Sin el bast¨®n de mando

Ha vuelto a suceder. Como en las ¨²ltimas fiestas patronales, el 12 de junio los vecinos de Salamanca tuvimos que ver de nuevo a nuestro alcalde y nuestros concejales en su condici¨®n de autoridades p¨²blicas (con medallas y bast¨®n de mando) participando en un acto estrictamente religioso: la ofrenda a san Juan de Sahag¨²n. Esta vez el acto cont¨® adem¨¢s con la participaci¨®n de una invitada: la alcaldesa socialista de la vecina Villamayor, que tampoco evit¨® la tentaci¨®n de aparecer con su bast¨®n de autoridad municipal.

As¨ª pues, de nuevo hemos visto c¨®mo se conculcaba el principio constitucional seg¨²n el cual ninguna confesi¨®n tiene car¨¢cter estatal, y el Estado tiene que ser neutral frente a las confesiones religiosas. Un Ayuntamiento, para ser de todos, no puede mostrar inclinaciones religiosas. Por supuesto, si los alcaldes desean participar en actos religiosos porque son creyentes, tienen derecho a hacerlo: pueden ejercer su libertad religiosa acudiendo a esos actos como un creyente m¨¢s, sin el bast¨®n de mando, y confundidos con los dem¨¢s fieles, sin arrogarse en ese momento ninguna autoridad p¨²blica.

Por otro lado, la ausencia de las instituciones p¨²blicas en estos actos en ning¨²n modo conculca el derecho a la libertad religiosa de los ciudadanos. Parece ser que la Ley Org¨¢nica de Libertad Religiosa va a ser modificada para que estas cosas no ocurran.