Las heridas del Parten¨®n
Durante la inauguraci¨®n del Nuevo Museo de la Acr¨®polis, el ministro de Cultura recoloca en el friso procedente del templo, como acto simb¨®lico, un trocito devuelto por el Vaticano
![Jacinto Ant¨®n](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fd95ad6a9-2f34-4f5b-89ec-ae39133965dc.png?auth=672bc54fe16083324b97a7e23f3d2e99a936333529c7e95ef224ac86d3fa5a18&width=100&height=100&smart=true)
"Ha llegado el momento de cerrar las heridas del Partenόn con el retorno de las esculturas que le pertenecen". De esta manera tan expresiva abordo ayer el polέmico tema de los mάrmoles exiliados en su discurso de inauguraciόn del Nuevo Museo de la Acrόpolis el presidente de Grecia, Karolos Papouliuas. En el curso de una ceremonia que contό con una amplia representaciόn de gobiernos de todo el mundo -ninguna de Gran Bretana (no era el d¨ªa) ni de, lo que es menos explicable, Espana-, el nuevo equipamiento ateniense abriό sus puertas al pie de la Acrόpolis envuelto en luz, proyecciones y una m¨²sica melanc¨®lica. Rodeado, tambi¨¦n, de grandes medidas de seguridad, con centenares de musculados polic¨ªas en plan "esto es? Esparta" aunque no fueran lacedemonios sino ¨¢ticos -y de altura-. Por su parte, el primer ministro Costas Karamanlis, sobrino de Konstantinos Karamanlis, que con Melina Mercouri fueron los dos grandes impulsores del museo, vincul¨® tambi¨¦n el nuevo centro al clamor "de toda la humanidad" por la reunificaci¨®n de los m¨¢rmoles del Parten¨®n y la devoluci¨®n de los que faltan, en manos del British Museum de Londres. Mucho m¨¢s tibio en cuanto al espinoso asunto del retorno estuvo en su parlamento el director general de la Unesco, Koichiro Matsuura, que se limit¨® a expresar sus votos por una "soluci¨®n satisfactoria mutua" entre Gran Bretana y Grecia. Jos¨¦ Manuel Barroso, presidente de la Comisi¨®n Europea -que ha aportado fondos para el proyecto- ya es que ni mencion¨® los m¨¢rmoles, aunque eso s¨ª, solt¨® una estupenda cita del Adriano de la Yourcenar sobre c¨®mo las acropolis griegas han fecundado el mundo.
La ceremonia incluy¨® el deposito de una ofrenda (una vasija) por una joven con aspecto de cari¨¢tide en el suelo de cristal de la primera sala del museo. Curiosamente nadie cit¨® las grandes palabras de Pericles que resumen tan bien el car¨¢cter ateniense -al menos el de su edad de oro: "Amamos la belleza con mesura [sic] y rendimos culto al saber pero sin caer en la debilidad. Hacemos uso de nuestra riqueza m¨¢s como medio de acci¨®n que como motivo de jactancia (?) Y damos ocasion de ser admirados a los hombres de hoy y tambi¨¦n a los del futuro, sin necesidad en absolute del elogio de un Homero". S¨ª, la elocuencia ya no es lo que era. El director del Nuevo museo, Dimitrios Pandermalis, un reconocido y veterano arque¨®logo, gui¨® a las autoridades por las nutridas salas del esplendoroso museo mientras un crep¨²sculo deslucido por el cielo encapotado paerec¨ªa no querer competir con los fastos humanos. En la Acr¨®polis, el Parten¨®n, que se espejea en la planta superior del nuevo museo -una gran caja rectangular de cristal que reproduce las medidas y la orientaci¨®n del templo y en la que se preserva y exhibe su decoraci¨®n original- brillaba imp¨¢vido ante el edificio reci¨¦n llegado, sumido en 2.500 anos de historia que incluyen momentos tan graves como un gran incendio, el saqueo de Lord Elgin, la voladura por los canones venecianos en 1687 en la 'epoca que era un polvor¨ªn turco o las visitas de Von Brauchitsch y Himmler durante la brutal ocupaci¨®n nazi, cuando la esv¨¢stica flameaba en la Acr¨®polis. El momento culminante de la visita al nuevo museo fue, claro, en la Galer¨ªa del Parten¨®n, donde este ha tenido, dijo Pandermalis, su segundo nacimiento y donde se evidenci¨® a los presentes la absurdidad de que esculturas y relieves que forman parte del conjunto m¨¢s famoso del mundo est¨¦n troceados y separados. En el museo, se muestran con los originales que conserva Grecia copias del material que se llev¨® Lord Elgin y vendi'o luego al British Museum, donde se exhiben. Como guinda y gran acto simb¨®lico, el ministro de Cultura griego, Antonis Samaras, coloc¨® con sus propias manos -enguantadas para la ocasion- un fragmento exiliado del friso, una cabecita de mujer, devuelta por los museos vaticanos y que encaj¨® en el cuerpo en relieve completando la escena. Una imagen de lo que puede repetirse a gran escala si Gran Bretana escucha el poderoso canto del nuevo y rutilante museo.
![El ministro de Cultura griego, Antoni Samaras, ayer con la pieza original del Parten¨®n que ha devuelto el Vaticano.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/B3JKWOEUWNOQ4GKS5SLEJ7HBAI.jpg?auth=05d766c55c877e1ba78995295428343232253f86cf64eb3460975e1790826577&width=414)
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