Vallecas
Los aguerridos buitres est¨¢n crucificando en el vertedero hep¨¢tico de ?D¨®nde est¨¢s coraz¨®n? a un individuo desdentado, turbio y acabado, con serios problemas para articular algo entendible, con una pinta cercana a la indigencia, dispuesto a soportar la planificada tortura por un inaplazable tal¨®n. Esta ruina humana era antes domador de circo. Los papeles se han invertido. Ahora podr¨ªa entender c¨®mo se sienten las abotagadas fieras cuando las machaca el l¨¢tigo para satisfacer el morbo del personal. La raz¨®n de que protagonice este circo de abyecci¨®n es que le han trincado conduciendo bolinga. Y lo alarmante no es la oferta de basura, sino que encuentre satisfecha demanda. La degradaci¨®n no s¨®lo implica al que se inventa el esperpento, a los zarzueleros actores y actrices que interpretan a los hist¨¦ricos inquisidores y a sus bochornosas presas, sino tambi¨¦n a los hipnotizados consumidores de miseria. Son millones. El dato es enfermizo, da miedo.
En Versi¨®n espa?ola, que imagino es el programa favorito de esa ministra tan culta que han impuesto los art¨ªsticos jefes del difamado negocio del cine, veo un documental tan emotivo como necesario. Se titula Flores de luna y habla de conceptos de hace tiempo que pueden resultar pat¨¦ticos o exclusivamente marcianos a los infinitos apologistas actuales del pragm¨¢tico "s¨¢lvese quien pueda", de cosas como lucha ciudadana, solidaridad entre los d¨¦biles y fe en la utop¨ªa. Ambientado en el Pozo del T¨ªo Raimundo, busca los recuerdos de supervivientes que se propusieron cambiar la vida en tiempos sombr¨ªos y en un barrio desahuciado, currantes con sentimiento de clase que arriesgaron lo poco que ten¨ªan cre¨¢ndole problemas al Orden. Hablan de la grandeza y las contradicciones del padre Llanos, antiguo confesor de Franco que reneg¨® de los suyos y se fue a Vallecas para echar una mano y organizar la resistencia de los eternos perdedores. Cosas de otra ¨¦poca, de otra causa perdida.
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