El punto final de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica
El estallido que sigui¨® a la victoria proclamada de Ahmadineyad y la inmediata oleada represiva suponen el punto de llegada de las tensiones que han acompa?ado a la revoluci¨®n iran¨ª desde sus or¨ªgenes, cuando pareci¨® posible gritar al mismo tiempo azad¨ª (libertad) y yumuriya islam¨ª (Rep¨²blica Isl¨¢mica) frente al despotismo del Shah. Jomeini impuso desde un primer momento la marcha hacia la teocracia con la primac¨ªa del velayat-e faghig (gobierno del jurisconsulto isl¨¢mico), pero no olvid¨® acoger como subordinada una trama institucional electiva (presidente, Parlamento) inspirada nada menos que en la V Rep¨²blica Francesa, s¨®lo que reducida a la gesti¨®n inmediata con todos los poderes en manos del Gu¨ªa de la Revoluci¨®n. Poco antes de morir, la sustituci¨®n del aperturista Montazer¨ª por el duro y c¨ªnico Jamenei, que no ha esperado a hoy para mostrar lo que es, traductor al persa del islamista radical Sayyid Qutb, cerr¨® el ciclo, con la ayuda de la cohesi¨®n nacional alcanzada en la defensa contra la agresi¨®n iraqu¨ª y de unas brutales represi¨®n y ejecuci¨®n de disidentes desde muy pronto.
Para un integrista como Al¨ª Jamenei, contra la soberan¨ªa de Al¨¢ no valen los votos
Todo no hab¨ªa de resultar al fin tan sencillo, ya que si bien desp¨®tico, el r¨¦gimen del sha hab¨ªa patrocinado un fuerte crecimiento econ¨®mico, la promoci¨®n de la mujer y, en definitiva, el desarrollo de una sociedad civil en las ciudades, que tras la muerte de Jomeini aprovechar¨¢ el dualismo institucional para manifestarse. El resultado fue la oleada de entusiasmo que acompa?¨® a la elecci¨®n de Jatam¨ª como presidente, base de una relativa primavera en cuanto a la represi¨®n de las costumbres, de la cultura y en las actitudes hacia el exterior ("di¨¢logo de civilizaciones"). S¨®lo que el r¨¦gimen reaccion¨® de inmediato, eliminando a los candidatos jatamistas, e incluso asesinando o atentando contra los m¨¢s pr¨®ximos colaboradores de Jatam¨ª, d¨¦bil en su defensa. De la sensaci¨®n de impotencia surgi¨® en 2005 la victoria del iluminado y populista Ahmadineyad, quien con su pol¨ªtica asistencial llen¨® el vac¨ªo entre el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s y las masas y las instituciones paramilitares fundamentalistas (rechazo del continuista Rafsanyan¨ª). El devoto del im¨¢n oculto fue, sin embargo, demasiado lejos, y los reformadores percibieron el riesgo de un cierre definitivo. De ah¨ª su intensa movilizaci¨®n, a pesar de la no explicada renuncia a la candidatura de Jatam¨ª, y la desesperada protesta contra un fraude denunciado en las elecciones. Para un integrista como Jamenei, contra la soberan¨ªa de Al¨¢ no valen los votos. Llega un tiempo de represi¨®n.
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