Sur¨¢frica, loca por Torres
El delantero es el jugador m¨¢s seguido de "La Roja" y tiene un club de fans
Ni Kak¨¢ ni Villa. Sur¨¢frica vive entregada a Fernando Torres como no se recuerda devoci¨®n igual en la historia de la selecci¨®n espa?ola. Si el domingo las gradas estaban repletas de pancartas de apoyo con su cara y su nombre en las telas que colgaban de los balcones del estadio, ayer la fiebre fue a m¨¢s con el cambio de residencia de La Roja. Nunca un futbolista espa?ol hab¨ªa despertado tal pasi¨®n m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras. Varios seguidores del Liverpool montaban guardia a las puertas del hotel donde se hospeda la selecci¨®n rindiendo pleites¨ªa a su 9, los ni?os visten con una camiseta roja, del club ingl¨¦s o de Espa?a, y existe un club de fans del conjunto y de ¨¦l en Sur¨¢frica. No es una moda, es una devoci¨®n.
"Lo not¨¦ el primer d¨ªa. No me cansar¨¦ de darles las gracias. Es muy bonito y emocionante ver a ni?os con mi camiseta y notar tanto cari?o como el que percib¨ª en el campo. Me siento como en casa", asegur¨® ayer Torres. "En parte, es lo que da jugar en un equipo como el Liverpool, con seguidores hasta en el ¨²ltimo rinc¨®n del mundo", a?adi¨®. La relaci¨®n entre el conjunto del Mersey y Sur¨¢frica viene de lejos. No en vano, The Kop significa La colina en afrik¨¢ner y si la grada m¨¢s emblem¨¢tica de Anfield lleva ese nombre es en honor a un regimiento de granaderos de Liverpool que fueron aniquilados durante la guerra con los boer en Sur¨¢frica. Adem¨¢s, Bruce Grobelaar, m¨ªtico antecesor de Reina en la porter¨ªa de los reds, naci¨® en Durban.
Torres tambi¨¦n agradeci¨® a la selecci¨®n el trato que recibe en Sur¨¢frica. "Hacemos un juego que gusta en todo el mundo y yo tengo la suerte de jugar de delantero y meter goles", dijo. "Todo lo que le pase al Ni?o es poco", razona su compa?ero de equipo y selecci¨®n Arbeloa. "A menudo, transmite una imagen que no se acerca a la realidad. Es un tipo entra?able por mucho que ante los medios se ponga una coraza como protecci¨®n", a?ade el lateral.
La fama de Torres no conoce fronteras. Media Sur¨¢frica persigue su aut¨®grafo.
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