"Es como si yo fuese a los Rolling"

Elvis Costello y Johnny Cash. Se mire desde la ubicaci¨®n que se quiera, es la forma m¨¢s extra?a de empezar una cr¨®nica de un concierto de los Jonas Brothers, actual fen¨®meno fan adolescente. Pero a las 13.30 y en el Hotel Ritz salt¨® la noticia. Los hermanos Kevin, 21 a?os, Joe, 20, y Nick, 16, ofrec¨ªan una rueda de prensa previa a su recital. Un periodista pregunta: "?Cu¨¢les son vuestras influencias?". Nick, el peque?o de la familia, agarra con suavidad el micr¨®fono, acerca su boca y suelta la bomba: "Elvis Costello y Johnny Cash". Algunos periodistas de revistas adolescentes se cruzan miradas: "?Qui¨¦n rayos son esos?".

Cuatro discos, cuatro, componen la discograf¨ªa del tr¨ªo, y encontrar alg¨²n atisbo de influencia en su m¨²sica con los maestros Costello y Cash es misi¨®n imposible. Pero los chavales se lo creen.

Una familia de Sevilla olvid¨® las entradas y un amigo se las trajo en AVE

Ya por la noche, a la hora J, de Jonas, los t¨ªmpanos descubrieron lo que iban a sufrir durante esa velada. Las gargantas de 18.000 adolescentes atronaron en un llen¨ªsimo Palacio de los Deportes. Los pacientes padres contemplaban, quiz¨¢ por primera vez, a sus hijos en situaci¨®n desatada. "Estoy encantada", dec¨ªa Mar¨ªa Cabrera, de 46 a?os, "es el primer concierto de mi hija. Es como si yo fuese a ver a los Rolling, mi grupo favorito". La cr¨ªa, In¨¦s, de 10 a?os, asent¨ªa feliz.

U2 es la banda favorita de Roberto Riera, de 42 a?os, otro padre feliz. "Aqu¨ª, a pas¨¢rmelo bien con mi hija", dec¨ªa mientras miraba a su reto?o, Paula, de 10 a?os, con un JB (de Jonas Brothers) pintarrajeado en el rostro.

El panorama era bien distinto para la andaluza familia Mart¨ªnez. La situaci¨®n era la siguiente. El matrimonio, su hija de 15 a?os y una amiga de 16 cogen en AVE de Sevilla a Madrid para que las ni?as vean el concierto. Se alojan en un hotel y cuando salen a desayunar, la ni?a pregunta: "Papi, ?seguro que has cogido las entradas?". Sudor fr¨ªo. Los dorados papelillos se han quedado en Sevilla. Soluci¨®n: rogar a un amigo que coja el primer AVE a Madrid y les lleve las entradas.

Las ni?as se pasan sollozando las siguientes cuatro horas, pero los tickets llegan. "Son chicas de muy buenas notas, as¨ª que no nos preocupan los sacrificios", explica la madre, Gabriela Mart¨ªnez, de 48 a?os. Y remata: "En mi ¨¦poca era Miguel Bos¨¦, y ahora son estos tres chicos. Es as¨ª".

A todo esto, los hermanos ya llevan un rato en el escenario. Y apuntan maneras. Sobre todo el cantante, Joe, que domina los movimientos y al p¨²blico con bastante desparpajo.

Adem¨¢s, canta bien el chaval. Kevin y Nick le escoltan con las guitarras y toman la voz principal en alguna canci¨®n. Detr¨¢s, hasta 10 m¨²sicos atizando la m¨¢quina del pop rock Disney. Hasta que se cort¨® la correinte y desaparecieron del escenario un par de temas antes de acabar el concierto. Ahora, de Costello y Cash, ni rastro.