El toro enmaromado

El espect¨¢culo bochornoso, seg¨²n mi opini¨®n, celebrado en Benavente con motivo de su "fant¨¢stica fiesta" del toro enmaromado, es para sus habitantes motivo de orgullo, pues as¨ª lo manifiesta la inmensa mayor¨ªa de ellos. "Es una tradici¨®n que no se puede perder", argumentan, y se quedan tan anchos.

No se preguntan, alguna vez, estos entusiastas guardianes de la tradici¨®n, que tambi¨¦n era tradicional, en ¨¦pocas pasadas, tener esclavos y tratarlos como animales porque se cre¨ªa que lo eran y que no ten¨ªan alma. Y sin embargo descubrieron que s¨ª la ten¨ªan, y abolieron la esclavitud. Es s¨®lo un ejemplo de los muchos que podemos citar de actos, o tradiciones, que se realizaban en ¨¦pocas pasadas y que ya no se llevan a cabo, porque nos dimos cuenta de que esas tradiciones quedaban desfasadas, porque los tiempos, las creencias y los conocimientos cambian.

?Es que no hay imaginaci¨®n para celebrar una fiesta prescindiendo del toro, que es un ser vivo y que sufre? Quiz¨¢s, al cabo de los a?os, resulta que decidimos que tambi¨¦n tiene alma, como ocurri¨® con los esclavos.

Por tanto, que la maravillosa gente de Benavente reflexione sobre ello fr¨ªa y calmadamente despu¨¦s de la euforia de las fiestas.