. Todo indicaba que el retrato de Spinoza hab¨ªa surgido del pincel de Joaqu¨ªn Sorolla: desde el legado del psic¨®logo, que inclu¨ªa ya una decena de cuadros del artista valenciano, hasta una cita de su testamento donde incluye la foto de un grabado de Spinoza, adem¨¢s de la amistad entre el pintor, el poeta y el psic¨®logo, as¨ª como la afecci¨®n compartida por el librepensamiento y la esclarecedora cita extra¨ªda de Un andaluz de fuego del poeta Premio Nobel.
Ahora quedaba ver y comparar materialmente los pigmentos del Retrato del caballero con otros cuadros de Sorolla del legado de Simarro. Se encarg¨® el estudio y se tom¨® de referencia comparativa Mar¨ªa en El Pardo, un lienzo que representa a la hija del pintor, Mar¨ªa Clotilde, con la sierra de Guadarrama de fondo. Hasta nueve pigmentos de los 17 comunes comparten ambos cuadros, seg¨²n las pruebas realizadas por expertos de la Complutense.
Dos datos m¨¢s. El primero: "Durante una conferencia en los cursos de verano de El Escorial en los que se exhibi¨® el cuadro se coment¨® la existencia en el extremo interior izquierdo del ¨®valo de una especie de pezu?a de perro. Un estudioso de Sorolla, el profesor de la Universidad del Franco-Condado Jordane Fauvey, dijo con rotundidad: "Es la pata de Canelo, el perro de don Joaqu¨ªn". En efecto, el cuadro del caballero Spinoza est¨¢ repintado sobre un fondo con luminosidad de azules encendidos, cuyos vestigios quedaron en los extremos del ¨®valo y tambi¨¦n hab¨ªan llamado la atenci¨®n de Irigoyen.
El segundo dato: Bernardino de Pantorba, tratadista y autor del primer cat¨¢logo de las obras de Sorolla, recoge una afirmaci¨®n textual del pintor: "Lo que m¨¢s me ha interesado, lo que de un hombre pinto con m¨¢s cuidado y respeto es la frente". Sorprendentemente, el cr¨¢neo del caballero es lo m¨¢s caracter¨ªstico del retrato.
Blanca Pons-Sorolla, biznieta de Joaqu¨ªn Sorolla y nieta de Mar¨ªa Clotilde, prepara un cat¨¢logo razonado de la prol¨ªfica obra de su antecesor. No conoc¨ªa de modo directo el Retrato del caballero, s¨®lo referencias indirectas pero, a instancias de este diario, se avino a contemplarlo provista de un proyector de rayos ultravioleta en el despacho de Manuel ?lvarez Junco, responsable de Cultura de la Universidad Complutense de Madrid, doctor en Bellas Artes y ¨¦l mismo pintor e ilustrador. Con minuciosidad, Blanca Pons-Sorolla lo observa y aplica su proyector sobre cada pulgada del cuadro. ?lvarez Junco advierte: "El cuadro fue planchado en su d¨ªa", aserto que Pons-Sorolla confirma.
No hay expertise ni peritaje alguno -la discreci¨®n de Pons-Sorolla es proverbial- como tampoco hay comprador ni vendedor de esta obra. Tan solo la historia de un lienzo al ¨®leo, m¨¢s de 100 a?os despu¨¦s de su hechura, que representa a un pensador universal y que conserva el aura de un bello enigma por resolver. Toda una met¨¢fora de aquello que sustancia la entra?a del Arte de la Pintura.
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