L¨®pez encabeza la ¨²ltima batalla

Las cosas no ser¨¢n iguales en el Pa¨ªs Vasco tras el asesinato del inspector de polic¨ªa Eduardo Puelles. ETA no hab¨ªa matado desde hace seis meses, cuando unos pistoleros acabaron con la vida del empresario Ignacio Uria. Y en el ¨ªnterin ha cambiado el Gobierno vasco.

Las cosas no van a ser iguales porque el Gobierno de Zapatero vaya a cambiar su estrategia de firmeza contra ETA. Al contrario. Van a cambiar porque al frente del Gobierno vasco ya no est¨¢ Juan Jos¨¦ Ibarretxe. Ahora hay un lehendakari, Patxi L¨®pez, que quiere apurar todas las posibilidades que le ofrece su cargo para afrontar el principal d¨¦ficit en la lucha contra ETA: su deslegitimaci¨®n social.

La lucha antiterrorista tiene avances y retrocesos, pero camina hacia el final de ETA. De modo que hoy esa lucha est¨¢ en el mejor momento de su historia. No s¨®lo porque en los cinco primeros a?os de Zapatero en el Gobierno la cifra de muertos haya bajado a ocho, frente a los 43 que hubo en los ¨²ltimos cinco a?os de Aznar (1999-2004). ETA est¨¢ cercada policialmente. Su c¨²pula ha ca¨ªdo tres veces en un a?o. La mayor¨ªa de sus comandos han sido desarticulados, y ahora mismo dispone de s¨®lo uno o dos. La banda ha perdido la pr¨¢ctica totalidad de sus apoyos internacionales y parte importante de su base social. La izquierda abertzale est¨¢ ilegalizada y debilitada. Y enfrente tiene a los partidos democr¨¢ticos, que en esta legislatura han recuperado la unidad.

L¨®pez y Zapatero regresan a la etapa de movilizaciones para aislar a la banda y a sus apoyos

A esa lucha le faltaba un ingrediente para acelerar su final: el liderazgo de Ajuria Enea y la movilizaci¨®n social, perdidos en la d¨¦cada (1999-2009) en que Juan Jos¨¦ Ibarretxe ocup¨® la Lehendakaritza. L¨®pez y Zapatero tienen claro que la prioridad es regresar a la etapa del pacto de Ajuria Enea (1988-1997), a las grandes movilizaciones que acorralaron a ETA y a sus apoyos y que alcanzaron su culmen con las masivas manifestaciones del verano de 1997, tras el asesinato de Miguel ?ngel Blanco, y que Ibarretxe quebr¨® al apostar por el soberanismo y el pacto de Lizarra. De ah¨ª el llamamiento de L¨®pez a los vascos a manifestarse ayer en Bilbao. Una apuesta saldada con un gran ¨¦xito y que confirma la necesidad que hab¨ªa en Euskadi de un liderazgo social en la lucha contra ETA.

Zapatero y L¨®pez coinciden en que deben ser las instituciones las que lideren la movilizaci¨®n social contra la banda y en no ceder esa responsabilidad a los movimientos sociales -como el Foro Ermua o Basta Ya-, que se vieron obligados a ejercerla para cubrir el vac¨ªo dejado por Ibarretxe tras la renuncia de ¨¦ste al liderazgo social contra ETA porque no cre¨ªa en el combate policial y social contra la banda.

En pocos d¨ªas, el Gobierno vasco, el discurso de L¨®pez, como el de ayer en Bilbao, est¨¢ dando pasos significativos en la deslegitimaci¨®n de ETA. Si L¨®pez dice que el inspector de polic¨ªa asesinado "es uno de los nuestros", su hermano ertzaina a?ade que era "un gran gudari", figura m¨ªtica del soldado que defendi¨® a la Rep¨²blica contra el fascismo y que ETA trat¨® de apropiarse. Y su viuda, rota, marcha con la cabeza alta, acompa?ada de sus hijos, por las calles de Bilbao en medio de los aplausos de la gente, orgullosa de que su marido fuera polic¨ªa. Mientras ertzainas y polic¨ªas nacionales se coordinan en investigar el asesinato, el nuevo consejero de Interior, Rodolfo Ares, crea una unidad antiterrorista en la Ertzaintza.

La EITB (radio y televisi¨®n vasca), con un profesional al frente, inform¨® pormenorizadamente la tarde del viernes sobre el atentado y ayer retransmiti¨® en directo la manifestaci¨®n antiterrorista, algo ins¨®lito. La web del Gobierno vasco aparece encabezada con un "ETA no", mientras la Ertzaintza retira en Arrigorriaga un cartel reivindicativo de un etarra. Son muestras de la voluntad del nuevo Gobierno y del clima creado para deslegitimar a ETA.

Pero, adem¨¢s de estas muestras y del ¨¦xito de la llamada de L¨®pez a la participaci¨®n de la gente en el rechazo social a ETA, el Gobierno vasco tiene previsto dar m¨¢s pasos: llevar el apoyo a los amenazados de los pueblos peque?os, m¨¢s vulnerables, y hacer pedagog¨ªa para que la gente se acostumbre a que aunque ETA est¨¦ muy acorralada a¨²n puede haber v¨ªctimas.

El asesinato del inspector Puelles tambi¨¦n repercutir¨¢ en la izquierda abertzale. Su alternativa, el polo soberanista, la agrupaci¨®n de los independentistas que quer¨ªa presentar en oto?o, queda seriamente da?ada. Para sumar a esa alternativa a ELA, EA y a independientes ten¨ªa que aparecer ajena a la violencia. Pero, una vez m¨¢s, se la ve incapacitada para desmarcarse del terrorismo. Lo malo para ella es que corre el tiempo y le quedan menos de dos a?os para las elecciones municipales. Si para entonces no se desmarca de ETA o no logra que la banda abandone las armas, quedar¨¢ marginada definitivamente. Con el agravante de que la car¨¢tula de Iniciativa Internacionalista, que le ha servido para estar en las elecciones europeas, no le servir¨¢ para las municipales.