Regreso a L'Albufera
El lago vuelve a tiempos anteriores a los vertidos industriales en el Tancat de la Pipa
El milagro es del agua. Entre la acequia de Catarroja y la desembocadura del barranco del Poyo, surge un peque?o h¨¢bitat palustre que devuelve L'Albufera a los tiempos en que no hab¨ªa sufrido el vertido masivo de las industrias instaladas alrededor del lago. Un desastre que la declaraci¨®n de parque natural en 1986 y todas las medidas adoptadas para aplacar la contaminaci¨®n no han logrado revertir todav¨ªa hasta poder vencer la eutrofizaci¨®n de sus aguas o, lo que es lo mismo, la excesiva concentraci¨®n de nitr¨®geno y f¨®sforo que ha esquilmado su vegetaci¨®n subacu¨¢tica.
Son s¨®lo 40 hect¨¢reas, que la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car expropi¨® para un proyecto piloto del plan de restauraci¨®n de humedales valencianos, dentro del programa Agua del Gobierno de Espa?a. Se trata, en definitiva, de 40 hect¨¢reas, frente a las m¨¢s de 21.000 que ocupa la superficie de este ecosistema, de las cuales 14.000 corresponden a arrozales y apenas 3.000 son de superficie acu¨¢tica. Pero, en pocos meses, cuando todav¨ªa no se han acabado los ¨²ltimos retoques a las obras de restauraci¨®n y adecuaci¨®n, la vegetaci¨®n y la fauna reviven con un vigor asombroso en este rinc¨®n del parque.
Los filtros verdes absorben los nutrientes para obtener agua limpia
El Tancat se ha convertido en un h¨¢bitat palustre de 40 hect¨¢reas
"Por poco que hagas, la naturaleza es muy agradecida", sentencia V¨ªctor Navarro, de la organizaci¨®n Acci¨® Ecologista-Agr¨®, al tiempo que se?ala y pone nombre a las aves que se mueven por el lugar: el agr¨® blau, o garza real, y, mucho m¨¢s escaso, el agr¨® roig, o garza imperial; el collverd, o ¨¢nade azul¨®n, y el siverd, o pato colorado; la camallonga o cig¨¹enuela; la garseta blanca y, tal vez, s¨®lo tal vez, un gall de canyar, o calam¨®n, especie que lleg¨® a desaparecer y est¨¢ siendo reintroducida...
"No, eso es una gallineta d'aigua", le corrige Matthieu Lassalle, bi¨®logo y coordinador de la gesti¨®n del Tancat de la Pipa. "Ya ves, antes la llamaban polla d'aigua, pero se ve que no es correcto", bromea Navarro. La colaboraci¨®n entre la Confederaci¨®n del J¨²car, que preside Juan Jos¨¦ Moragues, y Acci¨® Ecologista-Agr¨® puede parecer ins¨®lita pero este es un proyecto por el que la veterana organizaci¨®n conservacionista trabaja desde hace m¨¢s de tres a?os. Ahora, Acci¨® Ecologista se ha hecho cargo del uso p¨²blico de este enclave, una tarea cuya responsabilidad recae en la bi¨®loga Luc¨ªa Moreno. "Vamos a organizar visitas de escuelas e institutos con algunas actividades experimentales, una especie de minitrabajos de campo para que los estudiantes puedan tomar datos e identificar los indicadores biol¨®gicos", explica entre las diversas iniciativas previstas para unos visitantes que llegar¨¢n a este paraje en barca, la forma m¨¢s respetuosa y agradable de moverse por L'Albufera. Tambi¨¦n prepara estos d¨ªas la colaboraci¨®n con la Escuela de Capataces ubicada en el cercano puerto de Catarroja,
Las actuaciones para la mejora del Tancat de la Pipa han supuesto una inversi¨®n de 6,8 millones de euros, de los que el 70% corresponden al Ministerio de Medio Ambiente y el 30% a la Generalitat Valenciana, con fondos de la Uni¨®n Europea. Sin duda, la ingenier¨ªa ha jugado un papel importante en su dise?o, no s¨®lo porque el ¨¢mbito se halla por debajo del nivel del lago y una estaci¨®n de bombeo extrae permanentemente las aguas hacia L'Albufera desde el mismo lugar en que lo hac¨ªa un antiguo motor que todav¨ªa resulta utilizable, sino porque se perfor¨® un pozo de 250 metros de profundidad del que procede el flujo del ullal que da vida a todo el paraje. Un manantial de agua limpia que nutre lo que Matthieu Lassalle y Luc¨ªa Moreno llaman "marjal educativo" y "marjal de reserva", as¨ª como los denominados "filtros verdes", el elemento m¨¢s importante de todo el experimento.
Los filtros verdes son cuatro ¨¢reas en las que se ha plantado vegetaci¨®n palustre, como la enea, la masiega, los juncos o la casta?uela, cuya funci¨®n es absorber los nutrientes del agua para devolver al lago un caudal lo m¨¢s puro posible. Sus indicadores se controlan desde un ordenador ubicado en el edificio de nueva planta levantado donde estuvo el antiguo motor. El objetivo es "el manejo y mejora de la calidad del agua de L'Albufera". La experiencia podr¨ªa trasladarse a otros rincones del lago, que ya no es la alcantarilla en que se convirti¨® en su d¨ªa pero que necesitar¨ªa renovar 400 hect¨®metros c¨²bicos de agua al a?o y actualmente s¨®lo recibe unos 100 hect¨®metros c¨²bicos anuales.
La otra vertiente del proyecto es la investigaci¨®n. "Una de mis tareas fundamentales", explica Matthieu Lassalle, "es coordinar a los diversos grupos. Aqu¨ª trabajar¨¢n investigadores de la Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa, del Institut Cavanilles de la Universitat de Val¨¨ncia, del Instituto Agroforestal Mediterr¨¢neo y de la Universidad Polit¨¦cnica". Uno de los proyectos estrella es la reintroducci¨®n de fumarell, una especie que no se reproduce en L'Albufera desde los a?os setenta. Por el Tancat de la Pipa vuelan algunos ejemplares, pero todav¨ªa no se han decidido a criar en este santuario.
Desde la terraza del Centro de Interpretaci¨®n, que alberga el viejo motor y el nuevo equipo de bombeo, se ve una panor¨¢mica espectacular. Se aprecian el observatorio, la senda y la pasarela de la zona visitable. Plantas acu¨¢ticas ocupan parte del marjal alimentado por el ullal, lo que delata la bondad del agua. Luc¨ªa Moreno localiza con los prism¨¢ticos un ejemplar de somormujo lavanco o cabuss¨® emplomallat que nada pl¨¢cidamente con su cr¨ªa. "Hace unos d¨ªas vimos c¨®mo transportaba en el lomo dos polluelos", se?ala. "Ahora s¨®lo queda uno". En la Punta de Llebeig, situada a espaldas del Tancat de la Pipa, anidan diversas especies, como la focha com¨²n. Su pariente, la focha cornuda o fotja moruna, estuvo al borde de la extinci¨®n hace poco m¨¢s de una d¨¦cada y se recupera poco a poco.
Pero, como es l¨®gico, no son s¨®lo objetivo de recuperaci¨®n las aves. "Ya tenemos dentro gambusias y carpas, que son especies ex¨®ticas al lago", advierte Matthieu Lassalle. La intenci¨®n es reintroducir el fartet y el samaruc, dos peces de pedigr¨ª en L'Albufera seriamente amenazados. En las aguas del Tancat, sin embargo, ya hay gambeta, un crust¨¢ceo end¨¦mico del lago. "Para nosotros, es toda una experiencia", confiesa V¨ªctor Navarro, en alusi¨®n a su implicaci¨®n en el proyecto tras muchos a?os de lucha por la preservaci¨®n ecol¨®gica del barranco del Poyo y de L'Albufera. Y a?ade: "Esto es un ¨¦xito y se trabaja a gusto".
Para demostrarlo, nada mejor que el testimonio de la tercera de las personas implicadas en el manejo del Tancat de la Pipa. Es el oficial de apoyo, pero Lloren?, un hombre que ya estaba aqu¨ª antes de que el paraje se transformara, prefiere que le conozcan por el "motorista". "Este es mi para¨ªso", confiesa antes de insistir en la calidad del agua. "Mire, aqu¨ª empieza a crecer la asprella", exclama en referencia a un alga cuya proliferaci¨®n trae buenos presagios. A pocos kil¨®metros de Valencia, sobre el Tancat de la Pipa avanza la tarde cuando Lloren? concluye: "Ahora cantan las ranas y antes puedo asegurarle que no se o¨ªa ninguna".
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