Inolvidable
En la mejor carrera del campeonato, Rossi supera a Lorenzo con un adelantamiento en la ¨²ltima curva, donde nadie se atreve a hacerlo
Un a?o y medio despu¨¦s de que les presentaran como compa?eros, Valentino Rossi y Jorge Lorenzo tuvieron ayer su primer cara a cara de alto voltaje en una carrera inolvidable, como las de antes, trenzada a partir de adelantamientos trepidantes y vertiginosos y que no se decidi¨® hasta la ¨²ltima curva del circuito de Montmel¨®, un punto en el que s¨®lo se atreve a adelantar el mejor motociclista de la historia. El triunfo del italiano, el segundo que consigue esta temporada, combinado con la segunda posici¨®n de Lorenzo y la tercera de Casey Stoner, supone un triple empate a 106 puntos entre ellos al frente de la clasificaci¨®n. Lo nunca visto. La grandeza de esta victoria, adem¨¢s, devuelve a Rossi el papel preponderante que siempre hab¨ªa tenido en Yamaha hasta la explosiva irrupci¨®n de Lorenzo. El espa?ol, de 22 a?os, ha madurado a base de palos, atraviesa el mejor momento de su carrera deportiva y lo disfruta porque sabe que es de los pocos que puede presumir de llevar a Il Dottore con la lengua fuera, hasta el l¨ªmite, y hacerlo adem¨¢s de principio a fin.
Por m¨¢s que las sesiones de entrenamiento ya vaticinaron un duelo cerrado entre las dos Yamaha, parec¨ªa imposible que el sarao pudiera comenzar con el apag¨®n de los sem¨¢foros y terminar con el banderazo final. Arrancaron como un torpedo Lorenzo, Rossi y Stoner, pero el ritmo de giro de los dos primeros fue una tortura para el tercero, que se vino abajo con el paso de las vueltas, debilitado por una indigesti¨®n que arrastraba desde el s¨¢bado y que le dej¨® noqueado.
Sin la amenaza de Ducati, las dos Yamaha circularon m¨¢s de media carrera a su bola, al frente del pelot¨®n, con sus conductores altern¨¢ndose, pas¨¢ndose y repas¨¢ndose al mil¨ªmetro (hasta nueve veces) cada uno con su estilo. Lorenzo, descolg¨¢ndose, echando la moto a tierra e incorpor¨¢ndola lo antes posible para salir a toda mecha; Rossi, sacando la pierna en el momento de trincar los frenos, en un gesto t¨ªpico de cuando uno comienza a estar demasiado cerca del l¨ªmite.
Cuando se convenci¨® de que la escapada era imposible, el de Tavullia se protegi¨® detr¨¢s de su compa?ero (12? vuelta), baj¨® un punto su nivel de agresividad y acumul¨® fuerzas para la gresca definitiva, que en este caso comenz¨® tres giros antes del final y no se decidi¨® hasta la ¨²ltima curva, la que precede a la recta de meta. Hasta ese punto, el mallorqu¨ªn hab¨ªa defendido el liderato como un le¨®n, cerrando cualquier posible grieta y colocando su Yamaha de parapeto para impedir que su vecino de taller le metiera la rueda. No pudo hacerlo mejor Lorenzo, que, sin embargo, vio c¨®mo su oponente se llev¨® la gloria gracias a una maniobra imposible que, sin duda, pasar¨¢ a la historia de esta disciplina.
Nadie se atreve a adelantar ah¨ª, un viraje a la derecha que normalmente se traza a unos 170 kil¨®metros por hora, y Rossi ya lo ha hecho dos veces. Se lo hizo a Stoner hace dos a?os y ayer se lo repiti¨® a Lorenzo. Pegado al col¨ªn de su rival, el italiano identific¨® un agujerito min¨²sculo, un puntito en el piano, y all¨ª apunt¨® el neum¨¢tico delantero, "sin respirar ni parpadear y s¨®lo con los ojos abiertos", seg¨²n dijo. Acelerando, el ocho veces campe¨®n mundial gan¨® el interior a su colega, que cruz¨® la meta exhausto, pero contento, consciente, como reconoci¨® despu¨¦s, de que a¨²n le quedan muchas cosas por aprender del mejor piloto de la historia del motociclismo.
Hac¨ªa tres temporadas, 42 pruebas, que una carrera de MotoGP no se decid¨ªa en la ¨²ltima vuelta -desde el Gran Premio de Portugal de 2006, la ¨²nica vez que ha ganado Toni El¨ªas-, una circunstancia que, ya de por s¨ª, justifica la norma de la monomarca de neum¨¢ticos que se introdujo a principios de curso. En cualquier caso, si la Yamaha sigue funcionando como hasta ahora, Rossi se deja el alma para seguir ganando y Lorenzo y Stoner hacen lo mismo para tratar de imped¨ªrselo, el Mundial m¨¢s apretado promete m¨¢s carreras tan apasionantes y deliciosas como la del Gran Premio de Catalu?a. Qu¨¦ maravilla.
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